HBO estrenó ayer el primer episodio de The Last of Us, serie comandada por Craig Mazin y Neil Druckmann que fue arropada por buenísimas críticas antes de su lanzamiento al público en plataformas digitales.
Con los prejuicios que suponen las adaptaciones de los videojuegos, que nos predisponen a pensar que el producto televisivo no será tan bueno como la experiencia jugable, The Last of Us tiene todas las cartas para romper una vez más con este paradigma y demostrar que las adaptaciones de videojuegos sí que son viables en la actualidad.
El primer episodio de la serie, titulado «Luces Fuera«, nos muestra el que, para muchos, es el mejor prólogo de toda la historia de los videojuegos; y lo hace de una forma absolutamente magistral desde todos los aspectos.
Por supuesto, alertamos de spoilers a todos los que aún no hayan podido ver el capítulo.
Adaptación fiel que expande la experiencia del juego a la pantalla.
Para darnos contexto, la serie comienza con una entrevista en la que un científico explica lo peligrosos que pueden ser los hongos para la humanidad en el futuro.
Dicha entrevista data de los años 70 y el científico en cuestión asegura que si el planeta sube sus temperaturas, podría ser que los hongos evolucionen y puedan afectar con sus infecciones al cuerpo humano. A su vez, aclara que dicha infección no tendría cura y sería imposible de combatir.
Una forma muy clara, sutil y acertada para presentar de forma orgánica el núcleo de todo lo que sucederá a lo largo de la serie. Aclarado el tema, nos transporta al año 2003.
Ahora bien, el arco de Sarah y el inicio de la pandemia de Cordyceps ha sido magistralmente representado en la serie desde su primer segundo.
Al ser un producto televisivo y menos orientado a la acción, la serie de The Last of Us nos da un poco más de contexto sobre la realidad que se vive en el año 2003, en el que se desata todo el caos a raíz del hongo.
La serie nos permite conocer más a Sarah, con una actuación espectacular de Nico Parker que nos hace empatizar aún más con el personaje.
Pero sin dudas el punto más alto de este primer episodio es la actuación de Pedro Pascal. El papel de Joel le ha caído como anillo al dedo al actor conocido por The Mandalorian.
Pascal encarna la personalidad de Joel con todo y sus ademanes, particular humor y carácter fuerte que tanto recordamos del personaje. La adaptación sirve para ver desde un punto de vista más cercano la relación entre Joel y Sarah, además de Tommy.
Los ‘rellenos’ añadidos en la producción, como Sarah yendo a la escuela o a casa de los vecinos, sirven para empatizar aún más con ella y prepararnos más lentamente para todo el caos que explotará en tan solo minutos.
Un elenco actoral de alto nivel.
La dramática escena que da fin al prólogo cuenta con la misma intensidad que se plasmó en el juego. Las emociones del prólogo han sido trasladadas a la adaptación con precisión de cirujano; y en esto tiene mucho que ver el elenco de actores.
Y es que no solo es digno de alabar el performance de Pedro Pascal; los personajes secundarios como Tess y Marlene también han sido representados de forma correcta.
La compañera de Joel, interpretada por Anna Torv, se deja ver como una mujer fuerte y dispuesta a hacer lo que sea para conseguir su objetivo, cueste lo que cueste.
Marlene, por su parte, interpretada por la mismísima Merle Dandridge que le da voz en el juego, tiene esa capacidad de liderazgo necesaria para ser la jefa de las luciérnagas; pero también esa sensibilidad que muestra su bondad con Ellie y sus ganas de cambiar al mundo.
Y llegamos a otro de los puntos altos, la aparición de Bella Ramsey como Ellie. Si bien, se dio a conocer que el equipo de producción barajeó varias opciones para la protagonista, todo indica que han tomado una decisión acertadísima al confiar en la actriz reconocida por Game of Thrones.
Ramsey interpreta a Ellie con la rebeldía, arisques e inocencia justas de la inseparable compañera de Joel en la aventura. Curiosa, desobediente e impredecible; HBO logró representar a una gran Ellie en este primer capítulo, a la que todavía le falta muchísimo crecimiento a lo largo de la serie.
Diseño artístico y simbología que nos traslada al apocalipsis.
El cuidado de los entornos en este primer episodio demuestra que la producción cuenta con un presupuesto mayor al de las primeras cinco temporadas de Game of Thrones. Cada cuadro, cada escena nos muestra la desilusión y desahucio del planeta tras la aparición de la pandemia.
Escenas puntuales como la de Joel lanzando el cadáver de un niño al fuego, para demostrar lo fuerte que se ha hecho tras todo el dolor sufrido; o el plano a su reloj roto tras la llegada de Ellie, contextualizan lo que ha crecido su personaje.
Tanto las escenas interiores como exteriores cuentan con un nivel de detalle altísimo que jamás te permite salirte de la atmósfera apocalíptica de la serie.
Y ni hablar del tema principal de Gustavo Santaolalla que suena en el Opening de la serie y en momentos clave de este primer capítulo. El espectro sonoro necesario para una adaptación fiel.
Y todo pinta para mejor.
Lo mejor de todo es que el episodio termina y nos deja con muchísimas ganas de más; aupándonos a seguir muy de cerca su desarrollo semana a semana.
La icónica historia de Joel y Ellie parece estar en buenas manos en la producción de HBO, siguiendo la estela de Cyberpunk Edgerunners, Arcane o Detective Pikachu para dejar claro que las adaptaciones de videojuegos sí que pueden tener una altísima calidad.
¡Nos vemos el próximo lunes!