ADVERTENCIA: El artículo contiene spoilers de la serie Like a Dragon: Yakuza y de los videojuegos Yakuza 0 y Kiwami.
La IP Like a Dragon / Yakuza ha conseguido mucha relevancia y visibilidad durante estos últimos años; los lanzamientos de sus más recientes entregas numeradas y spin-off han calado positivamente en la comunidad, atrayendo nuevos fans a las calles de Kamurocho.
Tras todo esto, solo era cuestión de tiempo que la saga diera el salto hacia otros formatos. Hace unos meses, Amazon anunció Like a Dragon: Yakuza, serie en acción real inspirada en la creación de Ryu Ga Gotoku y Toshihiro Nagoshi.
Desde el principio, los responsables de la serie aclararon que los personajes serían una reversión de sí mismos; por lo que ya estábamos avisados de que no sería un producto fiel 1:1.
Sin embargo, lo hecho por Sean Crouch y Yugo Nakamura está extremadamente alejado de la historia original, lo cuál ha generado un cúmulo de inconsistencias en estos tres primeros episodios.
De hecho, son menos las semejanzas con la historia original y sus personajes que las diferencias. Por esto, la serie termina pareciendo un producto común y típico de mafia japonesa con la etiqueta de Yakuza y los nombres de sus personajes orbitando a su alrededor.
Por supuesto, el artículo contendrá spoilers sobre la serie y los videojuegos, ya que ejerceré algunas comparativas para demostrar los errores argumentales del producto televisivo que lo convierten en otra fallida adaptación.
Un inicio genérico y predecible.
La historia de la serie, en principio, transcurre en dos líneas temporales que saltan del 1995 a 2005. Este simple asentamiento temporal ya contradice los eventos de los juegos en los que se ha inspirado la serie, Yakuza 0 y Yakuza Kiwami.
Sin embargo, este no es, ni por asomo, el problema más grande de este producto. Su trama gira en torno a Kazuma Kiryu, Akira Nishikiyama, Yumi Sawamura y Miho.
Este cuarteto vive en el orfanato Sunflower, a cargo de Shintaro Kazama, que en este caso es un exyakuza que ha perdido prácticamente toda su influencia en este mundo y, por alguna razón, no se lleva demasiado bien con Nishiki.
Sin un motivo muy claro, los cuatro personajes mencionados efectúan el atraco de un Arcade Bar de la ciudad. En una operación que tuvo sus errores, logran salirse con la suya y se llevan todo el dinero.
No obstante, al día siguiente, se encuentran con la sorpresa que el bar formaba parte de las propiedades custodiadas por la familia Dojima; motivo por el que esta rama de la Yakuza les busca para castigarles.
Kiryu, intentando evitar el castigo, propone batirse en duelo para pagar su pena uniéndose a la familia Dojima, con la idea de convertirse en el Dragón de Dojima, comenzando así el andar de Kiryu y Nishiki, que pide de rodillas entrar a la familia, dentro de la mafia japonesa.
Personajes sin motivaciones y alejados de su personalidad original.
El problema más grande de estos tres primeros episodios, a mi juicio, son las carentes motivaciones de todos los personajes.
En la obra original, Kiryu siempre encuentra su motivación para proteger a sus seres queridos; situación que es completamente inexistente en esta adaptación.
De hecho, el personaje de Kazuma dista completamente de su personalidad en los juegos. Al inicio, muestra un deseo por convertirse en «El Dragón de Dojima», algo que en los juegos termina sucediendo por añadidura, no por ansias de protagonismo o reconocimiento del personaje. De hecho, Kiryu jamás demuestra ser un personaje que busque estar en el foco o logros personales en los juegos, siendo uno de sus pilares como personaje.
De la actuación de Ryoma Takeuchi no se puede opinar demasiado, ya que no está representando al Kiryu de los videojuegos. En lugar de un Kiryu de carácter fuerte, reservado y una sobria terquedad; tenemos a un protagonista escandaloso, expresivo y demasiado impulsivo; con un toque sobrado que, nunca mejor dicho, sobra completamente.
Nishiki, por su parte, ha sido representado de una forma exageradamente torpe, débil e incapaz para exagerar aún más su inferioridad con respecto a Kiryu.
Además, el personaje de Yumi ha sido modificado al punto que no existe, por los momentos, ningún interés sentimental por Kiryu ni tampoco llegará a tener a Haruka.
Finalmente, Miho funge como una acompañante lo más genérica posible para Yumi; sin una finalidad clara dentro de la historia.
Cambios argumentales que carecen de sentido.
En el afán de refrescar y ‘mejorar’ la historia, los responsables de la serie han añadido a la historia a Aiko, hermana de Yumi que abandonó el orfanato durante su niñez.
Aiko, en este caso, es la mamá de Haruka; fruto de un amorío inestable con un estafador llamado Indy, que acompaña a Aiko en todas sus fechorías, hasta la fecha.
A su vez, han involucrado a Aiko en el robo de los 10 billones de yenes, suceso en el que gira la historia de Yakuza Kiwami y relacionado a Yumi y Haruka. De esta forma, la hermana de Yumi será parte fundamental del arco del año 2005.
Estos cambios argumentales, incluidos con el pretexto de refrescar la historia, terminan acabando totalmente con las motivaciones de los protagonistas y la alta carga dramática con la que cuenta el producto original desde el principio.
Más allá de sus diferencias con la obra original, el producto tampoco logra enganchar con sus nuevas proposiciones. Por ende, no termina cumpliendo ninguno de los objetivos.
De tener cualquier otro nombre, sería igualmente un producto mediocre que pasaría por debajo de la mesa sin relevancia alguna.
Referencias innecesarias y personajes ninguneados.
Uno de los apartados más ricos de Yakuza en los videojuegos son sus personajes secundarios, dejándonos con personalidades inolvidables, excéntricas y únicas.
Lamentablemente, personajes icónicos como Taiga Saejima son reducidos a solo unos pocos segundos de aparición en estos tres primeros episodios. Eso sí, todo pinta que también se modificará (y mucho) el arco de Saejima y todo el tiempo que pasa en prisión.
A Goro Majima también se le ha cambiado todo su background y motivaciones, omitiendo por completo los sucesos de Yakuza 0 y también el arco de Saejima, dejándonos un personaje más que vacío por los momentos.
Mención especial a su combate con Kiryu, que decidieron adornar sonoramente con una pieza musical con alusiones a la música española y su característica guitarra, como si existiese algún tipo de relación entre dicha música y Majima.
Finalmente, otro aspecto que ha resonado mucho en redes sociales son las apariciones de Shibusawa y Shimano, personajes que no tienen ningún tipo de similitud con los originales y que recibieron esos nombres solamente por incluirlos en la historia como ‘referencia’.
Un futuro nada provisorio.
Visto lo visto, la serie no genera demasiada ilusión para sus capítulos restantes. Su trama genérica, llena de personajes sin motivaciones y sin una acción o combates llamativos, no logran formar un producto entretenido ni para los fans ni para los nuevos televidentes.
La IP de Like a Dragon / Yakuza tiene como componente definitorio una alta carga de drama; representada a través de Kiryu y todo lo que hace por proteger a sus seres queridos a lo largo de todos los juegos de la saga.
Además, este drama se muestra dentro de la Yakuza, con personajes leales que dejan claro el funcionamiento de las familias y la dinámica del mundillo, que gira en torno a la jerarquía, lealtad y roles de sus miembros.
Con tantas falencias en sus primeros tres capítulos, sin dudas, la serie ha fallado como adaptación y no logra representar lo que realmente ha engrandecido a la obra de Ryu Ga Gotoku.
En su lugar, tenemos un producto genérico y mediocre que es capaz de simplemente entretener por momentos y que entrará en el cajón de adaptaciones olvidables más temprano que tarde.