EL UNIVERSO DE LOS “OTAKUS”
Así se denomina a los aficionados al manga, pero no son aficionados cualesquiera. El término “otaku” reivindica algo “más allá del fan.
Son generalmente jóvenes de doce a dieciocho años que siguen la estética de sus personajes preferidos del manga. Se visten como ellos, se peinan como ellos y viven por y para el manga. El término es una variación honorífica de “usted”, y se comenzó a utilizar como calificativo burlón de coleccionistas fanáticos que se escudaban en esa palabra para distanciarse de las personas que no compartían su afición. Pero viajando, esta palabra y con ella los jóvenes que la representan, ha llegado hasta lugares como Estados Unidos, México o España.
Más allá del espíritu fan, hay un alo de cultura que el lector de manga no debe dejar escapar. Akira Yamada, ministro de la embajada de Japón, durante el Expomanga 2008 apuntaba que “el manga es una ventana por la que se pueden ver muchas cosas de la cultura japonesa”. Quizás no sea de manera intencionada, pero los autores japoneses, creadores de estos tebeos, reflejan las costumbres y roles de su sociedad. “Depende mucho del manga” nos cuenta Paula Acevedo, “pero sí suele existir por ejemplo una sumisión por parte de la mujer. De modo que en los cómics románticos es la chica quien lucha por conseguir a su amado. Y si un personaje femenino es fuerte, suele ser malvado”.
Pero no siempre se cumple la misma regla, las reglas están hechas para romperse, y la sumisión de la mujer no ocurre en las historias de Naruto, en el que las chicas son bien peleonas y saben cómo defenderse. Éste héroe, que está pegando fuerte, obra de Masashi Kishimoto es inconfundible por su tocado en la frente en espiral.
El cómic japonés, tiene un seguimiento masivo en Japón y es cada vez más conocido en todo el mundo, evoluciona más allá de las cuatro esquinas de un papel.
A mediados del siglo XX nació el “animé” como una extensión audiovisual del tebeo japonés. El animé, ya sea en cine o en televisión, aparece impregnado de la cultura popular japonesa y del Arte Contemporáneo de Japón.
Así se denomina a los aficionados al manga, pero no son aficionados cualesquiera. El término “otaku” reivindica algo “más allá del fan.
Son generalmente jóvenes de doce a dieciocho años que siguen la estética de sus personajes preferidos del manga. Se visten como ellos, se peinan como ellos y viven por y para el manga. El término es una variación honorífica de “usted”, y se comenzó a utilizar como calificativo burlón de coleccionistas fanáticos que se escudaban en esa palabra para distanciarse de las personas que no compartían su afición. Pero viajando, esta palabra y con ella los jóvenes que la representan, ha llegado hasta lugares como Estados Unidos, México o España.
Más allá del espíritu fan, hay un alo de cultura que el lector de manga no debe dejar escapar. Akira Yamada, ministro de la embajada de Japón, durante el Expomanga 2008 apuntaba que “el manga es una ventana por la que se pueden ver muchas cosas de la cultura japonesa”. Quizás no sea de manera intencionada, pero los autores japoneses, creadores de estos tebeos, reflejan las costumbres y roles de su sociedad. “Depende mucho del manga” nos cuenta Paula Acevedo, “pero sí suele existir por ejemplo una sumisión por parte de la mujer. De modo que en los cómics románticos es la chica quien lucha por conseguir a su amado. Y si un personaje femenino es fuerte, suele ser malvado”.
Pero no siempre se cumple la misma regla, las reglas están hechas para romperse, y la sumisión de la mujer no ocurre en las historias de Naruto, en el que las chicas son bien peleonas y saben cómo defenderse. Éste héroe, que está pegando fuerte, obra de Masashi Kishimoto es inconfundible por su tocado en la frente en espiral.
El cómic japonés, tiene un seguimiento masivo en Japón y es cada vez más conocido en todo el mundo, evoluciona más allá de las cuatro esquinas de un papel.
A mediados del siglo XX nació el “animé” como una extensión audiovisual del tebeo japonés. El animé, ya sea en cine o en televisión, aparece impregnado de la cultura popular japonesa y del Arte Contemporáneo de Japón.