Desde la semana pasada se ha hecho muy popular un mensaje que ha enviado Ubisoft a los jugadores que dejan de jugar Far Cry 6, firmado por el antagonista de la historia, el dictador Antón Castillo, recriminándole de cierta forma al jugador por haberle dejado la isla de Yara a su merced.
«Me decepcionaste«, es el asunto del correo en cuestión, razón por la que ha sido ampliamente criticado por varios periodistas del sector y usuarios en Twitter, pues comentan que estas palabras pueden ser algo malsonantes y podrían causar algún tipo de emoción negativa en los jugadores.
A lot of games are already ruthlessly designed to maximize engagement, but now they email and hassle you if you dare to stop playing them. pic.twitter.com/TRIsV4jnZP
— Brendan Sinclair (@BrendanSinclair) 26 de octubre de 2021
Más allá de que dicho punto de vista me parece totalmente válido, pues no se deben subestimar los problemas de autoestima y enfermedades mentales; la suerte de condena que se ha hecho sobre Ubisoft y los creadores de esta estrategia sí que me parece algo exagerado, sobre todo en este mundo que aboga cada vez más por las libertades.
Las campañas de marketing de la actualidad se han alejado de los medios y mensajes tradicionales para intentar destacar y hacerse memorables con técnicas poco convencionales que sean capaces de sorprender a su público objetivo; y me parece que esta campaña de Far Cry 6 es el perfecto ejemplo de ello.
Utilizar la personalidad de Castillo para incitar al jugador a que regrese a los mandos es capaz de provocar un acercamiento entre el jugador y el personaje, pues el mensaje escrito coincide perfectamente con la forma de ser de Castillo dentro del juego; por lo que romper la cuarta pared vía correo electrónico me parece una jugada notable por parte de Ubisoft.
Al ver la interacción, en lo personal, me generó una ‘cercanía’ con Castillo que no es sencilla de tener con todos los personajes de los videojuegos, te hace sentir como si le conocieras y supieras qué comportamiento esperar de él, más allá de que sea un personaje ficticio, mandatario de una isla ficticia.
Conseguir salirse del molde de una forma tan efectiva en una campaña de marketing es algo que, lejos de ser condenable, me parece plausible; porque demuestra lo importante que puede ser la forma de hacer llegar un mensaje; y no solo tener la intención de hacerlo. Es la brecha entre la conexión y el desinterés.
Además, los usuarios no están obligados a recibir estos mensajes, con simplemente desuscribirse del boletín o no haber aceptado la petición desde el primer momento hubieran esquivado estos correos, por lo que quejarse de haberlos recibido es ciertamente contradictorio.
Sea por las razones equivocadas o no, el mensaje de Castillo logro tener muchísima repercusión, y esperemos que tanto Ubisoft como las otras desarrolladoras sigan encontrando formas tan creativas de motivarnos a jugar.