Ya hemos comentado alguna vez por aquí que la realidad virtual es la siguiente gran frontera del mundo de los videojuegos. Cada vez quedan más lejos aquellos intentos, tan limitados por la tecnología, que lógicamente al mirar atrás son casi risibles, de no ser porque entendemos todo el trabajo que había detrás de ellos.
Sin embargo, el futuro ya está a la vuelta de la esquina y los artilugios que parecen tener todas las papeletas para llevar la voz cantante son, sin ninguna duda, Oculus Rift, de Oculus VR (propiedad de Facebook actualmente) y Project Morpheus, el dispositivo en el que Sony está trabajando.
En el caso de Oculus, que parece llevar ventaja en su desarrollo, están preocupados principalmente por los efectos secundarios de un producto que no esté preparado para salir al mercado. «Nos preocupa que algunas de las grandes compañías pongan a la venta productos que no están preparados. Que liberen un elefante en una habitación, llamado desorientación y náuseas», declaraba Brendan Iribe, director ejecutivo de Oculus VR.
Iribe además comenta cómo la tecnología de realidad virtual está, aunque parezca que se ha avanzado bastante, dando sus primeros pasos. Ha añadido también que han invitado a Sony a ver su último prototipo, concluyendo con un amistoso desafío: «¡Aseguraos de que vuestro producto es igual de bueno o se acerque lo más posible!»