Más buenas noticias de Uncharted 4, un juegazo que también ha mirado por el papel de las mujeres en la trama y que no se caiga en estereotipos banales. Personajes como el de Elena, Nadine y otras chicas que intervienen en la última aventura de Nathan Drake están medidas al dedillo y Naughty Dog ha prestado atención en sus conversaciones, poses, animaciones y formas de pensar para que no se produzcan situaciones donde se relegue a la mujer a un segundo plano, se hipersexualice o se le de un papel de mera decoración, comportamientos, por desgracia, demasiado habituales en videojuegos como denunciábamos aquí.
Neil Druckmann, director del juego, ha explicado en una entrevista que, durante el desarrollo, ha tenido a un pequeño equipo de probadores o testers con el ojo especialmente puesto en que no haya ninguna escena ni diálogo sexistas, en que ellas funcionen como el resto de personajes y los masculinos, con sus fortalezas y debilidades, con sus motivaciones y descuidos, etc. Ni más ni menos.
Ampliaba todo entrando en cierto spoiler del tramo final del juego que no es necesario desvelar aquí, pero que viene a decir que algunos de los que lo probaron previamente no quedaron conformes con el último segmento y el cierre hasta los títulos de crédito, cuestión que Druckmann dice no entender. «¿Qué más dará?», se preguntaba contando también que tuvieron que despedir a uno de los testers por sus comentarios sexistas sobre el final del juego.
Está claro que Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón ha sido un videojuego hecho con mimo, tiempo, enorme equipo y mucho dinero. Cuestiones como ésta vienen a demostrar que hablamos de una superproducción con todas las letras, un producto gigantesco que no todos los estudios y editoras pueden asumir, pero que sienta un nuevo precedente en el tratamiento de los triple A y los valores culturales que deben medirse, algo así como lo que también ha logrado Assassin’s Creed en su revisión multi-religiosa a cargo de un equipo de diversas etnias, procedencias y creencias.