Las Pascuas ya han pasado, y aunque por tierras levantinas contamos con algún día de fiesta suelto en estas dos semanas, estamos ya con las pilas cargadas para encarar los últimos días del mes y mirar ya de cerca el inminente E3.
Lo estaba deseando. Puede que parezca mentira, pero llevaba esperando el lanzamiento de Octodad: Dadliest Catch en PS4 desde el mismo momento en el que pude ver un vídeo ingame de la propuesta. ¿Un pulpo que vive entre humanos, casado y con dos hijos, que no quiere ser descubierto y cuya vida cotidiana es un aleatorio caos de tinta y tentáculos? VENDIDO.
Young Horses ya lanzó la propuesta en PC y ahora llega adaptada a las exigencias del DualShock 4, con compatibilidad con PlayStation Move y la promesa de diversión y risas a granel. La posibilidad de controlar cada tentáculo del bueno de Octodad de forma independiente le añade al título la necesaria cantidad de dificultad para deleite de los usuarios.
Y si, también es destacable el ingrediente primordial de estos títulos extravagantes: las risas. Aunque hemos podido catarlo poco, algunas partidas han caído ya en las oficinas de LaPS3. Y una cosa está clara: nos va a doler la mandíbula de tanta carcajada. Puede que haya momentos frustrantes, pero desde ya me parece importante no tomarse muy en serio la propuesta de Young Horses. El lunes os cuento todo sobre Octodad en el análisis que prepararé durante el fin de semana.
Hace algún tiempo que me apetecía jugar en cooperativo a algún juego y sobre todo, que quería terminar Torchlight II, un título que por ‘x’ o por ‘y’ acabé dejándolo de lado; y no porque no me guste. El problema es que si quieres explorar todo el mapa, como es mi caso, tendrás que combatir contra cientos de enemigos que no son difíciles de matar pero su vida dura demasiado, al menos en el modo veterano. Y a esto se le suma el hecho de que ya habría recorrido ese escenario tres veces, ya que esta sería mi tercera partida.
A pesar de este pequeño inconveniente, Torchlight II está bastante entretenido para jugarlo con algunos amigos y cuenta con algunos detalles, como algunos secretos que se encuentran escondidos a lo largo de todos los escenarios, que invitan a explorar cada rincón del mapa para encontrarlos.
Además, cada personaje contará con la ayuda de un mascota que lo protegerá de aquellos enemigos que intenten atacarle.Por otra parte, acabo de instalarle un mod que incluye otras mascotas (sólo cambia su aspecto), como un dragón, una gárgola o el mismísimo Claptrap hecho de ganchillo (Y sí, he elegido este último).
Todos tenemos un pasado del que venimos a todos los niveles, y el relativo a los videojuegos no es diferente de otros, aunque tal vez sí sea mucho menos importante. Digamos que el mío nace y se desarrolla principalmente en los ordenadores de sobremesa, habiendo superado varias etapas donde mis gustos y las modas del momento me permitieron probar varios juegos que aún hoy recuerdo con cierto cariño.
Pero de todo ese pasado voy a centrarme hoy en dos juegos: Ultima Online y Lineage 2. Con el primero me introduje por primer vez en el mundo de los MMORPG en aquellos apartados y oscuros lugares en el que nos reuníamos muchos a jugar, entre otras cosas, a Counter Strike. Un primer acercamiento que me preparó para las innumerables horas que pasé en las plazas de las ciudades en Lineage 2, vendiendo mis habilidades como buffer y amasando una impresionante fortuna que, por desgracia, únicamente se quedó en el contexto digital.
Años después me encuentro con Final Fantasy XIV: A Realm Reborn y a mi compañero Ricardo hablándome cada día de las bondades del juego. Tal vez sea momento de coger el bastón y adentrarme en las mágicas tierras de Hydaelin para ver que se cuece por allí. El problema es el de siempre… ¿Volveré a quedarme atrapado por las ganas de seguir cumpliendo misiones sin parar? Este fin de semana lo comprobaré.
Después de dar muchas vueltas por Spira, el viaje llega a su fin. Tras una interminable partida de cerca de 160 horas en Final Fantasy X, y un tiempo parecido en Final Fantasy X-2, veo la luz al final del túnel.
El último obstáculo en mi camino es la Torre Luty…Litu… el último obstáculo en mi camino es Last Mission (sigo sin saber cómo se pronuncia el nombre de esa maldita torre). Es divertido, pero cansado, el juego cambia totalmente la mecánica y pasa a ser un inmenso tablero dividido en 80 niveles, en los que todo se hace por turnos. La verdad, ya tengo ganas de terminar el juego, porque estoy un tanto hastiado de RPGs y quiero jugar a algo descerebrado hasta que llegue Drakengard 3, algo con lo que pueda sembrar el caos y la destrucción… sí, sin duda, si consigo terminar éste fin de semana FFX-2, siga con Prototype.
O más posiblemente, me anime a completar Dissidia 012, que aún tengo pendientes unos cuantos mundos desde que lo dejé aparcado poco después de navidades… aunque sólo sea por volver a controlar a Gilgamesh y Laguna.
Lo cierto es que este fin de semana no tengo en mente ningún título predilecto con el que matar mis horas muertas aunque hay varias propuestas que me apetecen jugar desde hace ya un tiempo. Por ejemplo, uno de ellos es el NBA Live 14 de PlayStation 4.
Otro de los videojuegos que me hacen ojitos y que comencé en su día es Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo, aunque lo haré a lo grande, con la televisión en 3D a todo meter y disfrutando de una de las mejores experiencias tridimensionales que he tenido el placer de experimentar desde que esta tecnología existe. Creedme, es increíble la lograda sensación de profundidad que han conseguido en estas remasterizaciones del Príncipe de Persia.
Mientras espero el lanzamiento de Silent Hill Origins HD para PlayStation Vita he retomado estos días una antigua partida que tenía del juego original, así que quizás también haga un poco de Harry Mason. Que por cierto, he adquirido recientemente la recopilación del segundo y tercero en Alta Definición para PlayStation 3 y espero que no tarde mucho en llegar.
Mi afición por los mmorpgs también está presente este fin de semana. The Lord of The Rings Online para PC ocupará unas buenas horas de mi tiempo de ocio. Isengard y Helm’s Deep están ya cerca de mi Hobbit Burglar, aunque primero debo de terminar unas cosillas en Lothlorien. ¡Ains estos elfos, cómo me enredan!