Ya tenemos en nuestras manos el tercer capítulo de The Last of Us, exitosa serie de HBO que ha emocionado a tantos desde su estreno y que oficialmente ya contará con una segunda temporada.
Desde la publicación del tráiler la semana pasada sabíamos que este episodio iba a centrarse en Bill y Frank; con el detalle de que veríamos a Frank vivo por primera vez en la historia de la franquicia.
Y por más que se esperaba cierta profundización en la relación de ambos personajes, lo que pocos se esperaban era un capítulo entero centrado en la pareja.
Por primera vez, la serie de HBO se desvía enteramente del argumento contado dentro del videojuego para expandir el trasfondo de uno de sus personajes, tal y como vaticinaba Neil Druckmann. Y aquí te cuento qué tal les ha salido el experimento.
Primero, nos explican el método de contagio.
El capítulo, antes de ir con Bill y Frank, nos muestra como Joel y Ellie continúan su travesía para llegar a donde se encuentran los viejos amigos de Joel y Tess.
En este trayecto, Ellie se pregunta en qué momento fue que todo se derrumbó a raíz de la pandemia de cordyceps y cómo es que el virus llegó a transmitirse tan rápido si, supuestamente, solo puede contagiarse por mordida de algún infectado.
Joel explica que, aunque no está del todo demostrado, la teoría que más se maneja es que el cordyceps mutó y logró estar presente en alimentos principales de la cadena alimenticia como la harina o el azúcar.
Esto explicaría por qué Sarah y Joel no se infectan en el primer episodio; pues Sarah rechaza las galletas de su vecina y, por suerte, Joel tampoco compra un pastel para celebrar su cumpleaños.
Una decisión que cambia el contagio por esporas por algo ciertamente más acorde a la realidad; pues ya vivimos lo rápido que puede transmitirse una enfermedad si las personas no saben exactamente cómo es que se transmite o cómo evitarla
Luego de esto, Joel también explica la crueldad de los militares a la hora de ‘contener’ la pandemia. Un paisaje lleno de esqueletos humanos deja sin aliento a Ellie, quien cada vez mira al mundo con menos ilusión e inocencia.
Dicho esto, pasemos al centro del capítulo, la relación entre Bill y Frank; que paso de ser una simple anécdota a tener una profundidad que le da más peso a la historia principal.
Una historia de amor llena de drama.
The Last of Us como videojuego es un cóctel perfecto entre drama y acción. Quienes completamos la aventura de Naughty Dog recordamos tanto escenas cinemáticas como el frenético gameplay de algunas zonas en las que parecía que sucumbiríamos por la gran cantidad de infectados.
La serie, por su parte, con este episodio deja claro que quiere deslastrarse de esa fórmula y no le importa llevarse por delante eventos importantes de la historia original.
Durante la experiencia original, se deja caer que Bill y Frank sostenían una relación homosexual de pareja; sin ahondar mucho más en el tema ni darle mucho sentido romántico a este vínculo, en detrimento de la acción del juego.
En la serie ha ocurrido todo lo contrario, en HBO han decidido cargarse todas las escenas de acción del encuentro entre Joel, Bill y Ellie; para presentarnos una historia de amor que ha hecho soltar una lagrimilla a más de un espectador.
Regresamos al año 2003.
La serie nos presenta, primero que todo, como Bill logró quedarse como todo un rey solitario en Lincoln, su pueblo. A la hora de hacer las evacuaciones a causa de cordyceps, logra esconderse en una trinchera que construye debajo de su sótano.
Bill monitoreó toda la operación hasta estar seguro que todos se habían ido del pueblo. Luego de esto, se hizo con los insumos básicos para vivir y se convirtió en una persona autosuficiente y ermitaña. No necesitaba a nadie para subsistir.
Construyó una auténtica fortaleza capaz de matar infectados con torretas automáticas y rejas eléctricas que calcinan a todos los que quieren entrar en Lincoln sin su autorización.
Pero, todo cambió.
Un día como cualquier otro, en 2007, salta una alarma para avisarle a Bill que alguien cayó en una de sus trampas. Al salir, se encuentra a un hombre indefenso que lo único que clama es que quería llegar a Boston junto a otras 10 personas, pero solo queda el en pie.
Al salir del agujero, Frank se presenta ante Bill y le pide un plato de comida para saciar su hambre. Bill, de primeras, se niega; pero luego accede tras conmoverse ante la situación de Frank; en una atmósfera en la que empezaba a leerse entre líneas cuál sería el final de todo.
Ese mismo día, tras cenar lo que preparó Bill para ambos; Frank se sienta al piano y toca la canción «Long, Long Time» de Linda Ronstadt; que le da nombre al episodio.
Al ver la interpretación amateur de Frank, Bill decide tocar y cantar la pieza por su cuenta; embargado de sentimiento por toda la desidia que ha vivido.
El momento sirve como escenario perfecto para que Bill y Frank se fundan en su primer beso; cargado de altas emociones y de interpretaciones actorales magistrales de Nick Offerman y Murray Bartlett, respectivamente.
Esto solo sería el inicio de una historia de amor entre ambos llena de perseverancia, aceptación, apoyo y vicisitudes.
Reunión con Joel y Tess en 2010.
Frank, cansado de vivir aislado del mundo, comienza a contactar con otras personas con radio. Durante sus llamadas, logró hablar con Tess y tiene la intención de reunirse con ella a pasar una tarde charlando.
Por supuesto, Bill no está para nada de acuerdo con la idea por su tendencia ermitaña y la negatividad con la que ve el mundo desde siempre.
Más allá de este conflicto, la reunión llega a darse. Bill y Frank se reúnen con Joel y Tess para hablar de negocios y pasar un rato divertido cenando y tomando vino.
Durante la reunión, Bill nunca sacó su pistola de la mesa; pero pese a sus prejuicios, se entabla una amistad entre ambas parejas, que es la que origina el vínculo que hace que Joel busque a Bill en el presente.
Esta reunión no ocurre en el juego y es otra de las desviaciones argumentales por las que ha apostado la serie para darle más profundidad a este arco.
Juntos para siempre.
Tras vivir más de 15 años juntos e incluso superando un evento que casi nos hace creer que Bill se moría, en lugar de Frank, como ocurre en el juego; la pareja sigue más unida que nunca.
Sin embargo, Frank ha desarrollado una enfermedad terminal, presumiblemente Parkinson, que le tiene inválido y totalmente dependiente de Bill.
Frank, agotado de vivir la vida de esta forma, decide morir y le pide a Bill que acabe con su vida al provocarle una sobredosis de medicamentos al diluir un puñado de pastillas en una copa de vino.
Pero antes, Frank decide vivir el último día de su vida por todo lo alto. Un buen desayuno, ir a buscar ropa nueva, casarse con Bill y morir en sus brazos, como siempre quiso.
Al final del día, Bill cumple con lo pautado, diluye las pastillas en la copa de Frank y él se las bebe para así comenzar a vivir sus últimos minutos de vida.
No obstante, la trama nos cuenta que Bill ha diluido pastillas directamente dentro de la botella; lo que significa que él también está destinado a la muerte al igual que su pareja.
Al final, ambos entran a su cuarto para pasar su última noche en su cama, juntos para siempre.
Este final, dista mucho de lo visto en el videojuego. Originalmente, Frank se harta de las normas irrestrictas de Bill para vivir en Lincoln y decide quitarse la vida tras ser mordido por un chasqueador.
La llegada de Joel y Ellie.
A cambio de todo el frenetismo que vivimos en el videojuego, la llegada de Joel y Ellie a Lincoln está cargada de drama y desilusión.
Joel llega a casa de la pareja para enterarse, gracias a una carta que Ellie lee en voz alta, que ambos han decidido quitarse la vida.
La carta nos esgrime un mensaje que aplica tanto para Bill como para Joel: «Odiaba a todo el mundo, pero de repente llegó alguien que valía la pena salvar«, un resumen de los últimos años de Bill y su etapa de vida con más plenitud.
El mensaje, impacta a Joel al también mencionar a Tess, de quien se despide simbólicamente al inicio del episodio. Además, los autores también van asomando implícitamente como Joel empieza a construir ese sentimiento de protección hacia Ellie, que empieza a brillar para él en medio de tanta oscuridad.
Ellie, sin que Joel se percate de lo ocurrido, toma una pistola que Frank tenía guardada en un cajón de la casa; sustituyendo la icónica manera en la que Ellie se hace con su primer arma en el videojuego y suprimiendo esa relación con Frank que no comienza ni termina para nada bien.
El capítulo termina con un plano desde dentro de la ventana de Bill y Frank, viendo como Joel y Ellie prosiguen con su viaje; sin mostrarnos los cuerpos descompuestos de ambos personajes para mantener hasta el final el aura de drama y romanticismo, quizás excesivo en su longitud, que desprendió este episodio.
La adaptación profundizó, pero se olvidó de la fidelidad y la acción.
El concepto de la historia de Bill y Frank y cómo le dieron un mayor contexto a su historia secundaria es sencillamente magistral; pero también se dejó muy de lado el componente de acción del producto original.
La icónica escena de Joel colgando de cabeza, rodeado de infectados, ha sido suprimida por darle validez a la épica historia de amor.
Una adaptación televisiva te permite tener mucho más drama que un videojuego AAA, que siempre debe estar enfocado en la acción para entretener.
Sin embargo, haber decidido olvidar por completo esos momentos de acción ha hecho que la esencia del producto original se trastocase, no mucho, pero lo suficiente como para dejar de lado otros momentos icónicos dentro del videojuego.
A fin de cuentas, Joel necesitaba una camioneta con una batería en funcionamiento para seguir su camino y, cambios sí o cambios no, es lo que ha conseguido en este tercer episodio.
Para gustos, colores. El episodio ha sido criticado por muchos por despegarse del producto original, mientras que otro bando alaba como HBO representó y le dio relevancia a una relación homosexual en la pantalla chica ante una audiencia masiva.
En mi caso, hubiera preferido un equilibrio entre ambas versiones, pues he echado de menos la personalidad de Bill y esas interacciones que tiene con Ellie en el juego.
Dicho esto, nos vemos el próximo domingo con el cuarto episodio de The Last of Us.
¿Seguirá atreviéndose HBO a aplicar nuevos cambios a la trama?