A éstas alturas a más de uno le sonará Klei Entertainment, juegos como Mark of the Ninja o Don’t Starve recientemente han servido para dar ese reconocimiento a ésta desarrolladora independiente que, con muy poco dinero, muchos problemas y esfuerzo ha conseguido llevar a juegos como Don’t Starve a lo más alto.
Don’t Starve es un juego de supervivencia en un mundo demente y desconocido, una nueva versión del conocido Minecraft con la salvedad de que, al menos, en el apartado gráfico es totalmente opuesto, un diseño que a más de uno asemejará a las películas de Tim Burton.
El primer personaje disponible será Wilson, el protagonista del juego. Más adelante mediante experiencia podremos desbloquear otros 8 personajes más, cada uno con una virtud diferente.
El mundo se generará de forma aleatoria, de forma que cada vez que juguemos sea completamente una nueva aventura. Arriba tendremos un contador, el cual nos marcará los días que hemos conseguido sobrevivir. Una vez en territorio hostil deberemos empezar a explorar el terreno, recolectar materiales y comenzar con la fabricación de objetos ya que sin ellos se hará casi imposible la tarea de sobrevivir un día más, todo esto sin dejar de vigilar el hambre y la salud.
Poco a poco el jugador se irá dando cuenta de que absolutamente nada de lo que ocurre es normal, la salud mental es vital en Don’t Starve, deberemos intentar mantenernos lo más cuerdos posible ya que de lo contrario nuestra mente nos jugará una mala pasada y en éste mundo las imaginaciones serán más reales que nunca, algo vital ya que la muerte será en muchos casos irreversible, con todo lo que ello conlleva.
Mucho contenido, un precio bajo, constantes actualizaciones y un reto que te dejará sentado frente al televisor durante mucho tiempo. Quienes adoran los juegos de supervivencia en los que el botón «reiniciar» no es una opción y no les importa morir una y otra vez, Don’t Starve debería ser una compra obligatoria.