Quantic Dream lo ha vuelto a hacer. Aplicando, desarrollando y evolucionando la fórmula que crearon hace una década con Fahrenheit, han vuelto a lanzar otra obra que en su momento no dejó indiferente a ningún jugador, ya sea para bien o para mal.
La historia nos pone en el lugar de Jodie Holmes, una joven que tiene un vínculo único con una especie de entidad, que la ayudará en multitud de ocasiones pero que, como no podría ser de otra manera, hará que su vida sea enormemente diferente a la de una personal corriente. La trama nos lleva por muchos momentos de su vida, aleatoriamente escogidos en la cronología pero perfectamente colocados para que todo tenga sentido. La historia sufre altibajos serios, haciendo capítulos memorables y otros algo regulares, como es el caso del capítulo "Navajos", en el que no aporta demasiado a la historia y siento como que está forzado dentro de la historia. Además, las decisiones que te hacen tomar me dejan la sensación de que tus actos no tienen el mismo peso que en su anterior juego, y la mayoría de los finales te los dejan elegir al final de la historia, a la carta, algo que me decepcionó bastante.
Visualmente es muy bruto. Posiblemente estemos ante uno de los juegos que mejor lucen de todo el catálogo de PS3 y tanto las animaciones faciales como los gestos son de una calidad desmesurada, muy superior a la media de los juegos de altos presupuestos. No obstante, el juego se resiente visualmente en escenarios grandes y los movimientos de los personajes in-game podrían ser más fluidos.
La jugabilidad ha evolucionado enormemente respecto a Heavy Rain. Los movimientos de nuestro personaje son mucho más intuitivos y predecibles, haciendo que lleguemos a adivinar muchos de los movimientos antes de que aparezcan en pantalla. Además, nos encontramos con momentos de "acción", si así se le pueden llamar que, en anteriores juegos no existían. Otra novedad es Aiden, la entidad que acompaña a nuestra protagonista y que será controlable en la mayor parte del juego, añadiendo una perspectiva jugable muy novedosa al juego.
Para finalizar, a pesar de que Quantic Dream ha hecho avances muy interesantes en lo que a jugabilidad y gráficos se refiere, no ha conseguido engancharme tanto como lo hicieron en Heavy Rain. Un juego que se queda más en un intento de evolución que en una evolución lograda. Aunque dicen que abrir el camino es lo más complicado. Veremos.