Dicen por ahí que cuando algo funciona, poco o nada se debe cambiar. ¿Es esto verdad? Quizás en algunos aspectos esta afirmación tenga toda la razón del mundo, pero, en un sector en constante cambio como el de los videojuegos, esto puede ser un arma de doble filo, pues tanto puedes salir beneficiado como escaldado. Algo así le ha pasado a la cuarta entrega de la saga Far Cry.
En esta cuarta entrega tomamos el mando de Ajay Ghale, un estadounidense de ascendencia kyratí que regresa al origen de sus padres para honrar la memoria de su madre. En cuanto Ajay llega a tierra kyratí, inspirada en Nepal, se ve envuelto en una cruenta guerra civil y en una aventura que le llevará a conocer realmente quienes fueron las dos personas que le dieron la vida.
La trama se asienta sobre la misma base sobre la que se asentó en Far Cry 3, tenemos un principal antagonista con brotes psicóticos que controla el territorio (Pagan Min, en este caso, aunque es bastante peor que Vaas Montenegro) y nosotros debemos hacerle frente. Aunque se permiten añadir a la historia un sistema de decisiones que, aunque es demasiado simple, resulta interesante, y nos hace tomar decisiones que, a menudo, nos dejarán bastante dubitativos.
El hecho de que utilice prácticamente la misma base que la tercera entrega hace que la trama sea altamente previsible, haciendo que sea bastante fácil acertar con los acontecimientos que vendrán. Se nota que el guion no ha sido una de las prioridades del estudio, pues es simple y con pocos (o ningún) giro narrativo que nos descoloque lo más mínimo. Es una trama cómoda que avanza sin tomarse complicaciones, lo cual es un poco decepcionante sabiendo lo que ofrecieron en la anterior entrega.
No obstante, a pesar de su alta previsibilidad, el tramo final es de las mejores partes del juego, gracias en gran parte a la casi perfecta utilización de la música, de la cual hablaremos más adelante. Como digo, el final está más o menos bien resuelto, aunque personalmente he echado de menos una explicación de lo que pasa después. Las decisiones que tomas a lo largo de la historia no se ven plasmadas en el final, y eso es algo frustrante, pues da a entender que las duras decisiones que ha tomado no han tenido un impacto final.
Si ya has jugado a Far Cry 3, jugablemente no te pierdes gran cosa, pues mantiene punto por punto lo visto en la anterior entrega, exceptuando algunos añadidos no demasiado destacables. El mayor cambio que veo en este aspecto es en la I.A., pues la he notado bastante mejorada, ya que los enemigos responden bastante mejor a tus acciones, aunque queden aspectos por pulir. Respecto a esto, cabe decir que en el tramo final del juego la I.A. empeora en algunas fases del juego, aunque pueda que sea por el alto número de enemigos a los que tenemos que hacer frente.
A pesar de que en Kyrat pasan casi las mismas cosas que en Rook Islands, liberar campamentos y matar enemigos sigue siendo igual de placentero, sobre todo en sigilo. Eso no quita que, pasadas unas cuantas horas de juego, se acabe viendo repetitivo. El resto de misiones secundarias son puro entretenimiento y entrenamiento de nuestras habilidades, puesto que no ofrecen absolutamente nada a la historia y solo sirven para ganar dinero, cosa que nos sobrará casi desde el principio del juego, como pasa en casi todos los mundos abiertos creados por Ubisoft.
Gráficamente, aunque se ve estupendamente, se nota que es un juego intergeneracional. El paso del tiempo y la comparación con otros juegos hacen que este juego pierda en casi todas las comparaciones, pero creo que es injusto valorar sus gráficos precisamente por el tiempo que ha pasado desde su lanzamiento.
La BSO, aunque no pasará a la historia, creo es que resultona y que cumple bien con lo que se pide para el juego. Fuera de la BSO, la música que se utiliza en el tramo final del juego esta escogida de una forma sublime y es una pena que no se haya aprovechado más en otras partes del juego. Quizás las canciones escogidas para el tramo final del juego hagan que ésta sea la mejor parte del juego, no digo más.
En conclusión, Far Cry 4 recicla todo aquello que se alabó en Far Cry 3 y lo vuelve a mezclar todo, aunque no con el mismo resultado. La idea continuista de Ubisoft choca con la idea que tengo yo sobre los videojuegos. Pienso que los videojuegos deben aportar siempre cosas nuevas, que descoloquen y sorprendan al jugador, y no quedarse en ser meras copias de entregas anteriores. Y no nos equivoquemos, Far Cry 4 es un juego sólido, pero los mundos abiertos de Ubisoft necesitan un largo descanso y un replanteamiento urgente.