El pasado miércoles 25 de Mayo acudimos a probar Dead Island en las oficinas de Koch Media, en Madrid. Esta era la primera vez que el juego se mostraba in-game en España y tuvimos la suerte de poder compartir esa experiencia con otros compañeros del sector.
Dead Island es el nuevo juego desarrollado por Deep Silver y Techland, que nos sitúa en una paradisíaca isla tropical llamada Banoi (totalmente ficticia). Durante el transcurso de la historia, las personas de la isla se convertirán en zombies y habrá que tratar de sobrevivir a tales criaturas sedientas de carne humana. El juego pertenece al género Sandbox, con un enorme entorno abierto el cual podemos recorrer libremente matando zombies o completando misiones. Debido a la escasez de armas al estar en una isla destinada al turismo, tendremos que valernos de los objetos que encontremos en el camino. Además se combina con elementos de RPG, pues conseguimos puntos de experiencia que nos sirven para aumentar de nivel y conseguir nuevas habilidades, así como acceder a armas más poderosas bloqueadas para personajes de nivel más bajo.
Para presentar esta demo en España, tuvimos el honor de contar con Vincent Kummer y Pete Brolly, brand managers de Deep Silver. Con Brolly a los mandos, Vincent Kummer fue enseñándonos el comienzo del juego, así como explicándonos en perfecto castellano las mecánicas del juego, a modo de tutorial. Las formas de ataque serán 3: directamente atacar si nos encontramos cerca del enemigo; primero apuntar y luego lanzar un objeto y por último, una patada que sirve principalmente para quitarnos a un grupo de zombies de encima. Este último movimiento era demasiado robótico, con una animación poco lograda.
Una vez explicados controles y demás, llegó el turno de probar por nosotros mismos la citada demostración. El juego comenzaba con un vídeo en el Resort, con un concierto del rapero Sam B (que será otro de los personajes del juego) la noche en la que comienza la infección. Tras esta escena inicial, nos poníamos en la piel de Xian Mei una mujer de origen asiático de quien nos comentaron que su especialidad era el uso de cuchillos y armas blancas. Esta mujer será solamente uno de los cuatro personajes disponibles en el juego final.
La zona donde se desarrollaba esta primera parte de la demostración era el Resort de lujo donde los turistas se alojaban y sus alrededores. Comenzamos el juego aceptando una misión de Dominic, un socorrista superviviente de la catástrofe de Banoi. Como armamento inicial un bate y un cuchillo de cocina. El objetivo de la misión era acudir a un faro donde precisaban de nuestra ayuda. Antes de cumplir el objetivo accedimos a unos bancos de trabajo en los que teníamos la posibilidad de reparar y mejorar nuestras armas, para crear, por ejemplo, un bate con clavos.
Una vez preparados partimos hacia el mencionado faro, encontrando los primeros zombies y acabando con ellos. En estos primeros combates observamos dos cosas interesantes. La primera, el juego posee un sistema de desafíos que nos permite ganar puntos de experiencia tras matar un numero determinado de criaturas de una manera en concreto. La segunda, gran noticia para los fans de los trofeos, es que existe un sistema que nos va llevando la cuenta del progreso de los diferentes trofeos/logros con ejemplos como decapitaciones o armas creadas.
Durante el camino, pudimos acceder a una camioneta para que nuestra travesía fuera más corta. Los controles durante estas fases de conducción eran algo bruscos, pues lo que se pretende es que su labor principal sea la de usarlos como armas, atropellando cualquier zombie que se cruce en nuestro camino.
Tras llegar al faro comenzamos nuestra primera misión real, bajar a la costa para recoger unas bengalas con la intención de lanzarlas en busca de ayuda. Como se puede suponer, la zona estaba llena de zombies. En esta fase hizo acto de aparición un tipo diferente de zombie, el llamado «matón». Este tenía un aspecto más grande que el resto y la habilidad de tumbarnos de un puñetazo. Para comprobar nuestra vida, teníamos una barra de vida que se rellenaba con botiquines, aquí nada de regeneración automática. Si se muere (los protagonistas solamente pueden morir a manos de los zombies, no ser convertidos), se vuelve a aparecer en el mismo lugar pasados unos segundos. Tras pasar un mal rato y conseguir los suministros, volvimos al faro concluyendo la misión y recibiendo nuestro premio, tanto económico como en forma de XP.
En esta primera fase pudimos comprobar la magnitud del mundo abierto de Dead Island. Enormes escenarios en los que aparte de la misión que completamos nos solicitaron unas cuantas más a las que no accedimos, lo que da a entender que el juego tendrá un duración muy larga entre misiones principales y secundarias.
Tras finalizar la primera fase de la demo, nuevamente los chicos de Deep Silver se pusieron a los mandos explicándonos el motivo y lugar de la segunda fase de la demo. Ésta se centraba en la ciudad, dónde se observaba aún más la destrucción generada por los zombies. Esta fase correspondía a unas 6-7 horas pasadas desde el inicio del modo historia. El gran atractivo de esta segunda fase era la presentación del llamado zombie REM, un zombie de gran tamaño ataviado cual Anibal Lecter, con máscara protectora y camisa de fuerza. Este zombie se caracteriza por su gran resistencia y por basar sus ataques en embestidas que nos mataran si nos alcanzan.
Pasamos a ser nosotros quienes juegan. El combate contra este zombie se realiza en el patio exterior de una iglesia a la cuál debemos acceder para prestar nuestra ayuda a los allí refugiados. Además del zombie REM encontramos otros zombies. Comenzamos el combate ya con más nivel y armas que en la fase anterior. Esquivamos varias embestidas, usamos al REM como arma contra los demás zombies (algo muy efectivo) y cuando nos quedamos a solas con él, lo llevamos a una zona con elementos explosivos. ¡Bum! Eliminado el problema.
Una vez dentro de la iglesia, nos atiende una monja, quien nos encomienda la tarea de entrar en un cuarto y derrotar a un zombie para apagar el sistema de campanas de la iglesia, que era el elemento que atraía los zombies. Lo hacemos. Una vez quedó la iglesia vacía vimos varios personajes con misiones disponibles y aceptamos una que nos llevaba directamente al corazón de la ciudad la zona más abarrotada de zombies.
Antes de partir, accedemos a comprar nuevas armas y cogimos nuestra primera arma de fuego, un fusil de asalto parecido a una AK-47, y mejoramos otras, obteniendo un machete explosivo y otro eléctrico.
Salimos de la Iglesia, el cielo se oscurece y comienza a llover. Partimos hacia la ciudad de Banoi donde combatimos otras cuantas hordas de zombies. En este momento, comprobamos lo divertidas que son las armas cuerpo a cuerpo mejoradas y lo prescindibles que se hacen las de fuego. Nos comentan entonces que el número de armas de fuego no será muy elevado y que éstas no serán muy poderosas porque no tienen la intención de que el juego se convierta en un shooter al uso.
Fin de la demostración. Nos quedamos con ganas de más. Llega el momento de las valoraciones de lo visto.
En cuanto al apartado gráfico, el motor del juego, el Chrome Engine 5 de Techland cumple bastante bien su función pues nos muestra un nivel visual muy aceptable, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones que un mundo abierto de tal magnitud posee. No llega al nivel gráfico del primer trailer, pues obviamente ese vídeo no era in-game pero pinta muy bien. Las escenas cinemáticas sí se acercan más a ese nivel gráfico del trailer que tan alto ponía el listón.
El apartado jugable es una gozada, siendo Dead Island una mezcla entre Left 4 Dead y Dead Rising, pues combina ciertos toques de ambos. Los controles son intuitivos, pero cuesta un poco hacerse a ellos. Las fases en vehículos deberían mejorarse con un control menos brusco. Además nos confirmaron la inclusión de un modo cooperativo con el que repartir las tareas y las matanzas zombie por medio del online.
En el apartado sonoro, el juego está doblado al inglés (los textos sí eran en castellano). Destacan sobre todo los gritos de los zombies, que consiguen ponernos los pelos de punta sobre todo si se juega con auriculares, como fue nuestro caso.
Como hemos comentado anteriormente, nos quedamos con ganas de más, pues este Dead Island nos dejó con un excelente sabor de boca. Promete ser un juego largo, inmenso y ante todo muy, muy divertido, pues serán miles los zombies que dejemos por el camino.