OPINIÓN | La cruel modernidad: De los emocionantes E3 a las filtraciones criminales
Situación crítica.
2023 ha sido un año fantástico en cuanto a estrenos de videojuegos, eso nadie lo pone en duda. Joyas como Baldur’s Gate 3, Marvel’s Spider-Man 2 y Alan Wake II marcan los altos estándares de calidad de la industria, solo por citar algunos ejemplos.
Sin embargo, no todo ha sido color de rosa en el sector. Además de los miles de despidos en la industria, que eso es tema de otro artículo, este año 2023 hemos visto lo dañinas que pueden ser las filtraciones en el mundo de los videojuegos y como cada vez se están ‘normalizando’, a un punto que a veces ni sorprende.
Por supuesto, todo esto se ha visto agravado tras la masiva filtración de Insomniac Games, en la que se puede ver el nombre de sus futuros proyectos, ventanas de lanzamiento proyectadas y hasta una build jugable de una alpha de Marvel’s Wolverine, próximo título del estudio.
De eventos masivos a filtraciones destructivas.
La modernidad, esa que en la mayoría de ocasiones nos da tanto, también nos está quitando ese efecto sorpresa que hacía inolvidables esos entrañables anuncios de los extintos E3.
Quienes crecimos en los 90 nos acostumbramos a esperar las más grandes novedades de los videojuegos en el evento de la ESA, recientemente cancelado de forma definitiva por las ‘nuevas formas’ de publicitar y anunciar juegos de la industria actual.
Acostumbrarnos al formato de The Game Awards y el Summer Game Fest tampoco es tan difícil, pero si tenemos que sumarle filtraciones masivas a grandes desarrolladoras a cada tanto, la situación se vuelve crítica.
La filtración de Nvidia GeForce Now, luego la de Capcom y pare de contar no solamente han atentado contra la industria y las empresas afectadas, sino también contra las expectativas y el hype de los fans. Y entenderlo es bastante sencillo con un par de ejemplos.
GTA VI, un bombazo increíble manchado por las filtraciones.
Más allá de todos los récords batidos por el primer tráiler de GTA VI, no cabe duda que este anuncio pudo ser aún más épico de no haber sido manchado por las filtraciones.
Y es que no hablo solamente de la filtración del tráiler en sí. El pasado año 2022, un hacker logró hacerse con datos confidenciales de Rockstar y publicar datos importantes e imágenes de una build temprana del juego.
Dicha filtración nos permitió saber, a más de un año antes del anuncio oficial del juego, que esta nueva entrega nos llevaría de regreso a Vice City y que contaría con una protagonista del sexo femenino, algo que emocionó y mucho a los fans.
Sin embargo, llega la hora de preguntarse:
¿No nos habría emocionado mucho más el tráiler si nos hubiéramos enterado del regreso a Vice City y de la existencia de Lucía en ese mismo vídeo? ¿No habría sido incluso más impresionante el tráiler si no hubiéramos sabido tantos detalles antes de tiempo?
Y la respuesta es obvia, es sí. Muchos culpamos al factor nostalgia de los antiguos E3 al no sentir esa euforia en los nuevos eventos de Geoff Keighley, pero la realidad es que esa ausencia de jolgorio va mucho más allá de los nuevos formatos.
Sabemos demasiado antes de tiempo.
Las filtraciones nos están permitiendo saber demasiada información de los juegos antes de tiempo, torpedeando ese torrente de emociones que nos sorprendía antes al ver el sorpresivo anuncio de un nuevo Metal Gear o, sin ir muy lejos, de GTA V.
Que este artículo sirva de simple desahogo frente al panorama actual de la industria, empañado por filtraciones que perjudican el trabajo de miles de personas y quitan la ilusión a los amantes de los videojuegos de cara al futuro.
Por ahora, la única forma de ayudar a revertir la situación es evitar compartir la información confidencial tomada de las filtraciones; aunque sea un método completamente inefectivo ante la vorágine de las redes sociales de la actualidad.
Lo que nos queda es esperar con fe que las compañías redoblen sus esfuerzos en ciberseguridad; o sino la mayoría de emociones ya no vendrán de un E3 o tras ver las letras «Grand Premiere«, sino de foros de Reddit y posts de X.
Matices de la modernidad.