Aunque se contaba con que funcionase bastante bien, pocos esperaban el exitazo que ha sido Crash Bandicoot: N’Sane Trilogy. Después de haber fulminado las listas de ventas de medio mundo durante dos meses seguidos, resulta curioso saber una cosa. El juego no está funcionando demasiado bien en Japón.
El estreno esta semana pasada del remake en territorio nipón se ha traducido, en sus tres primeros días de ventas, en algo menos de 20.000 unidades colocadas en manos de los jugadores. La comparación con los juegos originales es abismal, vendiendo el primero casi el triple, Crash 2 ocho veces más (alrededor de 170.000) y las más de 290.000 unidades de Crash Warped.
El motivo parece bastante lógico, si se piensa fríamente. Es otro mercado, busca otro tipo de productos y una vieja gloria no les resulta tan atractiva como los nuevos títulos que pueden estar disponibles en el inmenso mercado de títulos para portátiles que tanto funcionan en Japón. Eso sí, igual los próximos intentos funcionan mejor.