Reino Unido no considera, por ahora, las cajas de botín como apuesta
Se comprometen a prestar atención al asunto
Hace unos días, se hacía oficial que una petición online había alcanzado el número mínimo de firmas para ser debatida por el Parlamento de Reino Unido. Esta petición tenía como objeto la regulación de las «cajas de botín» o loot boxes de los videojuegos y que estas pasaran a considerarse como apuestas. El motivo de ello es que suelen llevar asociados micropagos y, dado que muchos niños no pueden ser conscientes de lo que hacen, se pueden ver influenciados por este tipo de «apuesta» y sus consecuencias. Ayer mismo el Parlamento daba una respuesta a la petición.
«Cuando los objetos conseguidos en un videojuego pueden ser objeto de comercio o intercambiados adquieren un valor monetario fuera de la plataforma del juego, y donde los establecimientos para apostar con dichos objetos son ofertados a consumidores ubicados en Inglaterra, una licencia de la Comisión de Apuestas es necesaria. Si no hay licencia, la Comisión usa una serie de poderes reguladores para tomar las medidas oportunas«, comienza la respuesta.
«Proteger a los niños y gente vulnerable de sufrir daño con respecto a las apuestas es uno de los objetivos principales de la regulación de las apuestas en Reino Unido y una prioridad para el gobierno. La Comisión de Apuestas tiene una serie de poderes reguladores para tomar medidas cuando se llevan a cabo apuestas ilegales. Este mismo año la Comisión de Apuestas llevó con éxito ante la justicia a los responsables de una web que facilita apuestas ilegales por objetos de un juego que estaba al alcance de los niños, siendo el primer órgano regulador del mundo en llevar a cabo esa medida. El gobierno reconoce los riesgos que trae la cada vez mayor convergencia entre las apuestas y los videojuegos. La Comisión de Apuestas está monitorizando este asunto y lo seguirá haciéndolo a medida que se desarrolle en el mercado«, concluyen.
Es decir: ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Se trata de una respuesta tibia, en la que el Parlamento no se compromete a tomar ningún tipo de medida más allá de la «monitorización» del asunto. No es de extrañar, pues se trata de una medida que, en caso de aplicarse, tendría consecuencias bastante serias para diversas empresas y los productos que distribuyen en territorio británico.
Si compañías como Blizzard tuvieran que estar sujetas a las leyes de juego nacionales de cada país (porque es de suponer que Reino Unido sólo sería el primer país en aplicar la normativa, pero no el único) y modificar el funcionamiento de una de sus fuentes de ingresos de Overwatch, por citar un ejemplo actual y conocido, sin duda esto tendría consecuencias a la hora de su distribución y mantenimiento. Pero parece que, por el momento, aún queda algún tiempo para que esto sea una realidad.