Los juegos más decepcionantes de 2015
No llegaron a lo que se esperaba, no cuajaron
A veces las expectativas por las nubes juegan una mala pasada a quien se las dibuja. En el mundo del videojuego la satisfacción y el cumplimiento de lo prometido o avanzado previamente son piezas clave para el éxito de cada lanzamiento, cumplir con lo que se espera, no excederse con el hype. Existen juegos que, por desgracia, no tienen buena pinta ya desde el primer trailer reveal, otros que se desinflan a medida que se va sabiendo más de ellos y se empiezan a tener tristes certezas. En este reportaje nos vamos a quedar con un tercer grupo de juegos que van bien en todo momento y están en el punto de mira de mucha gente durante su desarrollo y promoción final, hasta que llegan a las tiendas y se dan el batacazo, no gustan, no cumplen, tenían algo secreto que no se había dicho. Y de esos juegos hay desde superproducciones muy caras y esperadas y que parecen la esperanza blanca del género, hasta desarrollos más austeros que buscan jugar en otra liga pero que finalmente no juegan ni en su propia casa, en los casos más dramáticos con cierres de estudios y otras penurias post-lanzamiento. Éstos son los casos más sonados del año:
El regreso triunfal de la serie de skate de Activision venía armado con, al fin, una entrega numerada. Atrás se iban a dejar los juegos a medias, los spin-off con mecánicas extrañas, las malas ideas… Y se iba a volver a poner encima de la mesa lo que hizo grande a la marca, volviendo totalmente a las raíces y aquellos clasicazos arcade y súper divertidos de PSX. En cuanto se mostró en movimiento (gameplay) empezaron las dudas, gráficamente casi parecía un título de PS2. Pero todos se lo pasamos por alto sin problema, no es en el sentido visual donde un juego de estas características debe maravillar. Una vez llegó a nuestras manos, descubrimos que la decepción era mayúscula, con un diseño de niveles y misiones pobre, con un manejo que no se terminaba de sentir en las manos como el original prometido, con bugs y descuidos por todos lados, y con una dramática invitación constante a dejarlo y volver a retomar los clásicos. Poco a poco se han arreglado mediante tochísimas actualizaciones algunos de estos aspectos, pero ni mucho menos éste es el Tony Hawk 5 que esperaría cualquier fan.
Tras el tropiezo inicial, este año NBA Live sí que venía con más fuerza y ganas de cumplir. El juego salió mejor que el que reabrió la serie, desde luego, pero ni mucho menos alcanzaba unas cotas notables cómo se le piden a los títulos deportivos, y todavía está muy lejos de su competidor, NBA 2K16. EA Sports tiene un problema con esta marca renacida y, aunque parece que está empezando a solucionarlo poco a poco y hay esfuerzos en ello, la edición 16 del pasado octubre sigue sin estar al nivel de FIFA, Madden o NHL, otros juegos del mismo estudio. Animaciones y rostros de jugadores poco realistas -algo esencial en el género deportivo-, jugabilidad incoherente y sin demasiada estrategia o poca variedad de modos y contenidos no le dejaron llegar más alto. Sin embargo, el buen camino empieza a recorrerse con una, eso sí, puesta a punto audiovisual y algunas ideas que funcionarán mejor a medio plazo pero que ya se han impuesto.
Habrá quien diga que no supone hype cualquier juego de Saint Seiya que venga tras Batalla por el Santuario y Brave Soldiers. Sin embargo, Soldier’s Soul tenía, de entrada, bastantes garantías de ser el videojuego de Caballeros del Zodíaco que los fans esperaban. Era el episodio que estrenaba la nueva generación y hasta salía en PC, recuperaba la historia clásica de las armaduras doradas y además miraba a la nueva serie, estaba supervisado por el creador de los mangas… Éste iba a ser el jeugo de Saint Seiya, y se quedó en un descafeinadísimo título de peleas encorsetadas que tampoco era tan amable ni con el fan incondicional, pues se saltaba algunos momentazos que hubiera estado genial recrear DualShock en mano. Muy pobre gráficamente en entornos y escenarios y muy repetitivo en movimientos de personajes. Atenea no estaría orgullosa de esta producción, habrá que esperar a siguientes, hay buenas intenciones…
Nunca había pasado que un estudio, avergonzado de la calidad de su juego, pida a Sony que lo retire de la PSN Store, cancele los dos siguientes capítulos y se devuelva el dinero a todos los compradores. Afro Samurai 2: Revenge of Kuma es flojo en todos los sentidos, desde el técnico -lleno de errores y bugs- hasta el jugable -simplón y no del todo preciso-. El equipo encargado del desarrollo, Versus Evil, tuvo muy diversos problemas durante su concepción, baches que se notan en seguida con el juego en marcha y que manifiestan una desorganización total de departamentos y responsabilidades. Lo primero que abre la página web oficial del producto es la carta del director del estudio pidiendo disculpas por el resultado tan por debajo de las expectativas y con una marca potente como es Afro Samurai. Es un caso relevante y penoso, pero al menos que ha incentivado una actuación honrada por parte de sus creadores, ya podrían aprender otros.
Hacía mucho tiempo que no jugábamos con el monstruo japonés escupefuego. Y siempre es de recibo tener a tus pies una ciudad entera que asolar. Godzilla no iba a ser un must have, pero, desde luego, sí que tenía pinta de entretener, ser algo fresco y distinto y funcionar de cara al fan que se sabe hasta el último cómic del bicharraco. Pues ninguna de las tres. En cuanto tuvimos acceso al código final, nos dimos de bruces con un juego aburrido, poco original e imprudente y hasta irrespetuoso con el seguidor incondicional. Gráficamente era desastroso, los efectos de los edificios ardiendo o viniéndose abajo de hace más de una década, y los diseños de niveles y otros monstruos a los que enfrentarnos realmente parecían hechos por inexpertos. Tenía opción de juego en cooperativo, y casi peor, pues no había buena visibilidad ni opción de demasiada cooperación y coordinación. Un desastre que en algunos países logró colar bastantes unidades.
Resident Evil Revelations 2 en PS4 no es que sea un juego brillante y a la última, o un survival horror como los que soñamos todos los devotos de la marca, pero al menos sí que es una divertida y variada aventura de disparos en tercera persona que alimenta un poco más la información sobre Claire Redfield y Barry Burton y su hija Moira, así como presenta un esquema de juego basado en la acción pero con algunos puzles y cooperación entre las protagonistas (Claire y Moira). Ahora bien, lo que ha sido una decepción a todas luces es la versión de PlayStation Vita, muy por debajo de las versiones de consolas de sobremesa en lo técnico. Tardó más en llegar a la portátil y, cuando lo hizo, las primeras comparativas entre versiones nos hicieron llevarnos las manos a la cabeza. Framerate inestable que fastidia la experiencia de juego, sonido comprimido que deja por el camino algunos efectos, etc. Una lástima, pues PSVita con su potencia parece poder mover bastante bien un port mejor que el que salió.
Primer F1 solo de nueva generación, con una evolución gráfica más que palpable respecto a lo que era la serie, con nueva portada, con nuevos modos, con nuevas intenciones, y hasta con toda la Temporada 2014 de regalo incluida como contenido extra. Pues bien, ni aún así, los juegos de bólidos y neumáticos candentes vuelven a ser lo que fueron en sus mejores tiempos. F1 2015 tenía todas las de ganar pero se quedó bastante atrás y ni huele aquellas sensaciones de hace una década de estar ofreciendo una de los mejores experiencias de conducción realista del momento. Es resultón en pantalla, especialmente en noches lluviosas que tanto sirvieron a los vídeos promocionales para enseñarlo, pero luego, manos en el volante sobre la pista, uno se da cuenta de que no es demasiado completo en contenidos ni tan satisfactorio como cabe pedirle a una superproducción del motor de primer nivel.
Evolve pintaba increíble, salió muy bueno cuando se le ponían las manos encima, es uno de los shooters más originales de los últimos tiempos, y conseguía funcionar de forma cautivadora. Todo eso en las primeras partidas y si se pasaba por alto el escueto contenido de mapas, cazadores y monstruos que contiene el paquete inicial. El problema viene cuando, ya con la versión final y muchas horas y partidas metidas, se nota que falta algo, que algún engranaje para tildarlo de perfecto no está en el mecanismo. Y esto se notó demasiado rápido en los días que rodeaban al lanzamiento, dejándolo como un título bastante abandonado por la comunidad y en el que no es fácil encontrar tres amigos más que lo tengan para disfrutarlo como realmente merece y exige, comunicándonos y charlando con los demás miembros del equipo. No es un mal juego ni incumplió en aspectos técnicos o de gameplay, pero sí una decepción para los muchos que llegamos a pensar que iba a ser una de las revoluciones de los FPS y los eSports. Una lástima.
El caso del juego de Ready at Dawn para PS4 la pasada primavera es quizá el más sonado de este año. Ríos de tinta y posts corrieron cuando empezó a extenderse la idea de que era un juego corto y mediocre en algunas mecánicas jugables, como las partes de sigilo obligado o el planteamiento de los enfrentamientos contra licanos, solucionados con secuencias de quick time events y todos similares entre sí. Se esperaba más de The Order: 1886, ciertamente. Es el juego con un apartado gráfico más potente y avanzado de todo lo que ha salido en PlayStation 4, y se esperaba un mastodonte jugable al nivel de Uncharted o Gears of War. Pero no fue así, se quedó en algo más plano como videojuego, pese a venir adornado de unos gráficos de impresión, aspecto sonoro inigualable y narrativa intensa muy en la línea cinematográfica que tanto gusta a Sony. No deja de ser un producto notable si lo valoramos de forma crítica, pero queríamos el sobresaliente, los poseedores de una PS4 queríamos ese must have que hiciera temblar a la competencia. Y, pese a sus ventas millonarias finalmente, todo se desmontó un poco cuando la gente empezó a tenerlo en sus manos.
Junto a Guitar Hero Live, las guitarras de Harmonix estrenaban la nueva generación tras muchos años de silencio. Ninguno de los dos ha saltado a la fama y el éxito de superventas por fórmula rompedora y acordes sostenidos de infarto que lo hagan un obligatorio para cualquier melómano, pero el caso de Rock Band 4 es quiza más inesperado porque viene del mismo equipo que prácticamente inventó esto de los juegos de guitarra, especialistas en música divertida que prometían unos solos totalmente abiertos y creativos, muchas nuevas ideas y aire fresco para las actuaciones en grupo. Y la cosa es que, tras meterle muchas horas y partidas en cualquier instrumento y combinación en sus cientos de canciones disponibles para compra, realmente se sigue percibiendo demasiado igual a lo que ya conocíamos, conformista en muchos sentidos para lo que le pedíamos a estos genios y diseñadores, además de manejar de forma simplona y sosa en presentación los menús, los modos adicionales, los editores o unas listas de canciones para compra no del todo bien actualizadas en la PSN europea. Se siente pulido y es un producto notable, sí, pero en esencia, el bruto, sigue siendo a lo que jugábamos la generación pasada, se nota. A lo que se suma un precio de guitarra + juego demasiado elevado (cuestiones de componentes del periférico) y un precio de juego individual también un poco ido de manos, a 69,90 euros como cualquier lanzamiento Triple A para un tracklist inicial de 65 temas.
Por último, englobamos en este apartado final otros tantos videojuegos que, sin ser una decepción con todas las letras, sí que se han pasado tres pueblos con el reparto entre contenido inicial, del título original, y lo que se reservan al Pase de Temporada, de manera que no han cumplido con las más optimistas expectativas compartidas. El más sonado en esto ha sido Star Wars Battlefront, venido un poco a menos en recepción internacional respecto a las expectativas por guardarse más mapas para los DLCs que para la propuesta inicial, además de por su polémico espíritu accesible y directo muy distante del realismo y profundidad habituales de Battlefield. Pero hay más. Mortal Kombat X se reservó demasiados luchadores para su Season Pass o adquisición de pago adicional. Además lo hizo con iconos del calibre de Predator o Jason Voorhees. Todo esto pasa factura a la recepción y aguante en la comunidad de la lucha. Y todavía quedan personajes por llegar. También de Warner, otro que no se cortó en pasarse de listo guardando juego para los DLCs fue Batman Arkham Knight, mermando la calidad del título inicial respecto a lo que podría haber sido, que aún así es un sandbox de acción sobresaliente. En ningún caso son malos juegos, son geniales los tres, pero hablamos de decepción respecto a contenidos y a las gigantescas expectativas que había con ellos.
¿Y a ti, qué juego de 2015 te ha decepcionado?