Impresiones Final Fantasy X/X-2 HD

Del E3 2013 a Zanarkand. Yuna y sus guardianes vuelven una vez más con la revisión tecnológica que adapta aquella fantástica historia a las consolas de la actual generación

Durante la actual generación no han sido pocos los títulos que se han subido al carro de la adaptación gráfica a la resolución que ofrece la actual etapa tecnológica de consolas. Títulos con solera que gozaron de un éxito rotundo en la anterior generación se han prestado a que muchas distribuidoras pudieran trabajar de nuevo con ellos para ofrecer a los usuarios una versión actualizada de los mismos. Sin embargo, en muchos casos nos encontrábamos con que, más allá de mejorar la experiencia ofreciendo una conversión gráfica a la alta definición, observábamos que el trabajo realizado se enfocaba hacia una rentabilidad tan alta como lo pueda ser el hecho de vender un mismo producto por segunda vez.

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Esta sensación se desprendía de detalles muy poco tratados, de aspectos técnicos ignorados en esa transformación a la alta definición o incluso de escenas cinematográficas de estos juegos que no recibían ningún tipo de tratamiento en su adaptación. Hoy, por suerte, no nos encontramos ante un caso de esta índole, pues Square Enix ha realizado un trabajo notable con respecto a una de las remasterizaciones más esperadas: Final Fantasy X/X-2 HD.

Durante este pasado E3 tuvimos la oportunidad de probar este proyecto en el estand de Square Enix situado en el South Hall del Convention Center. Ante nosotros, los inicios de una de las obras que cautivaron a los amantes de los juegos de rol orientales en PlayStation 2, y que veíamos cara a cara con una nueva fachada que hacía justicia al último Final Fantasy que realizó Squaresoft antes de su sonada fusión. La introducción en forma de flashforward en una devastada Zanarkand por Sinh 1000 años después, nos daba el primer ejemplo de los detalles gráficos que habían sido mejorados en esta revisión.

Sabido es por todos que Final Fantasy X hacía uso de una mayor cantidad de detalles para las escenas cinemáticas generadas con el motor de juego. No era lo mismo ver el modelado de los personajes y sus gestos faciales mientras corríamos por el Bosque de Macalania controlándolo todo nosotros mismos, que la mejora en las animaciones que se producían cuando se llevaba a cabo una escena creada por la propia herramienta gráfica en la Isla de Besaid. Esta evidencia se hace más palpable que nunca cuando en la introducción contamos con una gran cantidad de detalles alrededor de aquella mítica hoguera a las puertas de Zanarkand, teniendo un contacto directo con la calidad que desprende Tidus.

En esta escena y en las posteriores referentes al inicio de juego que nos situaba justo en el momento en el que Auron y Sinh hacen acto de presencia, descubrimos que los personajes principales lucen un modelado que denota un trabajo específico realizado a conciencia. Tidus cuenta con una revisión completa de lo que ofrecía las características de su figura, no encontrando ninguna grieta que enturbie una apariencia estética sin detalles aparentes de la anterior generación. Como decimos, en esta remasterización se resaltan las escenas cinematográficas generadas por el propio motor, con lo que observar a los personajes principales en esta tesitura supone todo un espectáculo visual con respecto a la versión de PS2.

Sin embargo, este nivel de detalle que podemos apreciar en el modelado de la cara o en las ropas que portan cada uno de ellos no se corresponde con los personajes secundarios. Es evidente que el mayor esfuerzo se ha realizado en garantizar la solidez de estas escenas con respecto a los personajes más importantes, con lo que veremos que las gentes que pueblan el mundo cuando son resaltadas en un primer plano cuentan con muy pocos polígonos en su faz. De hecho, casi que el único relieve apreciable es el de su nariz, siendo lo demás una base plana en la que se dibujan el resto de rasgos faciales.

Un detalle menor que, quitando de estas secuencias en las que vemos de cerca a los personajes, no llega a apreciarse a simple vista en el desarrollo normal de la aventura, pues en esos momentos vemos una uniformidad total en todos los elementos. Es cierto que, de la misma forma que ocurría en PS2, el nivel de detalle sufre una disminución lógica, pero la solidez de los diferentes escenarios por los que vamos corriendo es absoluta. Andar por la Zanarkand ajena al terrible suceso que iba a tener lugar mientras su población se preparaba para un partido del popular blitzball era algo impactante, rememorando escenas pasadas en un marco gráfico actualizado y totalmente pleno.

Los edificios, las calles, el cielo estrellado de aquella noche… Todo rendía a un nivel de calidad muy alto, dentro de lo que se puede esperar de una remasterización a la alta definición. El único aspecto en el que realmente notamos una falta de trabajo en la adaptación resultó ser aquel relativo a los elementos pre-redenrizados que solían tener los Final Fantasy hasta ese momento. Éstos son aquellos escenarios que contaban ya con un trabajo artístico realizado y se incrustaban en el propio modelado del juego dando sensación gráfica de realismo, pero también de que su utilización quedaba fuera de toda la parte interactiva con la que contaba el título. Estos elementos no han sido tratados, pues seguramente conllevan una modificación completa de la estructura visual, con lo que nos encontramos aspectos puntuales que muestran un efecto lupa correspondiente al re-escalado hacia la alta definición.

Sin embargo, lo que sí se ha logrado tratar son las secuencias cinematográficas ajenas al motor del juego, y que siempre han sido seña de identidad en todos los juegos de la saga. Al contrario de lo que ocurría en God of War HD Collection, donde este tipo de escenas no habían sido transformadas a la alta definición, Final Fantasy X/X-2 HD lucía este tipo de imágenes con una adaptación muy correcta que acababa de ensamblar una conversión con pocas objeciones que poner, más allá de las relativas al pre-renderizado comentadas anteriormente.

La sensación que nos dio al jugar a Final Fantasy X/X-2 HD es que el tiempo no había pasado, y que su fachada visual había sobrevivido al paso del tiempo a la perfección. No era así, obviamente, sino que la calidad del trabajo en el apartado gráfico era tal que permitía revivir aquellas aventuras sin romper para nada el recuerdo visual, pero mejorando realmente una experiencia que próximamente acabaremos de analizar tanto en PlaySation 3 como PlayStation Vita.