llevo sin ir al cine mas de 6 meses, ya no solo por el precio de la entradas, que suele rondar los 5-6 € y luego sumar las palomitas y la bebida, lo peor es que siempre tienes al gracioso de turno en la sala que no para de hablar, otro que se rie cuando todo el mundo esta callado, el simpatico espectador que tienes detras que no deja de dar pataditas al asiento y como no el que no para comer caramelos cada 2 minutos y se tira 5minutos intentado quitar el envoltorio.