Franco acabó con la deuda del Barça
La posible recalificación de la Ciudad Deportiva del Real Madrid ha reactivado la histórica acusación, proveniente del Fútbol Club Barcelona y su entorno mediático, del favoritismo del Gobierno hacia el club blanco. Joan Castells, vicepresidente primero del Barça, decía hace poco: "Si se concreta la recalificación, el Estado se convertirá en el mejor socio del Madrid". A Castells y a todos los que piensan como él, y a los que no también, Bernardo Salazar les refresca la memoria con este reportaje en el que demuestra como el propio Franco, en 1965, solventó la preocupante deuda del Barça con la recalificación de Les Corts.
El viejo campo de Les Corts
Su demolición y posterior recalificación de los terrenos que ocupaba permitió al Fútbol club Barcelona salvarse de la quiebra económica
Primera recalificación.
El engrandecimiento del Barcelona como club en los años cincuenta puso a sus dirigentes ante la necesidad de ampliar Les Corts o construir un estadio nuevo. Aquel equipo de los Ramallets, Basora, Kubala, César, Moreno, Manchón, etc. necesitaba un recinto capaz de acoger toda la expectación que levantaba uno de los mejores equipos de Europa del momento.
La ampliación o construcción del nuevo estadio abrió un fuerte debate entre el presidente Agustín Montal, partidario de la primera opción, y el que luego sería su sustituto, Enrique Martí, que accedió a la presidencia el 16 de junio de 1952, defensor a ultranza de un nuevo recinto.
Construcción del Camp Nou.
El Camp Nou comenzó a construirse en 1954. Hasta su inauguración el 24 de septiembre de 1957 era visitado por los socios para ver cómo crecía.
El 27 de septiembre de 1950 se había firmado la opción de compra de unos dos millones de palmos cuadrados en unos terrenos situados entre la Riera Blanca y la calle de la Maternidad por un precio de 10.092.445 pesetas. A partir de ese momento, dan comienzo las reuniones entre los directivos barcelonistas y las autoridades técnicas municipales. Éstas sugirieron la conveniencia de permutar los terrenos recién comprados por otros situados en la zona terminal de la Diagonal, que en los planes urbanísticos de la ciudad se reservaban para parques, jardines y zona deportiva, ya que los terrenos recientemente adquiridos estaban contemplados en las ordenanzas como zona urbanizable. El 11 de marzo de 1951 tomó posesión el nuevo alcalde de la ciudad Condal, Antonio María Simarro. Con este alcalde y Francisco Miró-Sans como nuevo presidente del Barça, se acordó la primera recalificación.
Las conversaciones del nuevo presidente y sus directivos con el alcalde y ediles se intensificaron hasta lograr la promesa verbal de las citadas autoridades de que el club podría edfiricar el nuevo estadio en el emplazamiento previsto en el proyecto. Para ello era necesaria la modificación de la urbanización de los terrenos adquiridos tres años antes entre la riera blanca y la Maternidad, mediante la supresión de las futuras calles transversales que atravesaban hipotéticamente los terrenos. el 28 de marzo de 1954, en un acto multitudinario, se puso la primera piedra del nuevo estadio.
Los protagonistas:
Antonio Mª Simarro
(Alcalde de Barcelona)
Antonio María Simarro fue nombrado alcalde de Barcelona el 10 de marzo de 1951 y fue quien autorizó la reconversión de los terrenos para poder construir el Camp Nou. En el proyecto municipal del (falta)
Franciso Miró-Sans
(Presidente del Barcelona)
Convencido de la necesidad de la edificación de un nuevo campo, adjudicó el proyecto a su primo y al arquitecto del Ayuntamiento, señor Soteras, con objeto de que este último facilitase las soluciones de los problemas urbanísticos que la construcción conllevaba.
José Mª de Porcioles
(Alcalde de Barcelona)
Alcalde de Barcelona desde 1957, apoyó la recalificación a edificables de los terrenos de Les Corts. Tuvo que vencer la oposición de algunas asociaciones y sus esfuerzos le valieron ser nombrado 'soci d'honor'
Torcuato Fdez. Miranda
(Político)
Su amistad con el directivo culé Juan Gich, más tarde gerente del club, le hizo defensor ante el Gobierno de la necesidad de recalificar los terrenos de Les Corts en el consejo de Ministros que tuvo lugar en el Pazo de Meirás el 13 de agosto de 1965
Felipe Acedo Colunga
(Gobernador Civil)
Nombrado Gobernador Civil de Barcelona el 17 de marzo de 1951, Acedo ordenó años más tarde el desalojo por la fuerza de los terrenos que ocupaban los arrendatarios legales y las chabolas de inmigrantes para que se pudieran comenzar las obras del Campo.
Enric Llaudet
(Presidente del Barcelona)
En 1961 accedió a la presidencia del Club azulgrana y, ante la enorme deuda heredada intentó y consiguió la venta de Les Corts. Para ello utilizó toda clase de influencias, dado que el viejo campo era Zona verde privada.
Segunda recalificación.
En la asamblea general de socios, el 11 de junio de 1955, pudo expresar Miró-Sans su satisfacción: "Conviene decir que no todos los terrenos adquiridos están totalmente libres y a nuestra disposición, puesto que se está desalojando a los arrendatarios y meros ocupantes allí establecidos. A tal efecto hay que hacer constar nuestro más profundo agradecimiento al excelentísimo Gobernador Civil, don Felipe Acedo Colunga, que, siempre a tentoa todo cuanto redunda en la grandeza de Barcelona, se ha percatado perfectamente desde el primer momento de la monumentalidad de nuestros proyectos y les ha prestado siempre el más cariñoso y entusiasta apoyo".
Pero si hasta las dificultades técnicas y urbanísticas fueron resueltas, restaban las dificultades financieras. Más de 75 millones a corto plazo. 164 millones a largo en obligaciones hipotecarias y 55 millones adeudados a los socios, figuraban en la deuda del club, que ascendía a un total de 230.320.291,9 pesetas.
La solución era vender Les Corts que estaba considerado como zona verde privada. Desechada la propuesta del Español. Desechada la propuesta del Español, tanto en compra como en alquiler, Enrique llaudet se entrevistó con José María de Porcioles, alcalde de la ciudad, solicitando recalificar la situación de Les Corts, el permiso de edificabilidad sobre el mismo y la revalorización para su venta. En los meses siguientes hubo presiones de todo tipo hasta que el 4 de agosto de 1962 el pleno municipal aprobó el necesario cambio de calificación de los terrenos. La operación se justificó con la cesión por el club al ayuntamiento de 1.000 metros cuadrados en la Travesera de Les Corts para permitir su ensanche y otros 4.443 metros cuadrados para construir instalaciones municipales deportivas cubiertas. Asimismo se limitó a 8.000 metros cuadrados la edificabilidad de los 24.000 metros limitados entre las calles Vallespir, Travesera, Numancia y Marqués de Sentmenat. El resto pasó íntegramente a suelo edificable.
José María de Porcioles fue premiado por el Barcelona con el nombramiento de Soci d'honor en la asamblea barcelonista del 27 de septiembre de 1963. Una zona verde privada se transformaba en zona edificable para la salvación de la economía del Barcelona.
El 7 de mayo de 1963, en asamblea extraordinaria convocada para tratar como único asunto la recalificación del viejo estadio de Les Corts, los socios culés aprobaron el derribo del estadio, la convocatoria de subasta de los terrenos a partir de 100 millones y la parcelación de Les corts en caso de inexistencia de ofertas. El 17 de mayo el presidente Enric llaudet solicitó al Gobierno civil el permiso para el derribo del viejo campo, que le fue concedido poco después. Esta segunda recalificación, primera sobre los terrenos del viejo Les Corts, solventaba los graves problemas económicos que afrontaba la entidad barcelonista.
El 16 de septiembre de 1953 Miró-Sans y sus técnicos visitaron el entonces estadio de Chamartín para tomarlo como ejemplo de la construcción del Nou Camp.
Enric Llaudet sonríe, con el talón en la mano, que sirvió para saldar la deuda económica del Fútbol Club Barcelona.
Tercera recalificación
Pese a la respuesta favorable del Gobierno Civil, todavía surgieron determinados recursos interpuestos por entidades de diversa índole, hecho que motivó que el tema pasara a más altas instancias, a pesar de que el 25 de febrero de 1965 la Dirección General de Urbanismo diese por válido el cambio de calificación de los terrenos.
El entonces directivo del Barça, Juan Gich, más tarde Delegado Nacional de Deportes, recurrió a su entrañable amistad con Torcuarto Fernández Mirada para que el 13 de agosto de 1965 se consiguiera el visto bueo de todo este asunto en el Consejo de Ministros, que bajo la presidencia de Franco tuvo lugar en el Pazo de Meirás.
En el Boletín Oficial del Estado número 228, fechado el 23 de septiembre de 1965, aparece el Decreto 2735/1965, de 14 de agosto, por el que "se aprueba el cambio de uso de una zona verde del Plan Parcial de Ordenación Urbana de la Zona Norte de la avenida del Generalísimo Franco, entre las plazas de Calvo Sotelo y del Papa Pío XII, de Barcelona".
Al pie del mismo figuran las firmas de Martínez y Sánchez Ajona (Ministro de la Vivienda) y Francisco Franco.
El Boletín Oficial del Estado, en su número 228, fechado el 23 de septiembre de 1965, aparece el Decreto 2735/1965 por el cual "el Ayuntamiento de Barcelona, en sesión celebrada el día cuatro de agosto de mil novecientos sesenta y dos, adoptó por unanimidad el acuerdo de aprobar inicialmente, con ciertas condiciones reflejadas en dicho acuerdo, el Proyecto de "cambio de uso y ordenación de volumenes de la supermanzana limitada por las calles de Vallespir, Travesera de Las Corts, Numancia y Marqués de Sentmenat" presentado por el Club de Fútbol Barcelona. Esta zona estaba calificada en el Plan Comarcal como zona verde de carácter privado, y en el Plan Parcial de la zona Norte de la Avenida del Generalísimo Franco, entre las plazas de Calvo Sotelo y del Papa Pío XII, aprobado por Orden del Ministerio de la Vivienda de uno de junio de mil novecientos sesenta y tres como zona verde privada, compatible con el uso deportivo.
El decreto, como es preceptivo, venía firmado por el jefe del Estado, el Caudillo Francisco Franco, lo que hacía desaparecer todas las dudas existentes sobre el acuerdo definitivo de recalificación de los terrenos del viejo Les Corts.
Poco después, sin la misma publicidad que obtuvo José María Porcioles, Torcuato Fernández Miranda y Hevia ingresaba en la relación de los socis d'honor blaugranas. Treinta y tres días más tarde se acordaba la venta del entrañable Les Corts con don José Sabata Anfruns por un total de 205 millones de pesetas. Lo que sucedió después es otra historia.
No han pasado tantos años para que todo esto se haya olvidado.
Los organismos públicos, en todo tiempo y lugar, han procurado favorecer a las entidades representativas de su ámbito territorial.
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EL FICHAJE DE DI STEFANO POR EL MADRID
Desde el año 1929 hasta 1953, el Real Madrid había ganado sólo dos de las 22 ligas disputadas. Ambas antes de la Guerra Civil y el Régimen de Franco. Desde el año 1953 en que llega al club Alfredo Di Stéfano, en once temporadas el Madrid ganó 8 ligas, dos Copas Latinas, Cinco Copas de Europa y una Copa Intercontinental. El fichaje de Di Stéfano se produjo después de una carrera entre el Real Madrid y el Barcelona por hacerse con sus servicios. Esto dio lugar a un conflicto en el que las autoridades deportivas llegaron a plantear que Di Stéfano jugara una temporadas en el Barcelona y otras en el Real Madrid. Su definitivo fichaje por Don Santiago Bernabéu y los posteriores resultados deportivos, es algo que los culés no han podido olvidar. En años posteriores, el barcelonismo ha clamado por una supuesta intervención del gobierno franquista que acabó beneficiando al Madrid. Sin embargo, nuevamente la realidad dista mucho de la visión de los barcelonistas sobre este asunto.
El "Pacto de Lima"
Alfredo Di Stéfano se había dado a conocer por la afición madridista cuando, en la celebración de las Bodas de Oro del Real Madrid en 1952, participó con su equipo de entonces, el Millonarios de Bogotá, que ganó el trofeo al vencer 4-2 al Real Madrid. La directiva del Madrid se interesó inmediatamente por el 9 de Millonarios, sin embargo los dirigentes del club señalaron la imposibilidad del traspaso de Di Stéfano debido a las causas del "Pacto de Lima", que ponían al jugador en una complicada situación contractual.
Alfredo Di Stéfano había nacido en Argentina el 4 de julio de 1926, a los 18 años consiguió entrar en los equipos juveniles del River Plate. En 1945 obtuvo su primera ficha de profesional al ser ascendido al equipo de "la tercera", pero destacó de tal forma que pasó al primer equipo, con el que ganó el campeonato. Después de un año cedido al Huracán, volvió al River Plate y en 1947 se convirtió en la sensación de la liga argentina convirtiéndose en máximo goleador con 27 goles. Con solo 21 años se convirtió con la selección de Argentina en Campeón de Sudamérica. Pero a partir de ese momento, la carrera deportiva de Di Stéfano cambia drásticamente. En 1947 el campeonato de liga argentino se ve alterado por una huelga convocada por Futbolistas Argentinos Agremiados. Afredo Di Stéfano no volvería a jugar hasta mayo de 1949. Entonces su ánimo estaba mermado y su relación con la directiva riverplatense era pésima. Así, en agosto de 1949 Alfredo Di Stéfano se marcha a Colombia.
En el River Plate
Alfredo Di Stéfano con la selección de Argentina
Por aquél entonces, el fútbol colombiano vivía una escisión. Los dirigentes del DIMAYOR -el equivalente a la LFP en España- se habían separado de la Federación Colombiana y habían creado la Asociación Colombiana, que comenzó a fichar jugadores, especialmente sudamericanos, a golpe de talonario. Uno de ellos fue Alfredo Di Stéfano que recaló en el Millonarios de Bogotá. los clubes de la Federación Colombiana reclamaron ante la FIFA, que no reconoció a los equipos de la recién formada Asociación. Pero el asunto se fue alargando hasta que el delegado de la FIFA, Ottorino Barassi consiguió que en el Congreso Suramericano de 1951 ambas partes alcanzaran un acuerdo que se conoció como "El Pacto de Lima". Según este pacto, la FIFA reconocía a los clubes la propiedad sobre los jugadores del conflicto hasta el 15 de octubre de 1954, con posibilidad de prolongar esta fecha hasta el 31 de diciembre de ese mismo año. Hasta esa fecha, los jugadores serían propiedad del club, pero una vez se cumpliera, los derechos de estos jugadores volverían a sus clubes de origen. Así, Alfredo Di Stéfano sería jugador de Millonarios hasta el 31 de diciembre de 1954 lo máximo, pero a partir del 1 de enero volvería a ser jugador de River Plate.
Así, Millonarios realizó giras de exhibición con Di Stéfano en sus filas, como la que le llevó a España por la celebración de los 50 primeros años del club blanco. En las navidades de ese mismo año, y aprovechando una visita a Chile, Di Stéfano se declara en rebeldía. Viaja a Buenos Aires y decide no volver a Colombia. Incluso se plantea abandonar el fútbol. Millonarios lo denuncia a la FIFA: el argentino, con contrato en vigor hasta el 31 de diciembre de 1954, había cobrado 4.000 dólares en concepto de anticipo. La FIFA comunica a las federaciones nacionales el asunto y advierten de la imposibilidad de ficharle. Por tanto, Di Stéfano inicia el año 1953 instalado en su Buenos Aires natal, habiéndose declarado en rebeldía contra Millonarios, sin posibilidad de ser fichado por otro club, y esperando a convertirse en jugador del River Plate nuevamente en cuanto se iniciara 1954. Esta era la situación del jugador cuando el Barcelona inicia las gestiones para hacerse con sus servicios.
Recibido por la afición del Millonarios de Bogota
En millonarios, con Nestor Raúl Rossi y Adolfo Pedernera
El Barça "ficha" a Di Stéfano
En aquellos momento, y gracias al fichaje de Kubala, el Barcelona había consolidado su hegemonía en el fútbol español. Habían ganado las copas de 1951 y 1952 y la liga de 1951-52. Sin embargo, a comienzos de 1953 se le detectó una afección pulmonar a Kubala, que empezó un periplo médico de consultas, radiografías, análisis, etc. Varios doctores se mostraron pesimistas acerca del futuro deportivo del jugador. Ante la amenaza de quedarse sin la estrella que les había convertido en el equipo puntero de España, el presidente Enrique Martí encargó al secretario técnico José Samitier el fichaje de una figura que pudiera sustituir a Kubala. El Barcelona se fijó en Di Stéfano, e inició contactos con el River Plate, aunque en ese momento los derechos eran todavía de Millonarios. El presidente del Barcelona logró un acuerdo telefónico con River Plate según el cual por el pago de cuatro millones de la época se hacía con los servicios de Di Stéfano a partir del 1 de enero de 1955, es decir, cuando hubiera acabado su contrato con Millonarios que, a pesar de haber sido apartado de las negociaciones, seguía siendo el propietario del jugador.
Así, el 23 de mayo de 1953, Di Stéfano llega a Barcelona. Pero por aquél entonces se había producido la milagrosa recuperación de Kubala, gracias al cual el Barcelona se proclama campeón de Liga y de Copa. Por ello, el Barcelona fue invitado a la "Pequeña Copa del Mundo" que se celebraría en Caracas. El presidente barcelonista, Enrique Martí se llevaba como deberes solucionar el fichaje de Di Stéfano con Millonarios. En la entrevista que mantuvo con el presidente de Millonarios, Alfonso Seniors, éste exigió al dirigente azulgrana el pago de 27.000 dólares a cambio de ceder los derechos de su club sobre el jugador. El presidente del Barcelona se negó, y a su llegada a España llegó a declarar que si Millonarios no rebajaba sus exigencias, el Barcelona estaba dispuesto a tener a Di Stéfano una temporada sin jugar.
El Real Madrid entra en acción
En ese momento hace acto de aparición el Real Madrid. El Vicepresidente madridista, Álvaro Bustamante, envió a Bogotá a Raimundo Saporta con los 27.000 dólares que pedían a cambio de la cesión de los derechos del jugador. Una vez conseguidos estos, que convertían a Di Stéfano en jugador del Madrid hasta el 31 de diciembre de 1954, viajó a Buenos Aires con la idea hacerse con los derechos del jugador a partir del 1 de enero de 1955. Sin embargo, el que el Barcelona hubiera abonado ya dos de los cuatro millones de pesetas que pedía el River Plate por los derechos de Di Stéfano, dio al traste con la operación. Pese a todo, Raimundo Saporta consiguió del club argentino garantías de no ponerse del lado de ninguno de los dos clubes en caso de un futuro conflicto. Considerando que Di Stéfano era en ese momento jugador del Madrid, Saporta viaja a Barcelona y se pone en contacto con él. En ese momento Di Stéfano se sentía abandonado por el Barcelona, incapaz de encontrar una solución a su caso, por el hecho de que sólo había disputado tres partidos amistosos y por lo incierto de su futuro. Su entrevista con Saporta le devolvió la ilusión y el hecho de que Saporta le abonase sus primeras pesetas como jugador del Madrid alegró sobre todo a su mujer, preocupada ya por estirar el presupuesto familiar para llegar a fin de mes. Una semana después, el presidente de Millonarios se reunía con Don Santiago Bernabéu en Madrid, y quedaba así cerrado el traspaso al club blanco. Alfredo DiStéfano era jugador del Madrid... hasta el uno de enero de 1955
En resumen, el Real Madrid posé los derechos de DiStéfano al habérselos adquirido al Millonarios pero sólo hasta fin de 1954, al no haber podido adquirírselos al River Plate, pues se les había adelantado el Barcelona. Por su parte, el Barcelona no ha negociado con Millonarios, y ha pagado a River Plate el 50% de los que estos piden por los derechos del jugador a partir de 1955. Por ello, ninguno de los dos clubes podían tramitar la solicitud de licencia para el argentino en la Federación Española de Fútbol para la temporada 1953-54: el Barcelona necesitaba que el Madrid cediera sus derechos, y el Madrid no podía hacer otro tanto sin el visto bueno del River Plate, que había vendido sus derechos al Barcelona. La FIFA comunicó a la Federación Española que no se tramitara licencia ninguna a Di Stéfano mientras no se aclarara esta situación. Era necesario que ambos clubes llegaran a un acuerdo.
Alfredo Di Stéfano llega al Real Madrid.
Ante esta situación, el presidente azulgrana Enrique Martí pierde los nervios e intenta traspasar los derechos del Jugador a la Juventus de Turín sin informar a Di Stéfano, lo que indignó al jugador. Ante la negativa de la Juventud de entrar en negociaciones por un jugador con una situación tan complicada, el Barcelona se pone en contacto con River Plate y pide la anulación del contrato y la devolución de los dos millones de pesetas de una forma y modo poco acertados a lo que el River Plate se niega. La FIFA nombra como mediador a Armando Muñoz Calero, expresidente de la Federación Española de Fútbol y que tanto había hecho para que Kubala jugase en el Barcelona. Calero toma una decisión salomónica: Di Stéfano jugará en el Real Madrid las temporadas 1953-54 y 1955-56, y en el Barcelona las 1954-55 y 1956-57, tras esto, ambos equipos deberían ponerse de acuerdo en decidir el futuro del jugador.
En un principio, ambos clubes acatan la decisión. sin embargo, había surgido un nuevo problema: el 24 de agosto de 1953 había entrado en vigor una nueva disposición legal de la Delegación Nacional de Deportes según la cual se prohibía el fichaje de extranjeros desde esa fecha. Aquí será donde se produzca la única intervención gubernamental en el fichaje de Alfredo Di Stéfano: la aprobación por parte de la DND de la posibilidad de que se permita la contratación de aquellos jugadores extranjeros cuyo fichaje estuviera en negociaciones antes del día 22 de agosto de 1953 y que si bien es cierto permitió el fichaje de Di Stéfano por el Real Madrid para la temporada 1954-55, era una medida general para todos los clubes. Así, el holandés Faas Wilkes pudo fichar por el Valencia, el chileno Andrés Prieto por el Español y el Francés Carlos Ducasse por el Valladolid. La noche del 22 de septiembre de 1953 el Real Madrid presenta la ficha en la federación Castellana. Unas horas antes, el presidente del Barcelona había presentado su dimisión por los errores cometidos en el fichaje de Di Stéfano.
Su debut frente al Nancy el día siguiente no fue lo que se esperaba: el Madrid perdió 2-4 con un gol de un Di Stéfano con sobrepeso y en bajo estado de forma tras nueve meses sin haber jugado fútbol de competición. Sin embargo, a la quinta jornada de la liga el Madrid aventajaba en dos puntos al Barcelona. La Comisión Gestora que dirigía el Barcelona tras la dimisión de Martí decidió el 14 de octubre renunciar a todos sus derechos sobre Di Stéfano siempre y cuando el Madrid les compensara económicamente por los gastos que toda la gestión había producido al Barcelona. Las causas que llevaron a esta decisión podrían ser muchas (que el Barcelona, tras la recuperación de Kubala, ya no necesitara tanto los servicios de Di Stéfano; que al entrenador Daucik no le gustase el Di Stéfano que había visto en el Madrid; la imagen conflictiva que tenía el argentino) pero la que manifestó el presidente de la Junta Gestora del Barça fue que el Barça era un club demasiado importante para compartir un jugador con un equipo rival. Así, se negoció en Madrid con Bernabéu una solución definitiva. El 25 de octubre de 1953, antes del Real Madrid-Barcelona que se jugaba en Chamartín, en el momento en que ambos encabezaban la clasificación con diez puntos, los directivos de ambos clubes se reunieron y se procedió a la firma del documento según el cual el Barcelona renunciaba al jugador.
En el terreno de juego el Madrid, dirigido por el jugador que el Barcelona había rechazado, derrotaba 5-0 al Barcelona con dos goles de Di Stéfano. La edad de oro del Real Madrid en el fútbol nacional e internacional había comenzado.
Las mentiras del Barcelona.
El barcelonismo sigue haciendo referencia a unas supuestas intervenciones gubernamentales en beneficio del Real Madrid. Aunque eso fuera cierto, es una crítica poco apropiada viniendo de un club que sí se vio claramente beneficiado por las autoridades cuando concedieron rápidamente la nacionalidad española a Kubala para que pudiera jugar en el club catalán. Pero es que además, no es cierto. La principal culpa de que Di Stéfano recalara en el Real Madrid en lugar del Barcelona la tuvo el presidente de ésta entidad, Enric Martí al hablar con River Plate en lugar de Millonarios de Bogotá, quiénes eran propietarios en ese momento de los derechos del jugador, y a negarse a pagar posteriormente la cantidad que el club Colombiano le exigía. También fue culpa del Barcelona que el jugador se sintiera abandonado en la capital catalana.
En ningún caso el Madrid obró incorrectamente en todo este asunto. Cuando el club madrileño se apresta a fichar a Di Stéfano éste no era, ni mucho menos, jugador del Barcelona. De hecho, la actuación del Madrid fue más correcta que la del Barcelona: primero llegaron a un acuerdo con el club que tenía los derechos del jugador en ese momento. Luego intentaron llegar a un acuerdo con el que los tendría con posterioridad, pero que ya había llegado a un acuerdo con el Barça. Pese a quien pese, este acuerdo sólo convertiría a Di Stéfano en jugador barcelonista un año y medio después. Aunque pueda parecer ridículo, también hay que negar que los teléfonos usados por el Barcelona en sus gestiones en sudamérica fueran intervenidos por orden del Real Madrid, pero esas mentiras también se ha extendido por parte de los culés (por ejemplo, en la Colección del Centenario del Fútbol Club Barcelona, tomo 11)
No hubo intervención del gobierno en favor del Madrid. Como se ha demostrado anteriormente, la decisión del DND de que Di Stéfano no se viera afectado por la normativa del 24 de agosto de 1953 no fue un privilegio concedido al jugador argentino, sino que fue una decisión aplicable a todos los jugadores extranjeros cuya ficha se hubiera empezado a tramitar antes de que esa normativa entrara en vigor, tal como se declara en el comunicado que a tal efecto hizo pública la DND el 19 de septiembre en el que en ningún caso, y en contra de lo que afirman los barcelonistas, se nombra directamente a Alfredo Di Stéfano.
No debe olvidarse que todo el clamor azulgrana sobre este asunto parte de lo que fue la historia del fútbol mundial después de que Di Stéfano llegara al Real Madrid. Pero en 1953 la realidad era que al Barcelona no le merecía la pena el fichaje del jugador. Les resultaba muy complicado y caro, tanto más después de que Kubala se recuperase. Además, Di Stéfano fue menospreciado por el club catalán tal como demuestra l trato que recibió durante su breve estancia en el mismo: llevaba casi un año sin jugar fútbol de competición, estaba en un bajo estado de forma, y arrastraba la imagen de un jugador conflictivo.
El rencor del barcelonismo y su deseo de ocultar bajo unas ficticias manipulaciones a favor del Madrid lo que no fue más que una serie de despistes por parte de sus dirigentes a la hora de gestionar el fichaje al argentino, sigue presente. En su página web oficial, en el apartado dedicado a su presidente Enric Martí se siguen sosteniendo las mismas mentiras: "El Barça, que había dado una paga y señal al River, club propietario de los derechos del astro argentino (mentira: el club propietario de los derechos de Di Stéfano era Millonarios, que llegó a un acuerdo con el Madrid), vio como el Real Madrid llegaba a un acuerdo con el Millonarios de Bogotá, equipo en el que Di Stefano jugaba como cedido (mentira: Di Stéfano no jugaba como "cedido", si no que fue fichado), con la intención de 'robar' el crac al Barça (Mentira: Di Stéfano no era jugador del Barcelona, el Madrid obró correctamente al negociar con el club que tenía en ese momento los derechos, y no con el que los tendría un año y medio después). A pesar de que a efectos legales la FIFA daba la razón a nuestro Club (Mentira: la FIFA declaró que ambos clubes tenían razón y demandó que hallaran una solución, de lo contrario ninguna federación podría tramitar su ficha) y que el argentino ya se había incorporado al Futbol Club Barcelona, la Federación Española, presionada por los organismos estatales y por el Real Madrid, retuvo el transfer del jugador impidiendo así que Di Stefano se pudiera alinear oficialmente con el Barça (mentira: la verdad es que en ese momento los derechos del jugador pertenecían al Real Madrid). Esta situación se alargó durante más de tres meses hasta que se hizo insostenible y, finalmente, después de que la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes dictara una sentencia según la que se prohibía la contratación de jugadores extranjeros, el Futbol Club Barcelona decidió vender el argentino a la Juventus (Eso es verdad... pero se olvidan señalar que la Juventud en ningún momento negoció con el Barcelona, por la prohibición de la FIFA) A pesar de todo este enredo, el Real Madrid no renunció a Di Stefano. Los organismos directivos del fútbol español no quisieron implicarse (Se contradicen: acaban de afirmar que la Federación Española no sólo intervenía, sino que lo hacía de manera partidista, "presionada por los organismos estatales y por el Real Madrid" ¿en qué quedamos?) y cedieron la responsabilidad al ex presidente de la Federación y miembro del comité ejecutivo de la FIFA, Armando Muñoz Calero(...que tanto hizo para que Kubala jugara en el Barça, hay que añadir), que tomó una decisión salomónica. El crac argentino jugaría con el Real Madrid las temporadas 1953-54 y 1955-56 y con el Barça las campañas 1954-55 y 1956-57. Inicialmente, el presidente blaugrana, Enric Martí, firmó el acuerdo, pero las múltiples críticas que recibió por este hecho provocaron su dimisión el 22 de septiembre de 1953. Pocas semanas después, el Futbol Club Barcelona decidió renunciar al jugador y el Real Madrid se comprometió a pagar 4.400.000 pesetas a la entidad barcelonista".