Habilidades, armas y multijugador, Frank Castle salta del cómic a un videojuego descargable.
Un shooter en primera persona protagonizado por El Castigador suena genial, ¿verdad? Pues No, Mercy no es genial en absoluto. Torpe, irregular y falto de acabado; una oportunidad perdida para dotar a un personaje de cómic de su talla de un videojuego a su altura.
The Punisher: No Mercy se estaba vendiendo como una interesante opción para los amantes de los shooters descargable a través del Store de PlayStation Network. Finalmente con el título en las manos sólo podemos rescatar la impresión de que al videojuego de Zen Studios le faltan todavía varios meses de desarrollo para convertirse en un producto aceptable.
El videojuego cuenta con algunas ideas interesantes tras de sí, como la personalización, las insondables dosis de violencia y un multijugador que es, con mucho, lo mejor de su oferta. Sin embargo estos tres destellos no son suficientes para iluminar un conjunto demasiado sombrío como para tenerlo en cuenta.
Ultimate Punisher
Generalmente empezamos los análisis de los shooters hablando de las características, argumento y concepto de la campaña individual, salvo que éste esté principalmente orientado hacia el multijugador. Es el caso de The Punisher, que por dejadez o por diseño ha dejado de lado el modo historia de una forma sonrojante.
Un desdibujado puñado de capítulos que podemos superar en menos de una hora compone la campaña con un hilo argumental que los une como buenamente puede, empleando una narrativa mala, pobre y que desaprovecha del todo la calidad y las posibilidades de una franquicia como la protagonizada por Frank Castle. Si somos profundos conocedores de los cómics puede que nos suenen algunos personajes y villanos, pero el videojuego no hará ningún esfuerzo por presentarlos o describirlos para los neófitos y tampoco por hacer que los veteranos sientan algún tipo de interés por la historia.
El apartado multijugador resulta, por lo tanto, el principal atractivo del videojuego, ya que la campaña es un mero recorrido guiado con torpes y estúpidos bots como enemigos. Hay una opción cooperativa para superar el Modo Historia, pero resulta tan poco atractiva y estimulante como hacerlo en solitario.
En la faceta competitiva hay poco que destacar en cuanto a modos de juego, puesto que No Mercy apuesta por una serie de modalidades que son meras derivaciones de las clásicas que hemos visto ya cientos de veces. En lo positivo podemos destacar las armas y habilidades que desbloquearemos jugando on-line también accesibles con muertes en la campaña, y que nos permitirán personalizar a nuestro personaje con nuevo arsenal o con poderes como los del escudo extra o la velocidad aumentada. Como el lector puede ver no es novedoso, no es revolucionario y tampoco particularmente profundo, pero es un punto positivo al fin y al cabo.
¿En lo negativo? Muchas cosas. En primer lugar el videojuego acusa bastantes problemas de lag, lo que en una experiencia tan fuertemente orientada a la faceta on-line es poco menos que imperdonable. En segundo término también hay que dejar claro que resulta algo complicado entrar en contacto con nuestros colegas de PlayStation Network, puesto que No Mercy complica en exceso la opción de buscarlos. Por último la experiencia resulta monótona, puesto que ni los mapas ofrecen grandes posibilidades ni la acción deja mucho espacio a la planificación dada su falta de respiro.
SALUDOS
Un shooter en primera persona protagonizado por El Castigador suena genial, ¿verdad? Pues No, Mercy no es genial en absoluto. Torpe, irregular y falto de acabado; una oportunidad perdida para dotar a un personaje de cómic de su talla de un videojuego a su altura.
The Punisher: No Mercy se estaba vendiendo como una interesante opción para los amantes de los shooters descargable a través del Store de PlayStation Network. Finalmente con el título en las manos sólo podemos rescatar la impresión de que al videojuego de Zen Studios le faltan todavía varios meses de desarrollo para convertirse en un producto aceptable.
El videojuego cuenta con algunas ideas interesantes tras de sí, como la personalización, las insondables dosis de violencia y un multijugador que es, con mucho, lo mejor de su oferta. Sin embargo estos tres destellos no son suficientes para iluminar un conjunto demasiado sombrío como para tenerlo en cuenta.
Ultimate Punisher
Generalmente empezamos los análisis de los shooters hablando de las características, argumento y concepto de la campaña individual, salvo que éste esté principalmente orientado hacia el multijugador. Es el caso de The Punisher, que por dejadez o por diseño ha dejado de lado el modo historia de una forma sonrojante.
Un desdibujado puñado de capítulos que podemos superar en menos de una hora compone la campaña con un hilo argumental que los une como buenamente puede, empleando una narrativa mala, pobre y que desaprovecha del todo la calidad y las posibilidades de una franquicia como la protagonizada por Frank Castle. Si somos profundos conocedores de los cómics puede que nos suenen algunos personajes y villanos, pero el videojuego no hará ningún esfuerzo por presentarlos o describirlos para los neófitos y tampoco por hacer que los veteranos sientan algún tipo de interés por la historia.
El apartado multijugador resulta, por lo tanto, el principal atractivo del videojuego, ya que la campaña es un mero recorrido guiado con torpes y estúpidos bots como enemigos. Hay una opción cooperativa para superar el Modo Historia, pero resulta tan poco atractiva y estimulante como hacerlo en solitario.
En la faceta competitiva hay poco que destacar en cuanto a modos de juego, puesto que No Mercy apuesta por una serie de modalidades que son meras derivaciones de las clásicas que hemos visto ya cientos de veces. En lo positivo podemos destacar las armas y habilidades que desbloquearemos jugando on-line también accesibles con muertes en la campaña, y que nos permitirán personalizar a nuestro personaje con nuevo arsenal o con poderes como los del escudo extra o la velocidad aumentada. Como el lector puede ver no es novedoso, no es revolucionario y tampoco particularmente profundo, pero es un punto positivo al fin y al cabo.
¿En lo negativo? Muchas cosas. En primer lugar el videojuego acusa bastantes problemas de lag, lo que en una experiencia tan fuertemente orientada a la faceta on-line es poco menos que imperdonable. En segundo término también hay que dejar claro que resulta algo complicado entrar en contacto con nuestros colegas de PlayStation Network, puesto que No Mercy complica en exceso la opción de buscarlos. Por último la experiencia resulta monótona, puesto que ni los mapas ofrecen grandes posibilidades ni la acción deja mucho espacio a la planificación dada su falta de respiro.
SALUDOS