Así pues, el sobrenombre Reflex de esta entrega para la blanca de Nintendo es más que adecuado, y es que, efectivamente, este Modern Warfare es un fiel reflejo de las versiones para PC, Xbox 360 y PS3, sólo que el espejo utilizado no posee tanta capacidad de CPU, de gráficos o de memoria. A pesar de todo, se logra conservar el espíritu y jugabilidad del original, algo que posibilitará que disfrutemos de todo el esplendor de una intensísima campaña librada en tres actos y dotada de una variedad frenética.
El videojuego, como es habitual en las series, comienza con un prólogo a modo de tutorial que, aparte de aconsejarnos un nivel de dificultad (existen hasta seis), en el caso de Wii supone una acertada aproximación a los controles con wiimote y nunchuk.
Nadie a día de hoy pone ya en duda la idoneidad del binomio wiimote-nunchuk a la hora de controlar un First Person Shooter, y Treyarch, que lo sabía muy bien, ha aprovechado la tecnología giroscópica para que apuntemos a la pantalla como si tuviéramos un rifle en la mano. En este sentido, hay que hacer notar que dominar el puntero de disparo con el wiimote requiere un tiempo de aprendizaje, aunque también hay que señalar que disponemos de un conjunto de opciones de personalización para que los controles sean los que se adapten a nosotros: sensibilidad, zonas muertas, velocidad de desplazamiento de cámara, configuración de botones...
