Aventuras en mayúsculas, pero una mejor que otra. Rise of the Tomb Raider acaba de salir -muy bien parado en cuanto a calidad- en Xbox One y ahora comienza su cuenta atrás hacia la versión de PlayStation 4 que, probablemente, tendremos en otoño del año que viene. Meses antes, ese 18 de marzo de 2016 marcado a fuego en muchos calendarios, Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón estrenará como ningún otro exclusivo de PS4 la tecnología de la consola poniendo punto y final a la serie más aventurera y exitosa de Naughty Dog. Con toda la cascada de información del esperado último viaje de Nathan Drake y con los reviews de la nueva Lara Croft de Crystal Dynamics en absoluto consenso sobre lo potente de su gran viaje reciente, iba llegando la hora de enfrentar a los arqueólogos, de poner sus armas frente a frente e ir viendo quién va a dar el salto definitivo o puede ser considerado el mayor tesoro encontrado en la nueva generación.
Como juegos de acción y plataformas, Uncharted aprendió y cogió muchísimo de la saga Tomb Raider y luego el Tomb Raider de 2013 hizo lo mismo sobre la serie Uncharted. Ambos han sido recíprocos en lo que clonaban o buscaban mejorar, con protagonistas similares, mezclando el gusto por los templos y los hallazgos milenarios, así como la acción armada de third person shooter que se intercala con espectaculares secuencias de saltos y escalada. Ahora, Rise of the Tomb Raider y Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón presentan estos nuevos valores pero elevados a una nueva potencia que viene en gran parte lanzada por esa sensación de viaje de ambos juegos y una trama muy cuidada cargada de giros, personajes memorables y secuencias trascendentes. Los vemos por separado:
Uncharted 4 lleva a Nathan Drake hacia su último gran viaje junto a Elena y Sully, de nuevo tras las pistas de un objeto muy relacionado con su familia ancestral y apellido pirata, pero con un nuevo gran compañero que marcará de forma radical los inconvenientes y alegrías que marcarán esta odisea por todo el planeta: Sam, su hermano. La siempre provocativa Chloe, un nuevo grupo enemigo que también quiere encontrar el tesoro, algunas sorpresas sobrenaturales como gusta a Naughty Dog colocar en cada entrega de la saga y muchos peligros, trampas, carreras en vehículos y tiroteos a balazo limpio son los incentivos del que promete ser el viaje más largo y emocionante de todos, también el acto que despedirá a este grupo de personajes para siempre.
La Lara Croft de Rise of the Tomb Raider es quizá la más interesante a nivel argumental de todas las que conocemos, en un viaje también marcado por avenimientos familiares que llevan a la todavía joven heroína que nos enseña el juego en busca de un objeto místico capaz de otorgar la inmortalidad, una especie de Santo Grial de la nueva era. En esta entrega vamos viendo su ascenso desde la tímida y frágil arqueóloga que conocimos en la anterior expedición en las islas del Triángulo del Dragón hasta la contundente y envalentonada femme fatale de armas tomar que todos recordamos. Lara aquí no es tan tontita pero tampoco un personaje cliché o poco creíble como su icono clásico. Su nueva aventura la lleva por todo el mundo, desde parajes desérticos de Siria hasta selvas tropicales o las cumbres nevadas soviéticas, condiciones extremas que intervienen en la jugabilidad variada y la poderosa narrativa, también con aliados y un claro villano.
En esta clase de videojuegos, aventuras de acción trepidante y espectáculo constante para disparar la adrenalina del espectador, es importante el tratamiento cinematográfico y el apartado meramente gráfico y sonoro que se impone. El esqueleto mayoritariamente lineal de los niveles, la necesidad de scripts y efectos programados para crear interesantes secuencias de trampas o plataformeo, y la sensación permanente de que estamos viendo una película de Indiana Jones, son factores que motivan un acabado audiovisual que realmente sea potente y saque partido a las consolas. Tanto Uncharted 4 como Rise of the Tomb Raider son juegos puramente new gen, aunque el segundo también vaya a tener versión Xbox 360 con ciertos recortes gráficos notables. Pero, ¿cuál está por encima?
Por lo visto hasta el momento en los generosos vídeos con gameplay de más de 30 minutos en total que Naughty Dog ya ha enseñado, lo que nos espera en Uncharted 4 es un verdadero espectáculo. Un juego de animaciones, iluminación, efectos o partículas muy avanzado y que amortiza como ningún otro la tecnología de PS4 sobre la que se mueve. A 30 frames que se prometen estables en la campaña y a 60 en el menos pulido pero también vistoso multijugador, el último gran viaje de Drake promete ser un auténtico festín gráfico que viene acompañado por poderío sonoro, con asegurado doblaje al castellano o nuevas piezas orquestadas para la magnífica banda sonora. El tratamiento de planos, diálogos, ángulos de cámara, composición, desenfoques, etc. responde a lo que sería una superproducción de Hollywood, ahora más que nunca gracias a ser exclusivo de la nueva generación y beneficiarse por completo de la potencia de PS4. Naughty Dog siempre ha sido devota de los gráficos y de sacar el máximo de cada consola PlayStatio con la que trabaja. No esperamos poco, no…
En su posición envidiable como uno de los más vistosos de Xbox One, Rise of the Tomb Raider en esta consola también saca buen partido de la máquina, dejando bastante atrás lo que logró el anterior juego de PS3, 360 y PC incluso en su Definitive Edition remasterizada, y que a buen seguro en PS4 mantendrá este mismo nivelazo gráfico o incluso lo aumentará por el tiempo transcurrido entre versiones. Bien es cierto que ser un juego a caballo entre las dos generaciones quizá no le deje llegar tan alto como Uncharted 4, pero no deben quedar dudas de que efectos como las tormentas de nieve, la arena y su comportamiento por granitos y partículas, o el fuego que va incendiando poco a poco las superficies son mecanismos tecnológicos solo posibles en nueva generación y un verdadero espectáculo puntero en pantalla. Este segundo viaje de la nueva Lara Croft mide mejor las secuencias cinemáticas y se esfuerza en contar una historia interesante, cargada de personajes y situaciones bien llevadas a nivel técnico y con la cámara muy obsesionada con conseguir un discurso cinematográfico, también impulsado por un apartado sonoro al máximo nivel.
Además de disparos, saltos y algún que otro puzle, tanto el nuevo U4 como el último Tomb Raider basan su atractivo jugable y, en gran medida, visual o conceptual en la exploración de todos esos enclaves y localizaciones maravillosos. Además, en ambos casos -como compartidores de género que son- el punto arqueólogo y en busca de la cámara secreta, el tesoro escondido o el camino para salir de una asfixiante estancia milenaria se traza mediante secuencias de plataformas y riscos por los que agarrarse, lo que obliga al jugador a investigar bien cada sala y acantilado antes de precipitarse al vacío o quedar encerrado para siempre. Son constantes los tramos donde todo sale mal y hay que moverse con atención y reflejos, aprovechando los puntos donde agarrarse o donde apoyar los pies, además para explorar todas las alturas y niveles de cada área. Los vemos por separado.
La marca Uncharted siempre ha estado caracterizada por la linealidad de sus capítulos, que se van enumerando y disponiendo de forma progresiva con cinemáticas que ocultan los tiempos de carga pero que van dejando atrás lo recorrido para muy pocas veces obligarnos a volver sobre nuestros pasos, y nunca dejar al jugador que regrese a zonas de forma voluntaria. En Uncharted 4 esta estructura súper encorsetada se abre un poco, también al dispone zonas menos pasilleras y bastante abiertas con muchos caminos posibles. Tanto en la demo de la jungla de la pasada PlayStation Experience como en la demo de este E3, vimos que había varias vías a tomar y sus responsables nos explicaron que cada camino lleva a Drake por unas consecuencias inmediatas diferentes. Podremos ir por las alturas o por el suelo, incluso bajo el agua, en tirolinas por los aires o en vehículos por caminos adecentados para ello. El nuevo Uncharted propone un gameplay muy interesante que es más vertical y con ello incentiva el plataformeo, los saltos, los agarres, los deslizamientos rápidos… Drake ahora tiene cuerda, gancho, tirolinas… y todo en un abanico de escenarios más amplios y redondos, por lo que se asegura una muy superior sensación de exploración y libertad.
Rise of the Tomb Raider parte con la ventaja de que el anterior juego, el que hizo de reboot de la serie hace dos años, ya era más abierto y con oportunidad de backtracking que lo que hacía Uncharted. Desde los campamentos, Lara puede moverse con viaje rápido a puntos del mapa donde ya ha estado, para inspeccionar una tumba que le era innaccesible con sus objetos de entonces o para recoger algo que dejó para más tarde. A esto se añaden escenarios bastante abiertos y con muchos secretos que no solo sirven para coleccionar, sino que además dan experiencia y querremos encontrar para desarrollar más las habilidades de la arqueóloga y su inventario. En este segundo Tomb Raider renacido todo esto repite y se lleva más allá, incluso con personajes que tienen encargos secundarios para la heroína que podremos aceptar o no, o con niveles alternativos y tumbas que pueden quedar eludidas para quienes quieran solo llegar a los títulos de crédito del hilo cental. El plataformeo vuelve a ser extremo, con cuerdas, gancho y constantes tirolinas también para moverse con agilidad en zonas realmente accidentadas y con algunos retos de salto más que interesantes.
Junto a la exploración y saltos, el otro gran frente de gameplay en ambos es el third person shooter ágil, contundente y súper divertido. Tanto Drake como Lara están obligados a moverse rápido mientras disparan, más que a anclarse en una cobertura o tirar siempre de sigilo y golpes cuerpo a cuerpo. También es importante mirar arriba y abajo, pueden desenfundar sus armas de una mano estando colgados de un saliente, o aprovechar el trayecto en tirolina para tirar granadas a una plaza que queda a sus pies. La jugabilidad de Uncharted y de la nueva serie Tomb Raider es parecida, pero con los nuevos capítulos cada uno tiene ciertas características que pueden colocarlo por encima del otro.
En Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón Drake tiene nuevos movimientos y se deja más al jugador que elija cómo hacer frente a los numerosos enemigos. La infiltración en campamentos rivales va a ganar cierto peso, pues ahora podremos hacer muertes sigilosas no solo matando a cuchillo o ahogamiento por la espalda, sino también tirando de una pierna desde una posición inferior o cayendo encima con toda la fuerza dando un salto desde posición elevada. El apuntado, recarga y disparo son todavía más satisfactorios que antes, con posible cambio de hombro para mejor ángulo, sustitución de armas que repite alojada en la cruceta o nuevas posibilidades con el gancho que nos dejan navegar mejor por los súper verticales escenarios mientras disparamos a todo lo que se mueve o nos ponemos a cubierto. También, Naughty Dog ha prometido una variedad de enemigos como nunca hasta ahora en la saga, incluso con épicos enfrentamientos que sentiremos como de jefe final. Acción sin pausa que es todavía más satisfactoria en manejo que antes, lo que conseguirá coronarse como una experiencia third person shooter perfecta y líder en su categoría, seguro.
En su puesto, en Rise of the Tomb Raider -como ocurría con el anterior- todo esto se calca con muy buen tino, pero quizá no se percibe tan absolutamente sólido en materia de manejo y sensaciones. Por partes, Lara es incluso más ágil y escurridiza que Drake, lo que genera un combate armado más desenfrenado si cabe, aunque sus armas pasan más por los distintos tipos de flecha para el arco, ametralladoras ligeras o pistolas que obligan a acertar a la cabeza para conseguir dañar duro las filas enemigas. Nathan se siente más rudo, más contundente en el apuntado y acierto sin perder mucha agilidad en su movimiento. Está especialmente bien medido en este nuevo juego de la arqueóloga cómo se implementan los segmentos de sigilo, casi obligado en determinados actos y totalmente imposible de ejercer en otros, todo marcado por la colocación de los enemigos y el brillante diseño de los niveles y su arquitectura laberíntica repleta de caminos y alturas. La verticalidad funciona de maravilla aquí, con importancia para los piolets para llegar a puntos de francotirador o buenas terrazas para dejar caer explosivos. No es demasiado táctico, pero invita a pensar ciertas situaciones o emboscadas.
El último gran pilar de la jugabilidad en las dos aventuras, los rompecabezas o puertas que no se abren hasta que damos una serie de pasos premeditados para conseguir accionarlas. Las trampas, las salas repletas de secretos, los apasionantes mecanismos de los templos milenarios o las tumbas ultra protegidas dan lugar a situaciones de puzle de lo más épicas, donde hay que pensar un poco antes de tocar todo o disparar a lo loco, y donde se suele jugar también con el engaño, la observación y la habilidad plataformera del jugador.
En Uncharted 4 ésta es una de las principales asignaturas pendientes, algo que Naughty Dog nunca trabajó del todo a fondo en esta serie ni buscó un reto realmente potente para el jugador. Sin embargo, parece ser que los puzles van a ganar protagonismo y astucia en el nuevo juego de PS4, van a ser más inteligentes -prometen sus creadores- y van a conjugar el resto de mecánicas, como los disparos, la observación, las pistas o los saltos certeros. El nuevo viaje de Drake, además, contará con algunas estancias no necesariamente visitables que esconderán pruebas de ingenio de mayor envergadura, idea recogida directamente de las tumbas de Tomb Raider y Rise of the Tomb Raider, realmente bastante por encima en esto respecto a los tres Uncharted originales. Nos podemos alegrar ya por ello.
Sí, el nuevo viaje de Lara recupera esa pasión por los puzles de entorno y las tumbas opcionales que hacen pensar de verdad al jugador cómo aprovechar los elementos que se le dan en cada sala, dónde disparar exactamente, qué palanca activar, a dónde saltar y cuándo… Esto no es como los Tomb Raider clásicos de PSX en cuanto a puzles, ni mucho menos ya que hablamos de algunos de los juegos más entregados a eso de la Historia, pero sí que se mide cierto regreso de ese componente de rompecabezas de físicas donde hay que discurrir para dar con la solución. Ahora bien, los puzles obligatorios del hilo central, los que no son de tumbas, no llegan al nivel esperado para suponer buen desafío. Como ocurría en los anteriores Uncharted y esperemos que Uncharted 4 no repita, son demasiado básicos y facilones, con demasiadas pistas para que ningún jugador, por poco atento que sea, quede atascado en ellos. Y es una pena.
Además de la poderosa modalidad central, singleplayer, Historia, Campaña o como queramos llamarla pero que, sin duda, marca por encima de todo a estos juegos, tanto Uncharted 4 como Rise of the Tomb Raider tienen formatos de partida adicionales para alargar la vida útil del producto, formatos que en ambos casos nos conectan con otros jugadores.
Uncharted 4, como U2 y U3, va a volver a tener un poderoso multijugador online 5v5 que traslada la jugabilidad ágil de saltos, trampas, puestas a cubierto y disparos al terreno competitivo contra otros. Se esperan 8 mapas de inicio, 7 modos de juego, progresión por desbloqueo de habilidades y mejoras o perks para los personajes y armas, etc. Y poderes sobrenaturales, los llamados mysthicals que nos dejan crear trampas o tener habilidades potenciadas y extraordinarias como invulnerabilidad o súper rapidez. O rachas que se transforman en invocación de aliados controlados por la CPU, los sidekicks que nos aportan un francotirador o un médico sanador. Todo se hace mucho más ágil y frenético con las cuerdas, con movimientos más ágiles para los personajes y diseños de mapas cargados de plantas a diversas alturas y saltos para poner todo por los aires. Tendrá beta del 4 al 13 de este diciembre para los poseedores de la The Nathan Drake Collection. Promete muchísimas horas de juego sin pausa y buenas ideas, aquí nuestro Avance con toda la información venida desde la París Games Week.
Por el contrario, Rise of the Tomb Raider ha apostado por eliminar el multijugador de este tipo que sí incluyó el anterior Tomb Raider de 2013. Eidos ahora ha preferido un modo Time Attack llamado aquí Expediciones donde Lara debe volver a recorrer cualquier nivel de acción y plataformeo a la máxima velocidad posible, recogiendo potenciadores, orbes de tiempo o haciendo bajas consecutivas para conseguir unos segundos extra. Estas marcas logradas se comparten en tablas y rankings para ser comparadas con las de nuestros amigos y contra las mejores del mundo. Además, con las cartas de diseño se pueden crear retos y pruebas contrarreloj para compartirlas con otros, o aceptar los desafíos de moda en este modo o que nos mande otro jugador conocido. Es una buena alternativa opcional, pero, por supuesto, no va a dar tanto juego y horas como un multijugador competitivo al uso. Quizá para la edición de PS4 haya algun añadido de peso más, es probable.
Y llegamos al gran debate final, Nathan Drake contra Lara Croft en sus nuevos juegos. ¿Cuál es más carismático? ¿Qué personaje gusta más? ¿Cuál funciona mejor? ¿Quién tiene frases y momentazos memorables? ¿Cuál es más icónico dentro de las aventuras? Vamos a valorarlo:
Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón va a enseñarnos al Nathan Drake más machacado y atormentado, un hombre fornido y atractivo de edad adulta que se ve obligado a emprender un último viaje ya que su pasado familiar ha sido removido hasta el punto de que su hermano que hasta ahora creía muerto aparece de repente. Drake es uno de los iconos del videojuego con tan solo ocho años de existencia en este sector, pero su tono habitualmente bromista y hasta burlesco, su estilo chulito con las mujeres o su picaresca de ladrón cazatesoros lo han consagrado como uno de los nombres favoritos de la familia PlayStation, además de protagonizar la serie más fuerte de las exclusivas de PS3. Promete un final apoteósico en este nuevo juego, y quedar para siempre en el corazón de todos los jugadores.
Rise of the Tomb Raider parte con la ventaja de contar con una heroína icónica y ultra reconocida como es Lara Croft, desde hace casi 20 años que empezaron sus aventuras y con la versión más humanizada, creíble, jovencita y frágil en estas últimas entregas. En el nuevo juego ya se va espabilando, y va camino de ser la mujer de armas tomar y pocas contemplaciones que recordamos de los clásicos, aunque se juega con una chica todavía entrañable y con cierta inocencia, menos que en el título de hace dos años. Su carisma como arqueóloga guapa y atrevida es instantáneo, además de sus conversaciones a menudo confiadas, su pasión por la naturaleza y los animales, o cómo resuelve determinadas situaciones límite. Lara siempre ha sido carismática y, aunque la nueva a veces sea tachada de demasiado pardilla o introvertida, ahora empieza a salir la fiera que lleva dentro, y eso es bastante bueno para el renacido personaje.
Con todo esto, os preguntamos ahora a vosotros: ¿Rise of the Tomb Raider o Uncharted 4, cuál va a ser mejor juego?