The Division, el “Destiny” de Ubisoft
Nos volvemos adictos al loot desperdigado por una Nueva York devastada tras probar el juego en profundidad
En muchas ocasiones se ha hablado en LaPS4 de Tom Clancy’s The Division desde que se anunciara en el año 2013, tratando de dibujar con palabras casi siempre un proyecto que nunca había acabado de mostrar todas sus cartas a nivel jugable. Incluso en nuestro más reciente podcast comentábamos alguna cosilla también, sin entrar en detalles a la espera de la publicación de este texto. ¿Online, MMO, RPG? Conceptos que retumbaban una y otra vez en nuestra cabeza sin poder ver con cierta perspectiva todo lo que esto podía suponer en el juego final, pero que ahora, tras un viaje a las heladísimas tierras de Ubisoft Massive en Malmö para probar el juego en profundidad, os puedo contar que The División es algo tan familiar en estos días como innovador al mismo tiempo gracias al buen hacer del estudio sueco.
60 minutos de gameplay capturado en la sesión de juego
Y es posible hablar de ambas características porque, aunque Destiny propone (y sigue proponiendo muy bien, por cierto) algo parecido desde septiembre de 2014, Tom Clancy’s The Division derrocha personalidad propia por los cuatro costados. Y si, habéis leído bien. Si perteneces a ese amplio grupo de personas que no sabe que se encontrará en The Division, piensa en Bungie, piensa en Destiny, piensa en la adicción por conseguir loot cada vez mejor, por jugar en cooperativo con tus amigos y por rejugarlo una y otra vez sin parar, intentando superar las misiones más complicadas en los diferentes modos de dificultad.
Pero cuando pienses en ello, no creas que repite defectos o que copia virtudes de manera exacta. Tom Clancy’s The Division es diferente ya de entrada con algo tan importante como la historia, mucho más trabajada, y que nos llevará a una ciudad de Nueva York arrasada por una terrible pandemia después del famoso Black Friday. En ese punto, The Division, unidad autónoma de agentes tácticos, hace acto de presencia para restaurar todos aquellos servicios básicos que han dejado de funcionar, teniendo como objetivo final salvar a la sociedad del total desgobierno.
Manhattan surge así como un lugar caótico en el que el agente que controlemos deberá ahondar en todos sus conflictos, y que para organizarse bien dispondrá de la denominada Base de Operaciones, la particular Ciudadela del juego. En este lugar la capacidad argumental de The Division alcanzará velocidad de crucero, pues se integran hasta tres ramas narrativas que tendrán su incidencia directa con todas las habilidades disponibles, siendo estas la Ala médica, la Ala de seguridad y la Ala tecnológica.
Importante es en especial este punto porque desde el mismo se construye todo el entramado de historia y jugabilidad. Seremos capaces de enrolarnos con el orden que prefiramos en los encargos de la doctora Kandel para investigar el mortal virus, luchar contras las facciones hostiles con la ayuda del Capitán Benítez o averiguar junto al ingeniero Rhodes la desaparición de los primeros agentes. Y es que The Division cuenta con lo que Ubisoft Massive denomina como “narrativa de mundo abierto”, y que permite que cada jugador vaya completando la misión que quieras sin un orden establecido.
De entrada, todo esto refuerza y apuntala el concepto de MMO con una historia que, siguiendo la analogía con Destiny, no tenía el título de Bungie. El argumento se torna importante, y está acompañado de dramatizaciones a través de escenas protagonizadas también por personajes como los nombrados anteriormente, que asumirán un papel fundamental en el objetivo de recuperar el control de la ciudad. La existencia del virus, los grupos hostiles que campan por la ciudad, el desgobierno y anarquía incipiente… todo ello nutre y alimenta el desarrollo normal a nivel interactivo, muy necesario para que la rejugabilidad (que será fundamental) no decaiga en interés en la previsible ingente cantidad de horas que se le dedicará al juego de Ubisoft.
Pero las diferencias con Destiny van más allá de la importancia que en The Division sí tiene la historia, y eso afecta de lleno a la parcela de progresión, al concepto RPG que tiene el juego. ¿Recordáis que con el título de Bungie una vez escogida la clase ya no había marcha atrás? Quedabas ligado en esa partida para siempre al tipo de Guardián elegido. Pero en el proyecto de Ubisoft Massive no ocurre así, y es que no existen diferentes tipos de agentes, sino uno solo con el equipo de habilidades que desee llevar equipadas en cada momento. El estudio ha optado de esta manera por ahondar mucho mucho más en la personalización, en las opciones y en la adaptación del jugador a cada situación del juego.
De esta manera, una vez creado el personaje con un editor sin demasiadas florituras, con las habilidades descubrimos en esta sesión de juego que cada personaje contaba con varios tipos diferentes, ramificadas según la misma división argumental a la que hacíamos referencia anteriormente (medico, tecnología y seguridad), mejorándose al completar las diferentes misiones de la campaña y ampliar luego cada servicio dentro de la propia Base de Operaciones. Y con esta misma división tendremos a nuestra disposición las tres opciones especiales en el plano interactivo, organizadas en “Habilidades” (los artilugios que hemos podido ver en muchos vídeos ya, como la bomba adhesiva o la torreta), “Talentos” y “Ventajas” (estas dos últimas, algo más pasivas).
Un conjunto de opciones que a priori parecen complicadas de ordenar mentalmente, pero que al jugar sabremos de forma rápida cómo gestionar, como me ocurrió en las primeras horas de juego en las que entré en contacto con The Division. Y evidentemente, el máximo partido de todas ellas se podrá sacar completando todas las tareas posibles que proponga el juego, y que serán muchas y variadas. Hasta el nivel 30 tendremos la progresión, desbloqueando por el camino todo el ingente árbol de habilidades del que dispone el proyecto del estudio sueco. Y a partir de ese momento, con todo desbloqueado, el incentivo principal viene de la mano del nivel de dificultad en las misiones y del loot, del querido loot.
Porque si en algo The Division apunta a destacar claramente es en las posibilidades que los objetos brindan a nivel interactivo. Pudiendo equiparse el agente con dos armas principales, una secundaria, un tipo de granada, otro objeto curativo y varias piezas de protección, el sistema de loot se desmarca como el aliciente principal para entrar una y otra vez en la caótica Nueva York para mejorar el equipo. Ubisoft Massive ha profundizado también en este aspecto para que el usuario tenga siempre un aliciente con el que volver a liarse a tiros por las calles, pero sobre todo para que pueda hacer frente al nivel de dificultad más elevado una vez el juego haya sido completado.
Aunque la cosa no termina ahí. Si encontrar objetos es ya de por sí algo lo suficientemente adictivo, The Division dispone también de la opción de creación de objetos, el denominado crafteo de toda la vida. En la misma Base de Operaciones donde conseguir todas las habilidades mejorando cada sección, podemos también crear objetos con los diferentes materiales que vayamos encontrando por el camino. ¿Queréis armas locas? Pues las vais a tener.
Pero claro, las armas y accesorios más valiosos, y los objetos más raros, no se encontrarán de cualquier manera. En The Division, en pleno World Trade Center, donde la epidemia sigue causando los más duros de los estragos, los agentes se parten la cara por conseguir los materiales más valiosos que quedan por la ciudad en la Zona Oscura. Y la mecánica de funcionamiento es muy sencilla: al adentrarnos y conseguir el objeto deseado, deberemos llevarlo al punto de extracción para poder descontaminarlo. El helicóptero tardará en llegar 90 segundos, y en ese periodo de tiempo deberemos defendernos del resto de jugadores o de la propia inteligencia artificial que tratará de arrebatarnos nuestro preciado tesoro.
Eso sí, no hace falta matar a todo jugador que veamos. De hecho, si lo hacemos y nos hacemos con el botín rival, nos convertiremos en Agentes Renegados, y apareceremos claramente en el mapa para que otros jugadores puedan acabar con nosotros y hacernos pagar por los crímenes cometidos. Todo tiene su sentido, su motivo y su consecuencia en la Zona Oscura, y las posibilidades y razones para pasar horas y horas ahí dentro son innumerables.
Lugar este que ya habíamos probado en el pasado E3, y que en esta ocasión pudimos explorar con más detenimiento. Sin duda, la propuesta para el competitivo se antoja original, no encontrando referencias iguales en títulos de similares características. Ahora bien, la duda surge cuando descubrimos que las batallas campales que se generaron en nuestra sesión de juego pueden ser un anticipo del caos que se podrá observar cuando el juego salga a la venta. ¿Aliciente para conseguir los objetos deseados? ¿Zona de guerra casi impracticable? Solo el tiempo lo dirá.
A pesar de que en este lugar se centra el competitivo de The Division, el resto de la ciudad está disponible para ser jugada tanto en solitario como en compañía hasta completar un grupo de cuatro jugadores. Además, si decidimos jugar solos, no hará falta PlayStation Plus para ello. Y de la misma manera que en Destiny se puede jugar en solitario, el título de Ubisoft da esa posibilidad también, aunque desde ya os aseguramos que lo mejor es poder adentrarse en la historia y superar sus retos en compañía de otros agentes.
Lo comprobamos de hecho en una misión en la que debíamos rescatar a un personaje del Madison Square Garden, convertido en improvisado hospital en el que se atendían a los miles de infectados por la epidemia. Siendo solo tres los agentes del equipo, no era nada fácil derrotar a una inteligencia artificial con recursos, que sabía moverse, y que reaccionaba en consecuencia a acciones nuestras tales como el lanzamiento de granadas. Huelga decir que la misión en concreta, además de otras que hicimos, fueron divertidas a rabiar. Algo que con amigos aumentará seguro de forma exponencial.
Si además sumamos a todo esto que el gunplay es bastante sólido, todo acaba uniéndose perfectamente en este particular rompecabezas. El sistema de coberturas además funciona realmente bien, heredando las mecánicas de títulos como Splinter Cell: Black List o incluso de Watch Dogs en algunas partes. Lo mejor de la casa francesa forma parte de The Division en el plano interactivo, y en esta ocasión es motivo amplio de satisfacción.
Y sobre el tema que todo el mundo habla, solo me queda lanzar un mensaje de tranquilidad, aunque para la sesión de juego solo pudimos ver la versión de Xbox One. Sí, The Division no pinta igual de bien que aquello que se vio en el E3 del año 2013, pero tampoco llega al bajo nivel que se vio de nuevo en la Gamescom de 2014. El resultado que encontraréis todos en vuestras casas contará con una calidad enorme. Y ya no hablo solo de aspectos técnicos como las iluminación, texturas, animaciones (muy cuidadas, por cierto) que funcionan muy bien para ser un juego netamente online, sino también de la ambientación, que refuerza aún más si cabe todo el contexto argumental del juego.
Si pensamos que la ciudad entra en shock tras el Black Friday, entenderemos que todas las calles y el interior de muchos edificios estén decorados con la luz típica de esas fechas tan señaladas. El efecto de la nieve, del frío, la meterología cambiante, junto al ciclo de día y de noche, y ese toque navideño hace que el carisma del juego de Ubisoft Massive se multiplique ampliamente, desmarcándose tanto de la competencia como de los propios juegos de Ubisoft de los que, irremediablemente, se notan similitudes.
Entré con dudas sobre el juego en la sesión, pero salí convencido de su potencial cuando esté ya en las tiendas. Y el motivo es Destiny. No porque sea una copia, sino justo por lo contrario, por su capacidad de reinventar lo que el juego de Bungie propuso y cambiarlo partiendo de la base de una historia trabajada y una ambientación sólida y única. Además, desde el Ubisoft Massive nos aseguraron que The Division dispondría también de DLCs gratuitos, algo que de entrada siempre supone una buena noticia por el simple hecho de estar acostumbrados a lo contrario, a ese anuncio de expansiones de forma anticipada sin estar todavía el juego en nuestros manos.
Pero todo lo que comento podéis corroborar muy pronto. Entre el día 29 y 31 de enero empezará a funcionar la beta de The Division en PS4, el momento ideal para entrar en contacto con el juego y comprobar si queréis o no devolver la paz al infierno helado en el que se ha convertido la ciudad de Nueva York.