Cuando comenzamos a ver los distintos materiales, algunos filtrados y otros oficiales, sobre Project Beast, el juego que ha terminado recibiendo como nombre oficial Bloodborne, muchos dimos por sentado que se trataría de una secuela directa de Demon’s Souls.
Sin embargo, pese a venir del mismo estudio de sádicos (no puede darse otro nombre a los responsables de la muerte de millones y millones de jugadores a lo largo y ancho del mundo) y comparta varias características, ha resultado no serlo, algo que ha sorprendido a los fans.
En una reciente entrevista, Hidetaka Miyazaki, director del juego, ha explicado varias cosas sobre el título, entre las que también figura el motivo de que no hayan hecho una continuación del juego de culto. «Cuando nos preguntaron que si queríamos hacer un juego para la nueva genración, tuvimos claro que queríamos hacer algo nuevo, por lo que nunca consideramos que fuese una secuela».
A algunos puede haberles sorprendido ver armas de fuego, pero esto también tiene una explicación. «Queríamos un cambio respecto al sistema de combate de Demon’s Souls, algo distinto del típico espada y escudo, así que decidimos poner armas de fuego. No obstante, era imperativo que no se convirtiera en un shooter, de ahí la ambientación victoriana, en la que se usan pistolas antiguas».
Tampoco podremos seguir la mecánica de protegernos y esperar a que nuestro enemigo baje la guardia para hacer un ataque letal. Tal como explica Miyazaki, el jugador que se ponga a protegerse y espere un error del enemigo será, en sus propias palabras, devorado y aniquilado. «Para avanzar, tendrás que luchar de forma activa… y esto no significa que vayas a ser más fuerte que tus enemigos, más bien al revés».
Parece que se avecinan varios millones de nuevas muertes el próximo año de forma totalmente exclusiva para PS4.