(NO CONTIENE SPOILERS)
Pues nada mozos y mozas, acabo de completar La Balada de Gay Tony, último capítulo de la colosal obra de Rockstar, y tengo las emociones a flor de piel...¿por qué? porque esta experiencia en Liberty City, con sus tres episodios, es sin duda de una de las más satisfactorias que he vivido en mi historia videojueguil.
No se trata de un juego y dos expansiones, no. Tampoco son tres juegos independientes, y si me apuran, ni siquiera se trata de tres historias, con un principio y un final, sino que se trata de un enorme, colosal mosaico narrativo, tan bien hilvanado, tan sólidamente construido y tan detallado, que es dificil de asimilar para la mente de cualquier videojugador acostumbrado a lo de siempre.
Se trata también del retrato virtual de una ciudad con vida propia, una ciudad enorme que se mueve y respira, alegre y bulliciosa, pero también triste, convulsa, deprimida y grotesca, dentro de la cual encarnamos a tres personajes de origen distinto, con distintas inquietudes y problemas, con amigos y enemigos, tres formas de ver la vida, tres mundos completamente diferentes que conviven en una misma ciudad y cuyos caminos se verán irremediablemente entrecruzados.
Un inmigrante serbio en busca de venganza, un veterano miembro de una banda de moteros, un relaciones públicas del mundo de la noche, un taxista ludópata con delirios de grandeza, narcotraficantes, mafiosos, políticos corruptos, prostitutas, abogados pederastas, yonkis, indigentes, homosexuales con doble vida y doble moral, yuppies trasnochados, rateros y matones de barrio, es tan solo una breve síntesis de la inabarcable marea humana que conoceremos en nuesto devenir por Liberty City, y lo que hace grande a todo este conglomerado de fauna humana, es el prisma eminentemente satírico con el que están narradas todas y cada una de las subtramas que componen esta opera urbana. Verdaderamente hay que ser un artista para dar un cariz cómico y burlesco a la cantidad de situaciones aberrantes, rocambolescas y en muchas ocasiones durísimas que tienen lugar en GTA IV, pero claro está, estamos hablando de Rockstar.
Podría extenderme en la descripción de la cantidad de actividades que podemos llegar a desempeñar en Liberty City, pero prefiero que cada uno lo descubra por si mismo, si es que no lo habeis hecho ya. Por no hablar de la sensación de vivir dentro de una ciudad, de tener que amoldarte a ella cada vez que tienes que hacer una misión, o del placer de simplemente contemplarla; salir a pasear, ver el devenir de la gente, gente que toma cafe, que compra un periodico y se sienta en un banco de la calle a leerlo, otros hablan por el movil, otros hacen ejercicio en los parques, ver como la policía detiene a un conductor en mitad de la calle y le registra el maletero, accidentes de tráfico, locos profetas vociferando su verdad en mitad de un callejón, vendedores de perritos, saxofonistas callejeros, mendigos, prostitutas...todo, absolutamente todo, está vivo, y esa sensación no la he tenido con ningún otro capítulo de la saga, en los que las ciudades eran un simple escenario acartonado en el que desarrollar una trama principal y diferentes misiones secundarias, y con ningún otro juego. Se podría decir que Liberty City es la verdadera protagonista de la historia, los demás personajes son simples satélites que orbitan en torno a ella, dentro de ella, tropezando continuamente entre si, con mayor o menor fortuna.
Y ya hablando en concreto de La Balada, la preciosa balada que acabo de degustar, de Tony (¡que encanto de Tony!), de Luis (tipo duro y latin lover, personaje que aunque empieza gustando se va diluyendo un poco su personalidad e identidad a lo largo de la historia, pero es un digno protagonista) he decir que me ha maravillado. Concretamente el final, que me ha dejado con cara de imbécil, boquiabierta, incluso me he emocionado en las secuencias finales... por las secuencias en si, y porque no quería que se acabara la historia, no quería que se acabara Liberty City, me ha dejado con ganas de más a pesar de las casi 200 horas que llevo jugadas, de más historias de éxitos y fracasos, de venganza, amistades, de ansia de poder, luchas de intereses, sexo, perversión y lujuria, de violencia pura y dura, homofobia, xenofobia, decadencia...de todo aquello que en definitva caracteriza a las grandes agrupaciones humanas, concretamente en el mundo capitalista. Más o menos deformado, más o menos exagerado ( o no), pero que están ahí, y todo ello plasmado a través del filtro incomparable de estos artistas, que recuperan el sentido más clásico de la sátira como género narrativo.
"Life is complicated; I killed people, smuggled people, sold people. Perhaps here, things will be different"
Saludos!
Pues nada mozos y mozas, acabo de completar La Balada de Gay Tony, último capítulo de la colosal obra de Rockstar, y tengo las emociones a flor de piel...¿por qué? porque esta experiencia en Liberty City, con sus tres episodios, es sin duda de una de las más satisfactorias que he vivido en mi historia videojueguil.
No se trata de un juego y dos expansiones, no. Tampoco son tres juegos independientes, y si me apuran, ni siquiera se trata de tres historias, con un principio y un final, sino que se trata de un enorme, colosal mosaico narrativo, tan bien hilvanado, tan sólidamente construido y tan detallado, que es dificil de asimilar para la mente de cualquier videojugador acostumbrado a lo de siempre.
Se trata también del retrato virtual de una ciudad con vida propia, una ciudad enorme que se mueve y respira, alegre y bulliciosa, pero también triste, convulsa, deprimida y grotesca, dentro de la cual encarnamos a tres personajes de origen distinto, con distintas inquietudes y problemas, con amigos y enemigos, tres formas de ver la vida, tres mundos completamente diferentes que conviven en una misma ciudad y cuyos caminos se verán irremediablemente entrecruzados.
Un inmigrante serbio en busca de venganza, un veterano miembro de una banda de moteros, un relaciones públicas del mundo de la noche, un taxista ludópata con delirios de grandeza, narcotraficantes, mafiosos, políticos corruptos, prostitutas, abogados pederastas, yonkis, indigentes, homosexuales con doble vida y doble moral, yuppies trasnochados, rateros y matones de barrio, es tan solo una breve síntesis de la inabarcable marea humana que conoceremos en nuesto devenir por Liberty City, y lo que hace grande a todo este conglomerado de fauna humana, es el prisma eminentemente satírico con el que están narradas todas y cada una de las subtramas que componen esta opera urbana. Verdaderamente hay que ser un artista para dar un cariz cómico y burlesco a la cantidad de situaciones aberrantes, rocambolescas y en muchas ocasiones durísimas que tienen lugar en GTA IV, pero claro está, estamos hablando de Rockstar.
Podría extenderme en la descripción de la cantidad de actividades que podemos llegar a desempeñar en Liberty City, pero prefiero que cada uno lo descubra por si mismo, si es que no lo habeis hecho ya. Por no hablar de la sensación de vivir dentro de una ciudad, de tener que amoldarte a ella cada vez que tienes que hacer una misión, o del placer de simplemente contemplarla; salir a pasear, ver el devenir de la gente, gente que toma cafe, que compra un periodico y se sienta en un banco de la calle a leerlo, otros hablan por el movil, otros hacen ejercicio en los parques, ver como la policía detiene a un conductor en mitad de la calle y le registra el maletero, accidentes de tráfico, locos profetas vociferando su verdad en mitad de un callejón, vendedores de perritos, saxofonistas callejeros, mendigos, prostitutas...todo, absolutamente todo, está vivo, y esa sensación no la he tenido con ningún otro capítulo de la saga, en los que las ciudades eran un simple escenario acartonado en el que desarrollar una trama principal y diferentes misiones secundarias, y con ningún otro juego. Se podría decir que Liberty City es la verdadera protagonista de la historia, los demás personajes son simples satélites que orbitan en torno a ella, dentro de ella, tropezando continuamente entre si, con mayor o menor fortuna.
Y ya hablando en concreto de La Balada, la preciosa balada que acabo de degustar, de Tony (¡que encanto de Tony!), de Luis (tipo duro y latin lover, personaje que aunque empieza gustando se va diluyendo un poco su personalidad e identidad a lo largo de la historia, pero es un digno protagonista) he decir que me ha maravillado. Concretamente el final, que me ha dejado con cara de imbécil, boquiabierta, incluso me he emocionado en las secuencias finales... por las secuencias en si, y porque no quería que se acabara la historia, no quería que se acabara Liberty City, me ha dejado con ganas de más a pesar de las casi 200 horas que llevo jugadas, de más historias de éxitos y fracasos, de venganza, amistades, de ansia de poder, luchas de intereses, sexo, perversión y lujuria, de violencia pura y dura, homofobia, xenofobia, decadencia...de todo aquello que en definitva caracteriza a las grandes agrupaciones humanas, concretamente en el mundo capitalista. Más o menos deformado, más o menos exagerado ( o no), pero que están ahí, y todo ello plasmado a través del filtro incomparable de estos artistas, que recuperan el sentido más clásico de la sátira como género narrativo.
"Life is complicated; I killed people, smuggled people, sold people. Perhaps here, things will be different"
Saludos!