En más de una ocasión hemos hablado de la buena salud con las que contaban los RPG de procedencia occidental. Por una serie de razones que tienen que ver con la tendencia asumida por el desarrollo a esta parte del mundo y el extraño rumbo que han tomado en la parte oriental de la industria, podríamos afirmar que una gran cantidad de las aventuras de semejante índole que han destacado en esta generación han nacido bajo la mirada de estudios como BioWare, Bethesda Game Studios, Blizzard o CD Projekt. Aunque sería ciertamente injusto no nombrar en esta escueta lista los grandes destellos entre la penumbra que Level 5, From Software y Tales Studios han aportado desde el país del sol naciente.
Sin embargo, y centrándonos en el trabajo realizado por CD Projekt Red, su adaptación del mundo creado a puño y letra de Andrzej Sapkowski se considera, sin ningún asomo de duda, como una de las referencias principales dentro el sector; aunque hasta este momento su disfrute había sido relegado a aquellos que tenían un ordenador lo suficientemente potente como para hacerlo funcionar, o los usuarios de Xbox 360 en el caso de la segunda parte de la saga. Con esta tercera entrega que, además, supone la conclusión de la saga, contaremos con sendas versiones para las nuevas consolas de siguiente generación, PS4 y Xbox One.
Y podemos asegurar desde ya que The Witcher 3: Wild Hunt es uno de los títulos que tecnológicamente mejor se presentan en la siguiente generación. En una amalgama de obras que se encontrarán a caballo de la generación que termina y la que empieza, títulos como el que nos ocupa hoy destacan sobremanera por su trabajo exclusivo en un hardware superior, y ése es un hecho innegable desde el primer momento que pudimos ponerle los ojos encima. Durante una presentación con gameplay incluido de más de 45 minutos, pudimos comprobar cuán sólida es la nueva propuesta RPG de CD Projekt, a pesar de tratarse de una versión pre-alpha de un resultado final que ansiamos por ver en su plenitud.
Pero comencemos por el principio. En un mundo asolado por el caos después de que el terrorífico Imperio de Nilfgaard azotar de nuevo a los Reinos del Norte, la incertidumbre se alza como mayor barrera contra el progreso de la castigada sociedad. Pero además, a esta situación de inestabilidad hay que sumarle la oscura fuerza que vuelve a resurgir como punta de lanza contra una paz que no acaba de llegar. La aparición de unas misteriosas criaturas por todo el mundo se convierte en la amenaza que bajo los conflictos más mundanos intenta acabar con todo lo que una vez fue construido.
Frente a todo esto, de nuevo, Geralt de Rivia se encuentra como protagonista de una aventura con desarrollo no lineal que se producirá en un mundo abierto de enormes dimensiones. Estas características que, a priori, hacen dudar de la intensidad de un argumento que puede venir a menor por la amplitud del contexto, puede quedar fuera de toda duda según palabras de sus propios desarrolladores. La libertad que se otorga al jugar en el momento de ponerse al control de la aventura proporcionará una experiencia de más de 100 horas de duración jugable, con una enorme cantidad de tramas alternativas entrelazadas con la historia principal y que, además, pueden ser abordadas en el momento que deseemos, teniendo una repercusión absoluta en el desarrollo posterior de otra serie de acontecimientos.
De esta manera, nos podemos encontrar con que salvar al hijo del molinero del ataque de un wyvern puede afectar a quién acabe colocándose la corona, mientras que dar al traste con los planes de asesinato a un noble puede terminar con las desgraciadas vidas de sus oprimidos súbditos. Misiones que se convierten en decisiones imprevisibles capaces de cambiar el curso de la historia principal, un conjunto de secundarias o, simplemente, modificar la estructura del mundo por el que intentamos abrirnos paso.
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Además, muchas de estas decisiones tendrán el complicado planteamiento de no siempre descubrirse como buenas o malas, pues habrá situaciones en las que el tono gris de las posibles soluciones nos plantee dudas de cómo queremos que termine la situación. Todo esto acaba provocando una serie de posibles finales distintos cuya cantidad fue revelada durante dicha presentación. The Witcher 3: Wild Hunt contará con hasta 36 finales diferentes que aparecerán dependiendo del amplio rango de decisiones que hayamos tomado durante la compleción de la aventura, pero, además, provocará que acabemos por descubrir uno de los tres posibles epílogos jugables con los que cuenta la tercera entrega de la saga.
Pero no todo se reduce al libre desarrollo que seguirá la historia. Para superar todos los retos que estas misiones principales, alternativas o eventuales nos planteen, contaremos con un renovado desarrollo en el combate que permitirá a Geralt de Rivia combinar mejor que nunca el dinamismo de los juegos de acción con la profundidad inherente a todo RPG que se tercie. De esta manera, todos aquellos usuarios que llegaron a jugar a The Witcher 2 experimentarán una mejora y ampliación de este nuevo sistema de batalla.
Entre muchas otras cosas, la profundidad en la acción de cada ataque se verá incrementada por diferentes motivos. El primero, correspondiente a la pura interacción, será enfocado desde un incremento considerable de los movimientos con los que cuenta Geralt, llegando a alcanzar 96 nuevas secuencias de acción (ataque, defensa y movimientos de evasión) frente a las 20 con las que contaba su anterior entrega –ninguna de ellas, además, QTE, pues este tipo de movimientos no tienen cabida en The Witcher 3. Como ejemplo, pudimos ver cómo nuestro protagonista se enfrentaba a la vez a varios enemigos en un determinado momento, adaptando su posición de combate hacia aquel enemigo al que hubiéramos puesto en el punto de mira.
Estos ataques variarán dependiendo de las habilidades de Geralt de las que hagamos uso o que estemos dispuestos a incrementar. En general, se dividirán entre las de espadachín, mago y alquimista, pudiendo desarrollar cada una de ellas con la experiencia acumulada y poder ver así cómo cada modificación de las capacidades tiene una consecuencia visual en la habilidad, junto a las consecuencias del poder desatado sobre el enemigo. Además, la alquimia y la posibilidad de crear armas, dispararán las posibilidades más directas de los mandobles de las espadas o el poder de los hechizos, ampliando el catálogo de posibilidades de acción que poder emplear durante la aventura.
Justo entre estos enemigos encontraremos hasta 80 monstruos diferentes contextualizados dependiendo de su naturaleza, además de con una inteligencia artificial adaptada a lo que realmente representan dada su raza o motivación, variando enormemente la actuación de los diferentes enemigos que nos encontremos. Por otro lado, otros rivales irán cambiando su actitud en el desarrollo de cada pelea, mostrándose desafiantes en determinado momento para finalmente pedir clemencia de rodillas cuando llegan a ver el terrible desenlace que les aguarda.
Pero además de nuestras habilidades con las espadas o las diferentes magias que podamos realizar, el medio ambiente que nos rodea se convertirá en un arma potencial para que Geralt haga uso de ello. Esto empuja al jugador a analizar con detalle todo el entorno, provocando una creatividad en él que desencadene en variedad de situaciones, ofreciendo la oportunidad de que cada combate sea algo tan único como el contexto de la parte específica del mundo en la que nos encontremos.
Y es que, no sólo de luchar viviremos, pues muchas veces deberemos atender a las particularidades de este entorno para otros menesteres. En la caza de ciertas criaturas deberemos estudiar previamente su modus operandi, o incluso investigar qué fatalidades han realizado antes de que apareciéramos en el lugar. Es el caso de una de las misiones que nos mostraron durante esta presentación donde, gracias a las denominadas Witcher Senses (las habilidades que desata nuestro mágico medallón), estudiábamos el entorno en el que una criatura estaba asesinando a campesinos de un poblado.
Este tipo de habilidades son las que desencadenan nuestro potencial de cazador. Analizamos las circunstancias de la muerte de la víctima, afinamos el oído para escuchar en las entrañas del bosque todos los movimientos que se suceden, aguzamos la vista para notar cualquier perturbación en la aparente calma del lugar. Y entonces, con toda esta información recogida, es cuando podemos actuar para poder dar fin a esta amenaza. Un ritual que aparecerá en muchas ocasiones, y que cambiará dependiendo de la naturaleza de la amenaza que debamos exterminar.
Todo esto sería un pequeño ejemplo de las enormes posibilidades que nos ofrecerán las diferentes misiones con las que cuenta The Witcher 3: Wild Hunt. Un complejo entramado de retos que se distribuyen en un mundo enorme y abierto para ser explorado, que además supuso el impacto visual más importante que ofreció el juego durante aquellos 45 minutos. La inmensidad de esta mapa 35 veces más grande que el de The Witcher 2, ofrece al jugador la posibilidad de realizar cualquier tipo de acción que desee sin tiempos de carga alguno, siendo necesario para cruzar de parte a parte del terreno unos 40 minutos cabalgando sin parar. Un medio de transporte al que se unen también los barcos con la navegación, otro hecho que pudimos presenciar y que nos dejó con ganas de emplear todas esas herramientas de exploración para adentrarnos ya en el cambiante mundo que ofrece el juego.
En estas vicisitudes en las que explorábamos el terreno por tierra y mar, vimos cómo a alrededor de Geralt las condiciones del ambiente que le rodeaban iban cambiando con respecto a los actos que realizaba, pero también con las condiciones climáticas que iban variando con el tiempo. De hecho, asistimos en directo a cómo el ciclo de día y noche se sucedía normalmente, además de la aparición de una terrible tormenta que vimos acercarse de la lejanía, y que acabó por provocar un chaparrón impresionante con todos los efectos complementarios que se desencadenan, como los relámpagos, los truenos o un increíble y poderoso viento. Todo esto tenía consecuencia en la luz que iba cambiando, en el movimiento del pelo y las ropas del personaje o en la frondosa vegetación que dominaba el terreno en el que estábamos, y que se agitaba empujada por aquel vendaval.
Todos estos efectos, unidos a las impresionantes animaciones de batalla como los movimientos de Geralt con la espada o el impactante hechizo de fuego, supusieron uno de los espectáculos visuales más espectaculares de todos los vistos durante el E3. El poderío del REDengine 3 se mostraba en todo su esplendor en una versión per-alpha que insistieron una y otra vez que no era representativa de la calidad final que piensan alcanzar, pues aún se encuentra en una fase de desarrollo en la que no muestra todas las capacidades que pueda tener cuando se lleguen a pulir todos los detalles de cara a su salida en 2014.
Una espera que se hará larga para todos los amantes de los RPG, pues nos encontramos ante una de las propuestas más interesantes dentro del género para la siguiente generación. Los precedentes dentro de la saga son inmejorables, pero lo visto durante aquella presentación hace presagiar que el estudio polaco nos guarda una gran cantidad de sorpresas cuando el juego aparezca en el mercado, siendo, sin duda, una de las propuestas más interesantes para llegar a ver parte de potencial que puede llegar a atesorar PlayStation 4.