Tomb Raider: 20 años de Lara Croft
Nostalgia arqueóloga en este vídeo homenaje cargado de tesoros y secretos
Lara Croft cumple hoy 20 años, y queremos emocionarte con este vídeo de su recuerdo, con lo que fue, y lo que ha sido recientemente. El icono alcanza las dos décadas con un Rise of the Tomb Raider de PS4 que, verdaderamente y con acierto, aleja a la heroína de la arqueóloga fanfarrona y fatal que empezó siendo. La joven del linaje Croft se ha humanizado, reajustado sus formas para no ser un personaje hipersexualizado como empezó dibujándose para venderse mejor, un giro que ha sido paulatino en toda su historia, juegos y cambios de desarrolladoras, en sus distintos enfoques más hacia la aventura de plataformas o incluso hacia la acción armada dejando de lado los puzles incesantes de los Tomb Raider originales. Esta marca es inconfundible y siempre ha derrochado calidad, pasando por todas sus etapas y estilos de gameplay, adaptándose como ha podido, con mejor y peor atino, a los saltos generacionales, recalcando que, en esto de la exploración y las aventuras acrobáticas, no hay Nathan Drake o Indiana Jones que sepa tanto como ella, aunque a veces se haya visto superada. Aquí os dejamos el vídeo especial por su 20 aniversario, esperamos que conozcáis todas las imágenes y las tengáis grabadas tan a fuego como nosotros:
Eidos y Core Design lanzaban el primer Tomb Raider en 1996, un 25 de octubre como el de hoy que enseñaba en la primera PlayStation y otras máquinas y ordenadores que también se podían hacer juegos adultos, exigentes y que intercalaran pericia a los mandos con situaciones que exigían cierta astucia o inteligencia, y una capacidad de observación de entornos sin precedentes en el mundo de los videojuegos. El brillante diseño de niveles, lo acertado y preciso de su control y hasta los pequeños trucos de manejo, como los saltos verticales que cada vez te colocaban un poco más adelante o las puertas cerradas que no se confundían con paredes gracias a que Lara seguía corriendo con la textura en la cara, son ya imborrables recuerdos de los que disfrutamos aquellos primeros viajes a Perú, Grecia y todos los templos del primer y sorprendente título.
No tardó en llegar Tomb Raider II, mejorando muchas cosas y dejando a Lara incluso montar en vehículos, como aquellas toscas motos de nieve o la lancha de Venecia, o visitar su mansión familiar con un nivel más interesante que el tutorial del primer juego, mayordomo a la nevera de paso. La arqueóloga se las veía en este segundo Tomb Raider con más enemigos humanos y criaturas sobrenaturales, en un giro leve hacia la acción que se reforzó mucho más en Tomb Raider III, con viajes a la india o a una Londres oscura y muy vertical. Las armas de fuego iban ganando protagonismo. Lara tenía que hacer todavía más cosas y las puertas y acertijos requerían ser un verdadero fan de la marca y su particular jugabilidad.
Y el que parecía que podría ser el último, al menos lo fue de este primer estilo, Tomb Raider IV: The Last Revelation, nos llevó al fin a Egipto y otras tierras milenarias para preparar un Chronicles posterior que cambiaba por completo muchas cosas, con niveles más tradicionales como los callejones de Roma pero otros basados en la infiltración y el sigilo en bases militares, cámaras de ultra seguridad, etc. Lara había pasado de esquivar trampas ancestrales como cuchillas y antorchas en movimiento a esquivar rayos láser y mecanismos de seguridad con tecnología avanzada. Además, Core Design empezó a coquetear aquí con las cinemáticas cada pocos pasos, con aquellos gráficos de polígonos visibles de entonces, pero con ambición.
Y eso les llevó a dar el salto generacional con El Angel de la Oscuridad. La calidad de este juego no respondía a los estándares de la marca, y algunos bugs, problemas gráficos y el control tosco hicieron que no cumpliera las expectativas de los fans. Entonces Crystal Dynamics, en función de desarrollador, asumió los siguientes capítulos, que nos darían un personaje totalmente rehecho y reinterpretado, más acorde al siguiente salto generacional que se preparaba con PS3 y Xbox 360. Lara esos años se quedó solo en juegos de Game Boy Advance que adaptaron como pudieron las mecánicas y características Tomb Raider a la portátil.
Hasta TR: Legend no descubrimos la figura más humanizada y primer trabajo de Crystal Dynamics al cien por cien con el icono. Se atrevieron a cambiar muchas cosas, desde su cuerpo de avispa de curvas protuberantes hasta la ropa y animaciones. Lara basaba más su avance ahora en las tendencias del género de las aventuras, en colgarse de salientes y bordes más que en subirse a plataformas, con opción de gancho con cuerda para salvar vacíos, con nuevas armas y mecánicas de tiro, con opción de giros en barras y barandillas… Parecía otro juego en muchas cosas a lo que habíamos venido jugando durante una década, pero estaba, sin duda, perfectamente adaptado a los tiempos que corrían, y el brillante remake Anniversary, que vino a rehacer el primero, sumado al oscuro y también algo más lineal Underworld culminaron una trilogía bastante digna en las consolas pasadas.
Tras pasearse por diversos formatos y hasta aventuras de acción isométrica con El Guardián de la Luz, en 2013 salía al fin y con retraso Tomb Raider, el reboot completo de la fórmula, la reinterpretación de la saga y del personaje de Lara Croft, ahora ya totalmente volcados con la acción armada que habían favorecido juegos tipo Uncharted o Gears of War. Encontrábamos en este otro imprescindible a una joven inexperta e insegura que se las tenía que ver contra oleadas de enemigos armados, moviéndose entre coberturas pero también con mucha agilidad para las plataformas y cierta astucia observadora para las tumbas, lo más Tomb Raider clásico que había en aquel juego que, el año pasado y ahora en PS4, acaba de culminarse con Rise of the Tomb Raider, mejorando y ampliando algunos elementos jugables pero manteniendo en general un tono muy continuaste y un guión no tan bien elaborado como toda la historia del padre de Lara y sus secretos dejaban a los escritores.
Todo esto ha sido Tomb Raider si hacemos un resumen rápido de 20 años de alegrías y riesgos jugables que, a menudo, se han traducido en innovación y aciertos. Los juegos de aventuras no serían lo mismo sin esta saga y sin este icono que es Lara Croft, casi tan conocida como Super Mario, Pac Man o Sonic y una ideal compañera de viaje para los que hemos crecido apasionados por estos universos o para los que nunca habían pensado en la arqueología como algo atractivo y gracias a estos saltos y piruetas descubrieron que los secretos de la Humanidad mejor guardados daban para horas y horas de diversión e interés. Gracias, Lara Croft, por enseñarnos a movernos, investigar, a conocer el peligro y a interesarnos de esta forma por nuestra historia.