Keirrison estaba ayer en Barcelona, no se si ha viajado a Londres pero seria dificil que jugara, quizas el domingo porque Pep Guardiola dijo que queria verle jugar antes de decidir si se queda con el o lo cede.
Eso seria lo más lógico...
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Guardiola ya tiene pensado cómo adaptar al ‘crack’ sueco
El entrenador está convencido de que el delantero dará otra dimensión al ataque azulgrana
Entre tanto ruido mediático y de negociaciones por un intercambio de goleadores tan sonado como el de Etoo por Ibrahimovic, Txiki Begiristain, el secretario técnico azulgrana, dejó una frase que pasó casi de puntillas. «Hay que estar muy seguro para hacerlo», dijo entonces. Y Pep Guardiola, el entrenador azulgrana, está tan seguro de ese trueque que no ha dudado nada. Cambia un delantero (Samuel) que ha sido decisivo en dos finales de la Champions por otro dotado de una inmensa calidad técnica (Zlatan), al que le falta reconocimiento y gloria
LA MODIFICACIÓN
Un nuevo registro para reinventar el sistema
Con Ibra, el Barça jugará igual pero distinto. Asumiendo que los rivales han estudiado con tal minuciosidad el estilo del equipo en los últimos meses, Guardiola creía necesario reinventar el sistema. Seguirá siendo el 4-3-3 para encontrar un nuevo registro lo que, según tiene estudiado el técnico, dará una nueva dimensión al ataque. Ahí juega, por tanto, un papel capital el delantero sueco, por cuyo fichaje ha comprometido su palabra Guardiola con una decisión de altísimo riesgo. Riesgo en lo deportivo, en lo económico y en el entorno porque la sombra de Etoo perseguirá siempre a Ibrahimovic. Haga lo que haga el sueco.
Al técnico no le ha temblado, sin embargo, el pulso, convencido como está de que era imprescindible para reformar la estructura táctica del Barça. Con Ibra, Guardiola tiene un nueve radicalmente distinto a Etoo. Un delantero que participa en el juego colectivo, un goleador que será punto y final de las jugadas o incluso origen porque un balonazo al corpachón del sueco servirá para romper las líneas de presión del rival. Un nueve para fijar a los centrales y esponjar a la defensa, abriendo huecos para los demás.
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