Mirror’s Edge Catalyst: el renacer del parkour de culto

Antonio López · 29 diciembre, 2018
En mayo podremos saberlo todo sobre Faith y sus orígenes

La acción plataformera siempre ha estado presente como uno de los géneros más importantes del mundo de los videojuegos. Atravesó su época dorada a finales de la década de los 80 y principios de la década de los 90 en el Siglo XX y casi todas las generaciones de consolas han contado con sus referentes. Como casi todo, su éxito terminó jugando en su contra y perdió fuelle hasta que se ha ido recuperando y reinventando en los últimos años, con el primer Mirror’s Edge como gran apuesta de renovación del género en la pasada generación de consolas, la que tuvo en PS3 y Xbox 360 a sus principales exponentes técnicos.

DICE, el estudio sueco responsable de Battlefield, obsesionado por el detalle, nos descubrió en 2008 uno de esos juegos arriesgados capaces de cambiar las cosas, dando como fruto un primer Mirror’s Edge que se convirtió rápidamente en obra de culto. Por desgracia, el éxito comercial no siempre acompaña y, aunque las ventas no fueron del todo malas, dejaron en el aire una posible continuación de la historia protagonizada por Faith, una suerte de runner del futuro que lucha contra la opresión y la tiranía de un mundo globalizado y controlado por sus dirigentes, que poco tiene que envidiar al que vemos día a día en los informativos de media tarde. DICE, alentada por comentarios de jugadores de todo el mundo y apoyada por EA en lo presupuestario, decidió tirar la casa por la ventana y arriesgar con una segunda entrega, que en realidad es una precuela, subtitulada Catalyst y que muy pronto estará en las tiendas.

La idea original, y no tenemos más que terminar el primer Mirror’s Edge para darnos cuenta, era la de crear una marca que se expandiera a lo largo de varios juegos para contar la historia de Faith. Tras la tibia acogida comercial de la propuesta, esta idea original quedó descartada, por lo que DICE apuesta en Mirror’s Edge Catalyst por contarnos la trama que da lugar a los orígenes de Faith como catalizadora del cambio, una mujer con sus demonios interiores capaz de luchar contra el sistema opresor que impera en la ciudad ficticia de Glass y que mantiene vigilados a sus habitantes a través de un gran Conglomerado dirigido por el pérfido villano de la función.

Echando un vistazo al vídeo que ilustra este reportaje descubrimos que Catalyst prestará una atención especial a la trama, mucho más que en la entrega original, por lo que podemos esperar una historia cargada de momentos íntimos y otros espectaculares, como no podía ser de otra manera. La evolución de Faith terminará por convertirla en la heroína justiciera que todos conocemos, aunque eso suponga pasar por unos acontecimientos que parecen traumáticos a todas luces.

Dejando la narrativa a un lado, lo que Mirror’s Edge Catalyst propone en términos jugables llama mucho la atención. Volveremos a tener plena libertad de movimientos, lo que sumado al entorno abierto puede dar como resultado una interesante combinación de parkour y sandbox. DICE y EA aseguran que no encontraremos pantallas de carga, lo que sin duda ayudará a conjugar una sensación de mundo cohesionado y dinámico que esperamos se manifieste en su versión final. Faith sacará a relucir todas sus habilidades como corredora y la propuesta aspira a ser incluso más vertical que la original, lo que esperamos se traduzca en un buen diseño de niveles. De hecho, durante el E3 de 2015 tuvimos ocasión de ver el juego en movimiento, causándonos una gran impresión, por lo que esperamos que todo aquellos se potencie y Catalyst nos permite hacer lo que queramos más allá de la historia.

Junto con el running y el parkour en primera persona, Mirror’s Edge destaca por su excelente planteamiento jugable en los combates. En Catalyst no se premia la violencia sin sentido y las muertes, incluso las de los enemigos, que son todo un reto. Faith posee unas habilidades gimnásticas y acrobáticas fuera de toda duda, pero las armas de fuego no son su fuerte, por lo que resultará más interesante superar todos los obstáculos mediante combates cuerpo a cuerpo o pasando desapercibidos, evitando el enfrentamiento y aprovechando todas las posibilidades del entorno urbano que ofrece la ciudad de Glass. Una ciudad que, por cierto, parece mucho más viva que la urbe sin nombre del juego original, con unos diseños futuristas de lo más llamativos y esquinas, huecos y todo tipo de recovecos para descubrir.

Por supuesto, en Mirror’s Edge Catalyst tendremos acceso a contenido más allá de la campaña principal. Tendremos pruebas de habilidad que nos llevarán a recorrer un circuito urbano en un determinado límite de tiempo. Tendremos que acabar con la propaganda totalitaria del Conglomerado a base de hackear vallas publicitarias o nos veremos obligados a transportar un objeto hasta un punto concreto de Glass. Porque, no lo olvidemos, Faith es una mensajera y también tiene que ganarse el sueldo. Y si eso implica moverse de azotea en azotea surcando los cielos de la metrópolis mejor que mejor.

Aunque sin fecha, existe una beta cerrada de Mirror’s Edge Catalyst en el horizonte (podéis inscribiros aquí). Será entonces cuando los afortunados que tengan acceso a la misma descubran el juego en movimiento. DICE intentará sacarle todo el jugo posible al motor gráfico Frostbite 3, algo que ya podemos intuir en los vídeos promocionales de la propuesta. La iluminación será tan importante como en la primera entrega, al igual que el diseño minimalista de la ciudad, algo que no impide que la misma resulte realista y funcional para nuestra protagonista. Ya hemos visto como el engine de DICE se adaptaba a otros juegos, como el Dragon Age: Inquisition de BioWare, y tendremos ocasión de descubrir en Catalyst cómo le sienta la primera persona y la velocidad propia de la franquicia.

Mirror’s Edge Catalyst llegará a las tiendas el próximo 26 de mayo. El largo proceso de desarrollo y algunos retrasos imprevistos no parecen suponer obstáculo alguno para que la propuesta de DICE sea de las más esperadas del año. Dentro de unos meses comprobaremos si la espera ha merecido la pena y si los jugadores están más dispuestos que hace unos años a invertir su tiempo y su dinero en un juego diferente, donde no se premia la violencia y la acción. La libertad y el mundo abierto sin cargas que proponen los suecos de DICE suena apetecible y no podemos más que esperar un título notable que haga de sus particularidades el punto fuerte de su planteamiento.

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