La retrocompatibilidad ha sido bastante importante para Xbox One, que ha permitido a muchos seguir jugando sin problemas a títulos de 360, a diferencia de los que estamos en PS4 que no puede reproducir juegos de PS3. Esta retrocompatibilidad se iba a ampliar hacia la primera Xbox, pero ahora llegan algunos detalles más sobre las lógicas limitaciones de esta función, según ha explicado el propio Phil Spencer a través de las redes sociales.
Si bien ya sabíamos que iban a ser pocos los juegos que estarían disponibles a través de este sistema, o como poco, «muchos menos» que los que se han hecho retrocompatibles de 360, hay que tener en cuenta que además hay una serie de limitaciones que también serán aplicables al hacer uso de ella. En primer lugar, la ausencia de un modo a pantalla completa. Es tan sencillo como que por aquel entonces no era algo generalizado y el código que corremos es el original, por tanto no hay modo de activar esta función.
La otra ausencia es también la de los logros, que tampoco estaban disponibles en los títulos originales y de nuevo, no serán implementados. Es decir, que la comparativa entre la retrocompatibilidad de las nuevas consolas de Microsoft con la Xbox original y los juegos emulados de PS2 en PS4 queda en un balance tanto más positivo para los usuarios de Microsoft. La falta de coste del servicio seguramente supla con creces la falta de los logros, algo que seguramente la mayoría pueda pasar por alto sin problemas.