¿Realmente nos interesa una PS4 retrocompatible?

Antonio López · 29 diciembre, 2018
Las recientes declaraciones de Jim Ryan despiertan la polémica entre los jugadores

El jefe de ventas global de Sony Interactive Entertainment, Jim Ryan, hacía esta misma semana unas polémicas declaraciones en torno a la retrocompatibilidad en consolas. El ejecutivo asegura que es algo que los consumidores piden mucho, aunque luego no es una opción que se utilice de forma habitual. Para rematar sus palabras, Ryan señalaba que en un reciente evento habían puesto todos los juegos de la saga Gran Turismo a disposición de los asistentes, incluyendo los de PSX y PS2, asegurando que las primeras entregas parecían muy viejas y preguntándose si “¿alguien querría jugar a esto?”.

Pues a tenor de los comentarios que generó la noticia en esta santa casa o en otros medios nacionales e internacionales, parece que sí. Todos conocemos el historial de PlayStation con las opciones de retrocompatibilidad, aunque nunca está de más repasarlas. Hasta el momento, PlayStation había apostado por esta función en muchos modelos de su marca, aunque con PS4 decidieron obviar el asunto y permitir que la máquina reproduzca únicamente juegos en disco para dicha consola. Pero claro, el catálogo de las PlayStation anteriores es muy jugoso y, aunque no podamos jugar a los diferentes clásicos en formato físico, ahí tenemos PSN y sus opciones digitales. Previo paso por caja, claro está.

Mirando a la competencia, descubrimos que un 50% de los usuarios de Xbox One utilizaban las opciones de retrocompatibilidad con juegos de Xbox 360 en diciembre de 2016. Una estadística de lo más jugosa, aunque desfasada. Según un reciente estudio de Ars Technica, los jugadores de Xbox One dedican menos del 2% de su tiempo de ocio a sacar partido a la función retrocompatible de dicha consola, por lo que podríamos entenderla como una simple anécdota. Si extrapolamos estos datos a las declaraciones de Jim Ryan, por mucho que nos empeñemos, parece que no iba del todo desencaminado en su intención. Aunque puede que las palabras elegidas no fuesen las mejores, sobre todo por el jugoso negocio que PlayStation ha descubierto con la nostalgia en los videojuegos.

Y es que aquí entran en juego otros términos que todos conocemos a estas alturas: remasterización y remake. Aunque PS4 no sea retrocompatible con PS3, son muchísimos los títulos de la pasada generación que han sido retocados para alcanzar una mayor resolución y nivel de detalle, con algunos extras no siempre evidentes. Juegos como Tomb Raider, Sleeping Dogs, The Last of Us, God of War III o toda la trilogía Uncharted se han adaptado a PS4. La idea puede resultar atractiva para aquellos jugadores que no tuvieron PS3 en su momento, o incluso para los que quieran volver a disfrutar de sus juegos favoritos con un aspecto mejorado. Pero a quienes ya los compraron y no sienten esa necesidad se les niega la oportunidad de poder utilizarlos en su consola actual. Un lío que se puede traducir en que es necesario sí o sí volver a pasar por caja para jugar a los grandes títulos del pasado en PS4. Algo que se podría evitar con la retrocompatibilidad, aunque eso repercutiría negativamente en el negocio de las remasterizaciones.

Aquí también entra en juego la selección PS2 Classics. Emulaciones de títulos para PS2 que podemos comprar desde PSN. De nuevo, la única opción que PlayStation presenta es la de pagar por títulos que podemos tener ya en nuestra colección particular. Algo que desde un punto de vista empresarial es muy lógico, pero que como consumidores con la cartera cada vez más desértica molesta, e incluso llega a ofender a muchos jugadores. Más aún cuando, en este caso, no hay ninguna clase de trabajo detrás que provoque una mejora gráfica o una adición de contenidos que hagan la experiencia más completa. Como mucho, se añaden trofeos, siendo casi la única excusa para volver a comprar.

Con todo lo anterior en mente, puedo llegar a entender las palabras de un alto ejecutivo si me paro a pensar en costes/beneficios y demás historias. Incluso puedo comprender que, con los datos en la mano, realmente la retrocompatibilidad no sea una característica demasiado usada, y por ello se considere como algo en lo que no vale la pena invertir tiempo de desarrollo. Sin embargo, la retrocompatibilidad ha acabado siendo una demanda tradicional entre todos los usuarios de cualquier plataforma de videojuegos, y otorga un valor añadido importantísimo a la máquina que la posibilita. Poco importa el tiempo de uso que cada persona dedica a volver a jugar a los títulos antiguos, pues el hecho de mirar a la estantería y saber que, cuando uno quiera, puede volver a disfrutarlos en su consola de ahora, no tiene precio para el usuario.

Está claro que todo esto perjudicaría muchísimo al negocio de los PS2 Classic, al igual que a las remasterizaciones de PS3 -aunque en menor medida-. Pero tal vez las ganancias a largo plazo serían mayores. Es posible que Jim Ryan no lo recuerde, pero PlayStation empezó a coger ventaja en la batalla por esta generación cuando Xbox parecía dar la espalda a los usuarios en asuntos tan espinosos como el DRM. Ahora parece que la tendencia se empieza a invertir, y que la división de videojuegos de Microsoft está más pendiente de este aspecto, ofreciendo un sistema de suscripción de juegos más atractivo, un “Netflix” de videojuegos y, por supuesto, la retrocompatibilidad.

El bueno de Jim Ryan debería saber que, además, los usuarios de PlayStation han estado mucho tiempo acostumbrados a esta funcionalidad. Como decía antes, PlayStation 2 permitía jugar a los títulos aparecidos en la primera PlayStation. PlayStation 3 también daba esa posibilidad, e incluso el famoso modelo de 60 GB permitía la retrocompatibilidad con los juegos de PS2. Tanta es la necesidad de jugadores y jugadoras por tener esta función que estoy convencido de que muchos usuarios de LaPS4 adquirieron en su día aquel modelo por este hecho en concreto.

Se haya usado más o se haya usado menos la retrocompatibilidad en esas consolas, lo cierto es que interesa, y siempre ha supuesto un valor añadido en cada máquina PlayStation. Algo de lo que, lamentablemente, PS4 no puede presumir.

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