Uno de los fenómenos que más calado está teniendo en la industria de los videojuegos, al igual que en el cine, durante lo últimos años es el de los remake. Tocar la fibra sensible de la nostalgia actualizando clásicos se ha convertido en una práctica habitual a falta de ideas originales que puede dar muy buenos resultados.
Eso mismo han pensado en Namco Bandai a la hora de echar la vista atrás y rescatar del cajón del olvido el nombre de Splatterhouse, juego que destacó en su día sobre todo por la cantidad de gore y casquería que mostraba en pantalla, resultando impactante en su momento.
El argumento del juego en este remake nos pone en la piel de Rick, un joven que va a una casa abandonada con su novia a pasar el rato, por desgracia para ellos la casa resulta que está habitada por el siniestro Doctor West, que secuestra a la novia de Rick dejando a nuestro protagonista malherido.
Es en este momento cuando por cosas del destino Rick encontrará una máscara maldita que al ponérsela le transformará en una máquina de matar, pudiendo así emprender la aventura de rescatar a su novia.
Pero la máscara tiene sus propios planes, e irá tentando continuamente a Rick para seducirle con el poder que puede proporcionarle.
Con esta sencilla historia empieza este nuevo Splatterhouse, un beat em up que siguiendo la estela del original nos propone por encima de todo acción y sangre, mucha sangre.
Controlando a Rick iremos superando distintos niveles llenos de criaturas infernales que intentarán acabar con nosotros, a nuestra disposición además de nuestra fuerza podremos utilizar algunas armas del escenario e incluso los miembros que arranquemos a los enemigos, ahí es nada.
El control sobre el protagonista apunta a ser bastante sencillo e intuitivo, será coger el mando y enseguida estaremos repartiendo leña y esquivando las trampas que encontraremos por los distintos escenarios.
Pero como ya hemos dicho la sangre será sin duda una protagonista más en este juego, cada vez que luchemos contra los enemigos el escenario y la pantalla se teñirán de rojo, además acumulando sangre derramada podremos llenar una barra para realizar golpes especiales entrando en una especie de modo berseker donde el juego se volverá en blanco y negro al más puro estilo Madworld.
Tal vez para poder evitar la censura y que la sangre y la casquería no resulte tan impactante el juego tiene un toque gráfico de cell shading. Por lo demás técnicamente el juego en este primer acercamiento resultaba resultón, cumpliendo con su función de crear una ambientación sórdida apropiada al desarrollo de la aventura.
Otro de los grandes atractivos de Splatterhouse como no podía ser de otra forma es su sentido del humor, tanto por algunas pruebas que debemos hacer para avanzar (por ejemplo quemar a enemigos en un microondas gigante) como por los diálogos que mantendrán Rick y la máscara el juego -conseguirá sacarnos una sonrisa en más de una ocasión-.
Splatterhouse ha conseguido despertar buenas sensaciones en este primer contacto, si bien es cierto que está dirigido a un público muy específico por su temática, quienes busquen un beat em up salvaje y directo deberán seguir de cerca este título que saldrá a finales de año.
Eso mismo han pensado en Namco Bandai a la hora de echar la vista atrás y rescatar del cajón del olvido el nombre de Splatterhouse, juego que destacó en su día sobre todo por la cantidad de gore y casquería que mostraba en pantalla, resultando impactante en su momento.
El argumento del juego en este remake nos pone en la piel de Rick, un joven que va a una casa abandonada con su novia a pasar el rato, por desgracia para ellos la casa resulta que está habitada por el siniestro Doctor West, que secuestra a la novia de Rick dejando a nuestro protagonista malherido.
Es en este momento cuando por cosas del destino Rick encontrará una máscara maldita que al ponérsela le transformará en una máquina de matar, pudiendo así emprender la aventura de rescatar a su novia.
Pero la máscara tiene sus propios planes, e irá tentando continuamente a Rick para seducirle con el poder que puede proporcionarle.
Con esta sencilla historia empieza este nuevo Splatterhouse, un beat em up que siguiendo la estela del original nos propone por encima de todo acción y sangre, mucha sangre.
Controlando a Rick iremos superando distintos niveles llenos de criaturas infernales que intentarán acabar con nosotros, a nuestra disposición además de nuestra fuerza podremos utilizar algunas armas del escenario e incluso los miembros que arranquemos a los enemigos, ahí es nada.
El control sobre el protagonista apunta a ser bastante sencillo e intuitivo, será coger el mando y enseguida estaremos repartiendo leña y esquivando las trampas que encontraremos por los distintos escenarios.
Pero como ya hemos dicho la sangre será sin duda una protagonista más en este juego, cada vez que luchemos contra los enemigos el escenario y la pantalla se teñirán de rojo, además acumulando sangre derramada podremos llenar una barra para realizar golpes especiales entrando en una especie de modo berseker donde el juego se volverá en blanco y negro al más puro estilo Madworld.
Tal vez para poder evitar la censura y que la sangre y la casquería no resulte tan impactante el juego tiene un toque gráfico de cell shading. Por lo demás técnicamente el juego en este primer acercamiento resultaba resultón, cumpliendo con su función de crear una ambientación sórdida apropiada al desarrollo de la aventura.
Otro de los grandes atractivos de Splatterhouse como no podía ser de otra forma es su sentido del humor, tanto por algunas pruebas que debemos hacer para avanzar (por ejemplo quemar a enemigos en un microondas gigante) como por los diálogos que mantendrán Rick y la máscara el juego -conseguirá sacarnos una sonrisa en más de una ocasión-.
Splatterhouse ha conseguido despertar buenas sensaciones en este primer contacto, si bien es cierto que está dirigido a un público muy específico por su temática, quienes busquen un beat em up salvaje y directo deberán seguir de cerca este título que saldrá a finales de año.