Hace tan sólo unos días publicábamos un texto en el que hablábamos sobre la falta de creatividad en la presente generación de consolas, con una gran presencia de remasterizaciones, secuelas y remakes, algunos completamente injustificados y poco entendibles más allá de la todopoderosa llamada del euro/dólar. En aquel artículo, que podéis volver a leer desde aquí, quisimos centrarnos en los juegos de gran presupuesto, en los títulos realizados por las grandes compañías, reservándonos la creciente remesa de juegos independientes para otro texto, el que hoy nos ocupa.
Y es que, si actualmente existe un enorme feudo para la creatividad y la originalidad, éste se encuentra en el sector indie, que en esta generación cuenta con un apoyo fuerte por parte de las grandes compañías, como Sony o Microsoft, que no han dudado en ofrecer sus plataformas a los estudios pequeños o a los juegos de menor presupuesto, sabedores del potencial de dichas obras, que comenzaron a ganar popularidad durante la generación de PS3 y Xbox 360.
En este texto hablaremos de joyas indies conocidas por todos, de las compañías que apuestan única y exclusivamente por los títulos de bajo presupuesto, del interés creciente de grandes multinacionales en propuestas marcadas por la creatividad y el riesgo financiero y destacaremos algunas de las ideas más interesantes del panorama indie que llegarán a PS4 durante los próximos meses. No son todos los que están, por lo que esperamos vuestras sugerencias de grandes indies en los comentarios.
El éxito de los juegos desarrollados por un pequeño grupo de personas y de presupuesto limitado no es algo nuevo para los que conocemos este sector, tanto como aficionados como profesionales. De un tiempo a esta parte han surgido verdaderas joyas que, más allá de lo estético o de lo creativo, han conseguido funcionar entre los consumidores, han vendido un buen número de copias y han logrado ser un éxito crítico y comercial, cuestiones que no siempre van de la mano en esta industria.
Propuestas como Limbo, con sus tonos grises y macabros, o Fez, donde reina el color y un sentimiento más alegre, han sabido conjugar a la perfección cuestiones jugables clásicas propias del género de las plataformas con la innovación narrativa en el caso del primero o las mecánicas tridimensionales más originales en el caso del segundo. La acción pura y dura de antaño también se ha recuperado por parte de los desarrolladores con propuestas salvajes y viscerales como Hotline Miami y su secuela o el premiadísimo The Binding of Isaac, que bajo su apariencia de roguelike ofrece uno de los mayores desafíos que hemos visto en los últimos años.
Muchos de estos juegos se caracterizan por tener detrás una mente creativa de lo más singular, como sucede con Phil Fish o Edmund McMillen, que además de ofrecernos The Binding of Isaac también se sacó de la chistera hace un tiempo el popular y difícil Super Meat Boy. Obras que ya llevan un tiempo con nosotros como Spelunky o éxitos recientes de enorme popularidad como Shovel Knight se cruzan con títulos de una bellísima factura técnica como toda la saga Trine. Luego, en un mundo aparte, disfrutamos con la experiencia única e inmortal de Journey, uno de esos juegos que ocupan un lugar destacado en la memoria colectiva de los jugadores. Y no, no nos olvidamos del gran fenómeno indie de los últimos años, el todopoderoso Minecraft, una propuesta que comenzó a ganar adeptos desde su fase más temprana de desarrollo, alcanzó la gloria entre los jugadores más jóvenes gracias al fenómeno masivo de los youtubers y terminó siendo adquirida por Microsoft por 2.500 millones de dólares, una cifra que sólo al escribirla provoca taquicardias y confirma algo que nos podíamos imaginar: los indies también son un negocio.
Más allá de títulos y nombres individuales, existe una editorial que apuesta fuerte por los títulos de corte independiente desde su misma concepción. Devolver Digital, fundada en el año 2009 y con sede en Texas, se ha convertido en la distribuidora adalid de los juegos indies, apoyando marcas tan reconocidas hoy en día como la de Serious Sam o lanzando gamberradas tan divertidas como Shadow Warrior. El número de estudios que terminan publicando sus obras a través de esta compañía norteamericana es tan grande como variada es su paleta de nacionalidades. De Suecia a España, pasando por Croacia e Inglaterra, el número de lanzamientos que llevan su sello no para de crecer año tras año.
Así descubrimos títulos como OlliOlli o su secuela OlliOlli2: Welcome to Olliwood, rarezas como Hatoful Boyfriend, rompecabezas de renombre como The Talos Principle, complejas experiencias como Titan Souls o juegos de disparos con el espíritu de antaño intacto como sucede con Luftrausers. La compañía apuesta por este tipo de juego sabedora del potencial que tienen y se distingue del resto tomándose con humor todo lo que relaciona a la industria del videojuego. Sin ir más lejos, son fácilmente reconocibles en grandes eventos como el E3 por montar su stand fuera del bullicioso centro de convenciones de Los Ángeles y armar su espectáculo al lado de un Hooters.
La editorial ya tiene algunos juegos de gran interés apuntando a 2016. Es el caso de Broforce, ese homenaje hormonado al cine de acción clásico de pelo en el pecho y meada en pared que aún no he llegado a consolas PlayStation; Not a Hero, una nueva locura de Roll7 que de momento se mantiene alejada de las máquinas de Sony pero que no debería tardar en llegar; o los muy esperados Eitr, Mother Russia Bleeds y Shadow Warrior 2. Devolver Digital tiene mucho que decir en esto de los juegos independientes y no por casualidad hemos elegido un vídeo suyo para ilustrar este artículo. No todo van a ser señores encorbatados vendiendo videojuegos.
Curiosamente, el sector del videojuego independiente está llamando cada vez más la atención de las grandes compañías. Ya hemos destacado en este mismo artículo que Microsoft se gastó una fortuna en la adquisición de Minecraft y son varias las editoriales de calado internacional que apuestan por ofrecer algún título alejado de sus habituales grandes superproducciones. Electronic Arts, sin ir más lejos, cosechó un buen número de aplausos y despertó la simpatía de los usuarios cuando durante el E3 de este mismo año dedicó unos minutos a Unravel, una propuesta que está desarrollando Coldwood Interactive y que se aleja del tono franquiciado habitual de la compañía norteamericana, dominada por FIFA, Star Wars o Battlefield.
Con todo, si existe una gran multinacional de videojuegos que lleva apostando más tiempo por ofrecer títulos de cierto carácter independiente esa no es otra más que Ubisoft. La compañía gala, que se puede permitir arriesgar gracias al éxito constante de grandes marcas como Just Dance o Assassin’s Creed, nos ha regalado hasta la fecha propuesta de lo más originales como Grow Home o maravillas audiovisuales como Valiant Hearts y Child of Light, a todas luces imprescindibles por sus valores artísticos e, incluso, didácticos. Todas estas propuestas mencionadas se podrían incluir dentro de lo que Ninja Theory bautizó como Triple A Independiente tras el anuncio de su esperado Hellblade.
Evidentemente, estas grandes distribuidoras tienen los recursos y los empleados necesarios como para poder desviar fondos a proyectos más arriesgados que, en última instancia, terminan siendo recibidos positivamente por la prensa y los usuarios y ganando más dinero del que se podría imaginar. Las grandes compañías como EA o Ubisoft marcan la senda a seguir para otras editoriales enormes, que tienen cada vez más interés en la creación de juegos más o menos independientes en su base, aunque detrás haya un presupuesto bastante mayor de lo normal en estas lides. Todos lo que sea aportar creatividad y originalidad al sector siempre será bien recibido.
Afortunadamente, no sólo de éxitos del pasado vive el videojuego independiente. Durante los próximos meses vamos a presenciar varios lanzamientos de lo más sonados, propuestas que han pasado a ser muy deseadas por los jugadores y que confirman el buen estado de salud que atraviesa el sector en estas lides. PlayStation seguirá apoyando los juegos independientes y facilitando el acceso a PSN a los estudios pequeños, lo que sin duda nos permitirá descubrir obras que de otra manera hubieran quedado relegadas al PC.
Entre los próximos lanzamientos tenemos de todo. Desde arriesgadas apuestas que buscan ofrecer una experiencia única a través de la realidad virtual como Adr1ift, hasta complejos experimentos que tienen ese algo especial que tanto llama la atención de los jugadores como The Tomorrow Children, pasando por juegos que siguen la estela de Journey aunque cambiando el desierto por el fondo submarino como Abzu. También llegarán en los meses venideros auténticos referentes indies que hasta el momento no se han acercado a las consolas como Papers, please y éxitos del crowfunding como Hyper Light Drifter.
A título personal, hay una serie de estrenos de supuesto corte independiente que de un tiempo a esta parte han despertado un gran interés mediático que los convierte en más que posibles éxitos comerciales e, incluso, en juegos de culto antes de su lanzamiento. Puede que el mayor exponente en este sentido sea el largamente deseado No Man’s Sky, un título que lleva tanto tiempo en desarrollo que ya no sabemos qué esperar de él. O WiLD, lo nuevo del creador de Rayman Michel Ancel, que promete libertad total y una aventura donde la naturaleza y la vida salvaje tenga tanta importancia como sus protagonistas humanos. También llegarán próximamente lo nuevo de dos estudios tan peculiares como el español Tequila Works o el danés Playdead, Rime e Inside, que prometen revolucionar PS4 desde su prisma interactivo único.
Soy consciente, y me vais a permitir que deje de utilizar el nosotros en esta especie de reflexión final, de la existencia de centenares, puede que miles, de juegos mucho más pequeñitos que los aquí nombrados. La gracia de los títulos independientes es que pueden salir de la habitación de un aficionado o del sótano de unos amigos que tienen más originalidad que presupuesto. Si en el texto sobre las grandes producciones hablábamos sobre la falta de creatividad de la industria que enciende puros con billetes como si de James Cameron se tratase, en el mundillo (odio utilizar esta palabra, pero encaja a la perfección en este momento) de los juegos independientes la creatividad desborda las mentes de sus artesanos, las ideas frescas están a la orden del día y existe una cantidad de variables tan espectacular y alejada del manido pixelart y de lo retro que sorprende.
También existen sonados fracasos en esto de los juegos independientes y descubrimos como títulos que pintaban de maravilla terminan siendo el mayor de los fiascos y dándose un batacazo de campeonato. Sea como fuere, los juegos de corte indie son tan necesarios en la industria del ocio interactivo como en la del cine o la música. En muchas ocasiones, este tipo de propuestas pasan desapercibidas porque los medios no dedicamos el tiempo y el espacio necesario a hablar sobre ellos, mientras que otras veces no funcionan por el simple hecho de tener uno u otro acabado artístico. Lo más reconfortante viene cuando descubres un título pequeño, le dedicas unas horas y obtienes una experiencia única, sin haber sido bombardeado por publicidad carísima y mensajes pagados. Indies y superproducciones pueden y deben complementarse para que nuestros queridos videojuegos sigan aportando ideas frescas y diversión a raudales.