No es la primera mierda protagonizada por Will Smith, aunque les pese a sus incondicionales (también los tuvo Stallone y Swarchsenneger o como dios quiera que se llame.. y no todo lo que hicieron fue bueno). Primera crítica en Las Horas Perdidas:
Llevábamos cerca de tres semanas con publicidad a tope de esta película, una publicidad que prometía, aunque dentro de ciertos límites, una película irreverente, graciosa y cuya premisa desde luego era una idea genial: un superhéroe borracho, que vive como un mendigo y que es rechazado por la gente porque hace más mal que bien con su falta de tacto. Además la protagonizaba Will Smith, que en los últimos años siempre ha sido garantía, cuanto menos, de entretenimiento.
Pues Hancock, al final, no es nada de eso. Y la sensación tampoco es la de haber visto una mala película, sino la de una idea poco y mal aprovechada que se convierte en algo ya visto, pero encima, soso. No hay escenas absurdas (salvo algún detalle de la charla clave entre Smith y Theron), ni malas actuaciones, ni siquiera escenas de acción chuscas. Todo es correcto, pero con una falta de alma que asusta.
El principal problema está en el guión, sin duda alguna. La trama principal cambia según avanza la peli. Sin destripar mucho, puedo decir que si la primera parte de la peli es la de un superhéroe detestado, la segunda es la de una historia de amor que tampoco es tal. Pasando por una fase de “limipieza de imagen pública” que parecía que iba a ser el argumento central pero que a mitad de peli se zanja para pasar a otra cosa. Es como ver pelis diferentes.
No es de extrañar, por tanto, la sensación de que Smith está con el piloto automático, Jason Bateman tiene un personaje totalmente desaprovechado que al final parece solo una excusa para hilar tramas, y Charlize Theron cumple, pero poco más. Todos deambulan por ahí, pero con unos personajes cuyas motivaciones varían tanto y están tan poco trabajadas, que parece que no les importe nada de lo que sucede alrededor. A mí tampoco. Más aún si al lado tenía a la gipsy family con un niño (sesión de las 12 de la noche, ojo, y no era el único) que no paraba de hablar en voz alta, moverse, patear el asiento o directamente pasearse por el cine con su tía.
Es una peli sobre la que, honestamente, no tengo mucho más que contar porque varía tanto, pero con tan poco interés y profundidad, que no hay mucho más que sacar. Es una peli sosa, pelín aburrida, con cuatro chistes, que no son otros que los del trailer, y que aunque está dirigida de forma correcta e interpretada, también, con una corrección que no la destaca ni para bien ni para mal, no dice nada, no interesa, y se olvida según sales por la puerta.
Para sobremesa de domingo, pero no para pagar por ir al cine a verla, avisados quedáis.