No hay manera de coincidir. Entre la afición a los juegos indie, la elección aleatoria de la semana, la llegada de PlayStation Plus y las estrellas ninja, no nos ponemos de acuerdo. Y eso sin contar el trabajo que nos llevamos a casa y del que normalmente no podemos hablar. Una auténtica locura videojueguil.
En fin, sin más, ¡nuestra elección semanal!
Antes de comenzar con el análisis de Yaiba: Ninja Gaiden Z (si queridos amigos, vuelvo a analizar un juego, para que podáis despacharme cómodamente con mis notas en los comentarios desde la seguridad de vuestro hogar) creo conveniente revisar, aunque sea durante unas horas, la última entrega vista en PS3 de esta popular saga.
Ninja Gaiden 3: Razor’s Edge ocupará el poco tiempo libre que tendré en este ajetreado fin de semana donde las explosivas fiestas de algunos prometen alterar las horas de descanso de otros. Y es que no hay nada mejor para aliviar tensiones sin incumplir ninguna ley que masacrar a todo tipo de enemigos con la espada del amigo Ryu Hayabusa.
Es cierto que Ryu y Yaiba difieren en muchos aspectos. La estética que ha elegido el Team Ninja para Ninja Gaiden Z se aleja de lo visto hasta el momento en la saga, por eso conviene refrescar la memoria antes de probar la nueva propuesta que tiene al gran Keiji Inafune como mente perversa y creativa detrás de la fiesta. La televisión se teñirá de rojo este fin de semana gracias a Ninja Gaiden 3: Razor’s Edge.
Este fin de semana pondré mi atención por completo a un título que me llama mucho la atención, South Park: La Vara de la Verdad. Debo de admitir que no soy un devoto de la serie y que el humor aleatorio y bizarro que supura la creación de Trey Parker y Matt Stone se aleja bastante del tipo de diversión que personalmente me agrada. Con el videojuego me pasa todo lo contrario.
Tras ponerle la mano encima un breve tiempo, puedo asegurar que me espera una de las aventuras más desternillantes que he tenido ocasión de disfrutar desde los tiempos de mi querido The Secret of Monkey Island. El videojuego no deja ni un momento de respiro humorístico e incluso he tenido la desgracia de derramar café sobre mi teclado tras leer algunas barbaridades de Cartman.
Quizás tenga una experiencia poco agraciada con la serie o no le diera en su día la oportunidad que merecía, pero lo cierto es que South Park: La Vara de la Verdad tiene visos de postularse como uno de mis juegos favoritos de este 2014. Si con tan solo dos horas de juego ya pienso esto, ¡no os podéis imaginar que tan bueno es el juego!
Hace algún tiempo que me dio por jugar a algunos clásicos de los que he oído hablar en numerosas ocasiones, obviamente debido a que han marcado un época pero que en mi caso, nunca he tenido la oportunidad de probar. De esta manera, comencé a conocer el mundo de los beat’em up con juegos como Final Fight, Streets of Rage, Cadillacs and Dinosaurs o Teenage Mutant Ninja Turtles, entre otros.
Y desde entonces intentó jugar a “todo lo que se me ponga por delante”, ya sea por saciar mi curiosidad sobre dichos juegos o para conocer con mayor profundidad todos los géneros y etapas por las que ha pasado el videojuego. Así que teniendo en mente mi finalidad, este fin de semana lo he reservado para otro arcade llamado Three Wonders y que está compuesto por tres juegos: Midnight Wanderers: Quest for the Chariot, Chariot: Adventure through the Sky y Don’t pull.
En mi caso, he optado por probar Midnight Wanderers: Quest for the Chariot, un título de plataformas donde el jugador controla a Lou que, junto a su compañero Siva, tendrán que matar a los diferentes enemigos que se interpongan a su paso: desde serpientes o murciélagos hasta malvados duendecillos (con gorro amarillo incluido) armados con cuchillos.
Por todos son conocidas las virtudes que atesora el programa de suscripción PlayStation Plus a todos aquellos usuarios que disponen de una consola Sony. La calidad de sus juegos, su variedad, su aparición en todas las plataformas de la multinacional japonesa… Pero hay otra cualidad casi intangible que vale la pena tener en cuenta, y es la oportunidad que ofrece de jugar a títulos de hace unos pocos años en un momento que puede ser ideal para volver a retomarlos.
Es lo que me ha ocurrido a mi con la actualización de esta semana, y en concreto con Dead Nation: Apocalypse. Ya en su día tuve la oportunidad de haber jugado de manera gratuita “gracias” a los desagradables incidentes que PlayStation Network que propiciaron la aparición del Welcome Back, pero años después y en la nueva consola de Sony es cuando se me presenta la oportunidad de poder hincarle el diente a la adictiva propuesta de Housemarque.
Tampoco me gustaría perder de vista ese visualmente preciosista Brothers a Tales of Two Sons. Ya tuve la oportunidad en su día de poder probarlo, y no me dejó indiferente, en absoluto. Su mecánica sencilla y original, junto con un planteamiento cooperativo interesante y una belleza visual fuera de toda duda, fueron los activos más valiosos que en mi mente despertaron la necesidad de adquirirlo algún día. Y ahora ha llegado el momento.
Sin embargo, no podré centrarme exclusivamente en ambos juegos, pues toca fin de semana de trabajo editorial, con dos títulos cuyos análisis podréis leer la semana que viene en LaPS3 y que muchos de vosotros estáis esperando. Sólo os diré que, con uno de esos juegos, mis gritos se llegaron a alzar por encima de la mascletá diaria que disfrutamos ahora mismo en la ciudad de Valencia. Y es que morir una y otra vez sin parar es lo que tiene.