Rodeado de algunos de los más significativos compañeros que tuvo a lo largo de su veinte años como profesional, como Patrick Kluivert, Luis Figo o Frank de Boer, Phillip Cocu colgó oficialmente las botas el pasado sábado. El ex blaugrana, uno de los jugadores que mejor ha aunado su capacidad futbolística con su inigualable calidad humana, se vistió por última vez de corto para recibir la ovación de los seguidores del PSV Eindhoven, el club que le catapultó al FC Barcelona y al que regresó en 2004 tras dar por concluida su etapa en el Camp Nou después de seis temporadas.
Cocu, que en la actualidad es asistente técnico de la selección holandesa, con la que jugó en 101 ocasiones, destacó en su etapa en activo por ser uno de los futbolistas más polivalentes de Europa. Considerado un todoterreno, Cocu se adaptó a cualquier posición en la zona ancha así como en el eje de la defensa. Su gran fortaleza física no estuvo nunca reñida con su buen nivel técnico, con lo que sus labores defensivas se complementaban con sus aportaciones ofensivas. Gracias a su fuerte disparo y a su capacidad cabeceadora, el holandés aportó un buen número de goles a sus equipos.
El sábado, sin embargo, no logró marcar en su despedida. Estuvo a punto de conseguirlo, de penalty, pero falló su lanzamiento. El error no empañó un emotivo adiós, en el que también estuvieron presentes Dennis Bergkamp, Arthur Numan, André Oijer, Marc Overmans o ‘Bolo’ Zenden. El momento más emotivo del choque, en el que el ‘nuevo’ PSV goleó a las viejas glorias (5-1), tuvo lugar en el minuto 85 cuando los tres hijos de Cocu levantaron la tablilla con el número 8. Fue el momento de la retirada definitiva.
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