Incluso sin nombre oficial, sólo con un par de imágenes filtradas, lo nuevo de los creadores de la saga Souls ya se había convertido en algo que alcanzaba los límites de le expectación. Conocido por el nombre en clave Project Beast, Bloodborne es uno de los exclusivos de PS4 que suena con más fuerza para el año que viene.
Sabemos, porque ya se ha comentado varias veces, que el sistema de combate ha cambiado bastante respecto a lo que hemos visto hasta ahora (por mucho que no pertenezca de forma directa al mismo universo, la comparación es inevitable) en los Souls. Se acabó el defenderse y contraatacar, en éste caso tendremos que ser bastante más activos durante nuestros combates, para hacer uso del sistema de recuperación.
El añadido del sistema de recuperación también está presente. Éste sistema para regenerar algo del daño sufrido sirve para representar una idea filosófica de Hidetaka Miyazaki, director del juego. En su opinión, con el sistema de recuperación, la barra de vida es más bien un indicador de tu fuerza de voluntad, tus ganas de sobrevivir.
Ganas de sobrevivir será lo que haga falta para terminar, porque además se ha aclarado un dato que ha sido malinterpretado. Cuando indicaron que el juego «no castigaría tanto al jugador», en ningún momento hablaron de bajar la dificultad. Se estaban refiriendo al sistema de recuperación, que eliminaría parte del castigo sufrido, pero la dificultad se mantendrá.
Masaaki Yamagiwa, productor del juego, ha declarado que Miyazaki quería mantener esa sensación de logro de Demon’s Souls, pero que subir la dificultad no era una opción, básicamente porque ya era muy elevada. Así que han aportado una atmósfera aún más aterradora… pero no más fácil. Ni mucho menos.