Los países que prohíben videojuegos no son pocos. Aunque hay algunos que terminan por replantearse sus decisiones, otros aumentan la lista. Tal ha sido el caso de Uzbekistán, que ha decidido prohibir casi 40 juegos para evitar ofensas culturales y religiosas y porque pueden ser «usados para propagar violencia, pornografía y amenazar la seguridad y estabilidad social»
La nota graciosa la pone el hecho de que, como suele ser habitual en estos casos, está claro que la gente que ha tomado la decisión no tenía mucha idea de videojuegos. Sólo así se explica que entre la lista de juegos prohibidos figuren Left 4 Dead 3 (que ni siquiera existe, pero aún así, se han prohibido las «tres» entregas), Until Down (Until Dawn) y Kane and Leanch (Lynch decidió cambiarse de nombre para hacer más difícil su captura, por lo visto). Otros títulos son Resident Evil, Mortal Kombat, Dead Space…
Hay que destacar, antes de empezar a señalar directamente con el dedo, que no hay que irse a países de oriente medio y demás para ver cosas así. Si mal no recuerda un servidor, Postal 2, que también figura en la lista de juegos prohibidos de Uzbekistán, puede llevarte a la cárcel en Nueva Zelanda. Alemania es famosa por no permitir el lanzamiento de videojuegos en los que haya algún tipo de mutilación de figuras humanoides (Dead Island, por ejemplo, no pasa el filtro censor). En otros casos podemos ver ciertos niveles de censura discutibles (Japón eliminando la posibilidad de hacer explotar una bomba nuclear en un Fallout, por sensibilidad histórica), pero en este caso, la situación es un tanto caricaturesca.