Después de que en el día de ayer la agencia de calificación Moody’s degradara el nivel de calificación crediticia de Sony a “bono basura”, la compañía japonesa ha experimentado una caída del 2,86% en su cotización en el índice Nikkei.
Y es que, durante el día de ayer, Moody’s puso en entredicho la solvencia de Sony dado que las ventas de televisores y ordenadores personales han experimentado durante todo este tiempo una tendencia bajista. Algo que, además, entra en relación con las pérdidas registradas en el último trimestre del año y que sorprendieron a buena parte del mercado.
Kazuo Hirai, presidente de la compañía, reaccionó ante este anuncio asegurando que, gracias a la división de teléfonos móviles Xperia y a la sección PlayStation con la nueva PS4 a la cabeza, Sony sería capaz de recuperar unos beneficios que se han visto afectados por la caída de la demanda entre los televisores y los ordenadores. Sin embargo, en cuanto a la telefonía móvil, Sony se enfrenta a la fuerte posición que Apple y Samsung tienen en el mercado.
Por último, después de catalogar el rating de Sony en Ba1, justo un escalón por debajo de posibles recomendaciones de inversión, la agencia declaró que la perspectiva de esta calificación sería estable dada la débil y volátil rentabilidad de la compañía.