El anuncio del desarrollo de Legend of Korra por parte de Platinum Games pilló con el pie cambiado a propios y extraños, y no es para menos; un estudio centrado en desarrollar juegos de un perfil bastante hardcore iba a encargarse de realizar la adaptación al videojuego de la serie de animación estrella de Nickelodeon. Y de esta mezcla ha salido un videojuego que sorprende por fresco y divertido, un acercamiento de Platinum a un público más amplio que le sienta de maravilla.
Para los no iniciados en la serie de animación, Legend of Korra se desarrolla dentro del universo de The Last Airbender, y nos sitúa en un mundo de fantasía en el que los elementos naturales (agua, fuego, aire y tierra) tienen un papel protagonista. El mundo está dividido en facciones que representan esos elementos, y los miembros de las facciones tienen la capacidad de controlar a su antojo el mismo. Hay una única persona, denominada Avatar, que es capaz de controlar los cuatro elementos, y ahí es donde entramos nosotros. Encarnamos el papel de Korra, un Avatar capaz de manejar los elementos de agua, tierra fuego y aire.
Platinum ha sabido aprovechar muy bien el universo de la serie de animación para adaptar la jugabilidad a él; los elementos son la piedra central de todo el combate. Por supuesto, estamos hablando de un beat ‘em up, quizás el más accesible que ha hecho la compañía hasta la fecha. Pese a la integración total con la serie, es una experiencia bastante amable con los neófitos en ella.
Los combates se basan en la combinación de movimientos clásicos en el género: golpes fuertes y flojos, bloqueo, salto y movimientos para esquivar. A todo ello se suma el uso de los cuatro elementos, que podremos cambiar de forma instantánea en cualquier momento con un botón, de forma muy cómoda. Los combates son muy accesibes, y no hace falta mucha pericia para lograr superarlos. Sin embargo, gracias a la más que aceptable cantidad de combos y al uso de los elementos el juego adquiere mucha profundidad según se va avanzando, y si queremos conseguir puntuaciones altas tendremos que ponerle empeño.
Además, el juego cuenta con elementos de plataformas que ayudan a que las fases no se nos hagan repetitivas. En la versión que hemos podido probar hemos jugado a tres niveles distintos: un nivel en el que avanzamos por un mapeado cerrado encontrándonos enemigos con los que combatir, una fase de plataformas pura y un jefe final.
En la primera de ellas, la que suponemos será el cuerpo principal del juego, avanzamos por un mapa simple topándonos con diferentes enemigos a los que ir derrotando. Durante el nivel varios checkpoints hacen las veces de marcador, otorgándonos una puntuación en función de lo bien que hayamos superado ese tramo. En este primer nivel ya nos encontramos con el elemento más divertido de los combates: el poder de los enemigos. Siguiendo la trama de la historia, los enemigos que nos encontramos son de diferentes facciones y, por tanto, controlan un elemento diferente. De este modo, nos podemos encontrar en peleas contra varios enemigos que controlen diferentes elementos, lo que nos obligará a tomar estrategias diferentes con cada uno de ellos.
A este juego de elementos, además, se une que cada uno de ellos tiene sus propias características además de las evidentes; cada uno de ellos está más centrado en la fuerza, en la velocidad o en el ataque a distancia, por lo que cada combate se puede llegar a convertir en un reto muy interesante para conseguir obtener una puntuación alta. Lo que comentábamos anteriormente de lo accesible y profundo que es el juego se ve reflejado en este tipo de combates.
La fase de plataformas nos sitúa con nuestra mascota Naga, una suerte de oso polar, recorriendo a toda velocidad un escenario, que en este caso era una ciudad. En estas fases debemos llegar al final del escenario esquivando obstáculos como coches, barreras y agujeros en el suelo. En este caso los poderes se convierten en formas de esquivar los peligros: podemos saltar, crear un escudo de agua, lanzar bolas de fuego… Todo ello para conseguir llegar al final del mapeado con la mayor cantidad de puntos posibles. Naga avanza de forma automática, por lo que únicamente nos debemos preocupar de evitar todos los obstáculos que se nos presentan.
La última de las fases que hemos podido probar consistía en un jefe final, un robot de un tamaño más que respetable. En esta ocasión se juega mucho con los elementos como bloquear y esquivar, ya que dependiendo del ataque que lance el robot se puede hacer una cosa u otra. Esta es la fase en la que menos sensación hemos tenido del sentido de los elementos, causado seguramente por lo genérico del enemigo.
Técnicamente el juego es muy vistoso. Utiliza el cell shading que resulta idóneo para adaptarlo al producto televisivo. Sin embargo, el apartado gráfico no sorprende, y los escenarios dan la sensación de estar un poco vacíos. La personalidad del universo, además, sólo podrá ser apreciada totalmente por los aficionados al producto original, por lo que puede que el usuario que no conozca la serie se sienta un poco desconectado en este sentido. Se agradece mucho, eso sí, la fluidez general con la que se mueve el juego.
Jugablemente, Legend of Korra es un título tremendamente divertido, incluso para los jugadores poco hábiles en el género. Se aprecia el esfuerzo de Platinum por crear un producto que un público amplio va a poder disfrutar, pero el mérito recae en que no es una experiencia simplona, supone un reto jugarlo para conseguir una puntuación alta. La única pega que encontramos en este apartado es que la cámara nos juega alguna mala pasada cuando estamos combatiendo con varios enemigos y la acción es muy rápida, dejándonos algo desorientados en ocasiones puntuales.
En definitiva, Legend of Korra es una experiencia divertida y satisfactoria. Platinum ha conseguido construir un producto accesible, que a los más puristas del género les resultará sencilla de superar, aunque no tanto de completar con la máxima puntuación. Su mayor hándicap será llegar al público que le eche para atrás el aspecto infantil de la serie, pero todos aquellos aficionados a los productos Platinum deberían darle una oportunidad, porque no decepciona.