Hacía años que no se recordaba una ruptura en el mundo videojueguil tan bochornosa y mediática como la del genio Hideo Kojima con la distribuidora Konami, dueños de la licencia de la saga Metal Gear Solid.
En diciembre de 2015, y tras más de 30 años trabajando para esta compañía nipona, Kojima rompía de manera drástica su colaboración presentando su dimisión, quemando muchos puentes a su paso. Por una parte, la frustración de un artista al que no dejaban trabajar en los proyectos que le habían asignado, y por otra, el intento de la compañía de «enterrarle vivo» y hacer que desapareciera del mapa poco a poco.
Konami fracasó en su intento y les salió el tiro por la culata: Kojima abandonaba la empresa, pasaba a afiliarse con Sony, y como último golpe: fundaba su propia empresa libre de cualquier atadura, Kojima Productions.
Sin embargo, en la gran K les quedaba un as en la manga: la mejor saga de juegos de acción y sigilo de la historia seguía siendo suya.
Esta semana salió a la venta el primer Metal Gear sin la supervisión de Kojima, Metal Gear Survive, un juego de supervivencia con zombies, que, por si fuera poco, es canon. O sea, comparte lore e historia con el resto de la saga MGS. Durante un momento, podemos observar que los nombres de los personajes aparecen apuntados en una lista y en cierto orden. Los fans, atónitos, han notado un detalle curioso: juntando las iniciales, parece que se forma la frase «Kojima Productions For Ever» («Kojima Productions para siempre»)
¿Es casualidad o más bien el intento de algún desarrollador de lanzar un último adiós a la saga que les ha visto nacer?