El dominio de la saga Dragon Quest en el mercado japonés es indiscutible. Es el JRPG que continúa siendo fiel a las mecánicas de juego más clásicas y es capaz de vender millones de copias en pocos días. Incluso sus entregas no numeradas, como Heroes, Monster Joker y Builders, son respaldados por un buen número de seguidores.
Las comparaciones con Final Fantasy han sido inevitables a lo largo de los años, aunque sus estilos no podían ser más distintos. Los juegos ilustrados por Akira Toriyama, a pesar de su fama en Japón, no han repetido éxito en el mercado occidental, posición que sí han alcanzado los FF. Solo Dragon Quest VIII, IX y XI han debutado en sus consolas originales, mientras que el resto de entregas lo han hecho mediante remakes.
Ha habido que esperar un año para la llegada de Ecos de un pasado perdido, y todo indicaba que no vería la luz más allá de las tierras niponas, pero Square Enix apostó de nuevo por localizar el título y lanzarlo por todo el mundo. Incluso añadió voces en inglés (la versión japonesa carecía por completo de voces).
El productor Hokuto Okamoto habló la pasada Tokyo Game Show 2018 para IGN sobre el futuro de Dragon Quest en occidente, y fue muy contundente.
Necesitamos que Dragon Quest venda en Occidente, aunque sea una cantidad mínima, si queremos continuar localizando los juegos.
Está claro que el futuro de la saga fuera de Japón va a depender de las ventas y Dragon Quest XI, a pesar de ser la mejor entrega, tiene que vérselas con Spiderman y Lara Croft, cuyos videojuegos se colocan en la cima de los rankings de ventas internacionales. Sin duda, Dragon Quest se enfrenta a su misión más difícil.