En Milestone son unos expertos en los simuladores de carreras y, con esta nueva IP, dan el salto al género arcade con la intención de llegar al mayor público posible. Gran variedad de coches, pruebas y climatologías se unen para ofrecer una experiencia de conducción que no llega a ser tan frenética como parece en un principio.
El mundo del Rally
Con títulos como los WRC y su más reciente Sébastien Loeb Rally Evo, el estudio italiano es buen conocedor del mundo del rally y sabe cómo llegar a los jugadores aficionados a este tipo de competiciones. Con Gravel, su objetivo es atraer a todo tipo de jugadores. Por este motivo, no han usado ninguna licencia y han creado un nuevo título con la intención de traer de vuelta el clásico juego arcade de carreras. Tanto su estilo de conducción y modos de juego hacen justicia a esta premisa.
El reality show de carreras
El modo principal del juego para un jugador está planteado de una forma muy original. Milestone ha creado un mundo de ficción con pilotos inventados y una cadena de televisión llamada Gravel Channel, que sigue todo lo que ocurre en este deporte. Como toda cadena de TV, tiene su programa estrella, Off-Road Masters, un reality show centrado en las carreras de coches todoterreno y que busca al mejor piloto del año.
No hace falta decir, que el jugador será uno de los aspirantes que deberá ganar en las diferentes modalidades superando a los rivales para hacerse con la corona de mejor piloto. Los rivales son pilotos ficticios que actuarán como jefes finales y a los que hay que vencer en carreras uno contra uno en su terreno favorito.
Como todo buen programa de deportes no faltará un comentarista con un perfecto doblaje al castellano que analizará nuestro papel durante toda la competición.
Pruebas para todos los gustos
Gravel también se suma al sistema de subida de niveles. Completando objetivos se ganan puntos para subir de nivel y estrellas para desbloquear nuevos desafíos. Al adquirir un nuevo nivel, se desbloquean nuevos coches, circuitos y modificaciones para personalizar los vehículos. Estos elementos serán importantes porque cada prueba tiene una serie de especificaciones en cuanto al tipo competición y a la clase de coche que puede competir.
Los modos clásicos del género, como la carrera por vueltas y contrarreloj, están presentes, y añade otros más interesantes como el modo eliminación, checkpoint y smash-up. En el primero, el último corredor va siendo eliminado, mientras que los otros dos modos son muy parecidos, en los que el jugador debe pasar por una serie de puntos en pruebas cronometradas. Un error puede dar al traste con un buen tiempo.
En números, Gravel ofrece más de 40 vehículos, 16 localizaciones y 20 entradas en su campaña principal, a los que se añade su imprescindible modo online y los retos semanales.
Un arcade irregular
Milestone ha cumplido con lo prometido, han dejado de lado los exigentes simuladores de conducción y se han centrado en una experiencia arcade con un manejo más asequible. Como suele decirse: es fácil de aprender, pero difícil de dominar.
Por desgracia, la sensación de frenetismo y dinamismo de las carreras se desvanece muy rápido. Una vez superadas sus primeras pruebas, todo lo que queda por delante es más de lo mismo en diferentes pistas, y serán las condiciones climatológicas más adversas lo que mantendrá la emoción un poco más.
Por otro lado, el apartado gráfico de las localizaciones y la climatología destacan por encima de lo demás. El modelaje de los coches no está tan bien acabado y, siendo estos los principales protagonistas del título, los contrastes entre uno y otro quedan patentes. Hay modelos muy bien detallados y otros con un aspecto muy simple.
Como buen juego de rally, el apartado sonoro cumple a la perfección. Los rugidos del motor, ambientación, choques y la banda sonora están a la altura de lo que se espera en un título de estas características y ayuda a sumergir al jugador en la experiencia.
Veredicto 65
El estudio italiano se aleja de sus simulaciones de conducción para ofrecer una trepidante experiencia arcade con una curva de dificultad destinada a atraer a un número mayor de jugadores. El resultado es un juego de carreras divertido con una duración no demasiado larga, que mantendrá pegados al mando a los aficionados del género durante una buena cantidad de horas.