Impresiones Castlevania: Lords of Shadow 2

Manuel Gimeno · 29 diciembre, 2018
Mercury Steam lo ha vuelto a hacer. Os mostramos nuestras impresiones de cara al cierre de una de las aventuras más cautivadoras de la actual generación

Mucho tiempo llevábamos esperando nueva información acerca de uno de los proyectos más ambiciosos que un estudio español prepara para su salida al mercado. Mercury Steam, que ya sorprendiera a medio mundo con la presentación de Castlevania: Lords of Shadow en el año 2010, supuso la aparición estelar en el evento previo al E3 que ofreció Konami el día 6 de junio, en el que por primera vez veíamos en movimiento imágenes in-game de su secuela directa.

Y es que Castlevania: Lords of Shadow 2 es un juego esperado por muchas razones. Por un lado, el impactante final que daba por finalizado el primer título necesitaba urgentemente una continuación que diera respuesta a las preguntas planteadas; pero por otro, el gran puñado de ideas que habían acabado conformando el primer juego de la serie podía ser potenciado siguiendo la evolución lógica a la que estaba abocado. Castlevania: Lords of Shadow era un título que estaba a caballo de muchos géneros, con lo que el potencial de mejorar lo visto anteriormente era mayúsculo.

Pero más allá de que el planteamiento lo sugiriera así, lo que hacía que los usuarios tuvieran las expectativas por las nubes era la seguridad de que el estudio español volvería a sorprender al mundo con su última entrega. Ya, entre medías, Castlevania: Mirror of Fate, que se encontraba entre el primer título y Castlevania: Lords of Shadow 2, contó con el beneplácito de cierto sector de la crítica especializada que supo valorar un trabajo de calidad similar en un contexto jugable radicalmente distinto, pero que en cambio bebía de las influencias de Castlevania: Lords of Shadow.

Ahora, meses después, entramos en contacto por primera vez con el título que cerrará toda la trama, y que supondrá una de las opciones más interesantes dentro del catálogo de PlayStation 3 para el tramo final de 2013.

Aposentados en el trono de nuestro castillo con un vaso de sangre balanceándose sobre nuestros dedos, nuestro protagonista alza la mirada ante el ruido que se abalanza sobre la estancia desde el exterior. El inicio de esta noche que ocupará la totalidad de la aventura augura una batalla sin descanso por nuestro fortín, y el agujero que el ariete enemigo hace en nuestro portón no es más que le inicio de todo lo que nos aguarda en esta demostración. De repente, de la brecha abierta en nuestras defensas los soldados empiezan a aparecer, haciendo que nuestro personaje se levante de su ornamentada silla y despliegue por primera vez unas habilidades de combate muy evolucionadas con lo visto anteriormente

Venimos de Castlevania: Lords of Shadow, un juego que combinaba perfectamente las fases de lucha a modo hack’n slash con el desarrollo de plataformas que acababa desembocando en un entramado de aventura y acción muy variado. La base planteada daba pie a mejorar las diferentes vertientes sobre las que actuaba, y la lucha será una de las partes del juego que notaremos más trabajada en un primer momento. De entrada, vemos como Gabriel ha cambiado la Cruz de Combate por el Látigo de Sangre, que nos ayudará en los primeros compases de esta lucha hecha tutorial con unos ataques de gran alcance que golpearán a varios enemigos a la vez.

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Junto a este ataque básico, dispondremos de dos armas que nos ayudarán en estas peleas. Por un lado, La Espada del Vacío aparecerá como herramienta de ataque que concentra más el objetivo al que atacar, y que con cada golpe logrará rellenar una pequeña porción de nuestra vida. Y por otra, Las Garras del Caos nos dotarán de una fuerza descomunal en ataques cuerpo a cuerpo, de nuevo, más concretos que el disperso látigo de sangre, pero que además irán enfocados a romper las defensas de los enemigos que porten escudo o cualquier otro tipo de protección. Ambas armas tendrán asociados sendos contenedores de energía que irán menguando con la utilización de cada una de ellas.

Frente a este abanico de opciones ofensivas, la evasión y la defensa cobran importancia en esta aventura. Reforzando estos movimientos con la libertad que otorga una cámara que por fin puede ser controlada –y que supone una de las diferencias más destacadas con respecto al primer título-, nuestro protagonista podrá esquivar rápidamente cualquier ataque empleando el stick diestro de nuestro mando, señalando la dirección a la que queremos ir habiendo calculado previamente la sincronización del ataque rival. Además, podremos bloquear las embestidas enemigas siendo capaces después de contraatacar si acertamos el momento exacto en el que tomar parte en la ofensiva.

Estos movimientos nutren de alguna manera la faceta de ataque de nuestro personaje, pues alimentan la barra de poder con la que cuenta y mediante la cual puede ejecutar acciones mucho más poderosas. Además, en algunos momentos veremos que debilitamos a los enemigos hasta casi su muerte, teniendo la opción en esa ocasión de realizar una muerte brutal con una animación específica o seguir emprendiéndola a golpes con la secuencia de botones habitual que esgrimimos de normal. En definitiva, un repertorio de movimientos que no suponen una revolución dentro del hack’n slash, pero que en cambio sí llegan a situar a Castlevanis: Lords of Shadow 2 como un título que contiene un sistema de combate totalmente pleno.

Pero además de las fases de combate mejoradas que suponen toda una declaración de intenciones y una muestra del trabajo realizado, las plataformas seguirán presentes en la segunda parte de toda esta historia, alejándose de juegos que intentan combinar su propuesta con este tipo de avance y que acaban cayendo en un conjunto de saltos completamente guiados. Castlevania Lords of Shadow 2 sigue teniendo el toque clásico de los juegos de plataformas en tres dimensiones, pero dentro de la lógica que lo encauza en un desarrollo de acción y aventura como el que hemos comentado antes. De esta forma, con la aparición en escena de un enemigo imponente con armadura dorada y una espada en cada mano, iniciaremos una fase de lucha, evasión y ascensión que nos mostrará el equilibrio natural que Mercury Steam siempre ha querido plasmar.

Este emisario del enemigo con cierta aura divina nos irá acorralando mientras subimos por las diferentes partes de un gigante mecanizado que se lanza también a destruir nuestro castillo. Dos enemigos de diferente tamaño que, cada uno a su manera, nos plantearán muchas dificultades. En estas fases de plataformas hemos comprobado como las trampas están a la orden del día, pero que también no se deja de lado en ningún momento la necesidad de luchar contra los soldados elementales y otras criaturas para que las fases no acaben teniendo un único sentido o color. Tan pronto podemos estar subiendo por el brazo de la bestia de metal, como seguidamente estar en una zona más estable en la que los enemigos nos ataquen continuamente, y en la que el ser dorado nos siga acosando.

La ascensión por este gigante nos muestra parte de la dificultad con la que cuenta el juego, el equilibrio que hemos comentado, y también la estrategia en la lucha y en las plataformas, sus dos vertientes principales. El combate continuo con el ser alado hará que realicemos determinadas acciones para detenerlo, mientras que las plataformas nos plantearán dudas a la hora de elegir el momento adecuado en el que saltar de una parte a otra del enorme ser de hierro. Esta segunda y última fase de la demostración resultó ser muy intensa, alcanzando finalmente la parte superior del gigante mecanizado y dando por finalizado el primer contacto con Castlevania: Lords of Shadow 2.

Las sensaciones al terminar fueron muchas, pero la que más destacaba por encima de todas era le impresión de estar ante un proyecto totalmente pleno. El primer título ya contaba con un conjunto de buenas ideas que acabaron conformando el resurgir de una franquicia tiempo ha olvidada, y que gracias al trabajo de Mercury Steam se volvió a catapultar a una primer línea de sagas que están en la mente de todos como conjunto de juegos imprescindibles dentro de la generación actual. Esta vez, además de reforzar la parte interactiva como hemos comentado durante el texto, el apartado visual llevará a un nivel superior todo el trabajo artístico anclado en la estética barroca que Castlevania siempre ha poseído. Aunque, sobre todo, el modelado de los personajes parece haber recibido una revisión total que amplía en mucho todo el conjunto de animaciones y de gestos que confieren a cada ser la apariencia necesaria para hacerlo consistente.

A todo esto, hay que añadirle la ambientación musical que Óscar Araujo deja como seña incuestionable de su inconfundible trabajo, y que logra sellar toda una propuesta argumental y técnica que cuenta con una solidez impactante. Todo esto hace que nos reafirmemos en los pensamientos tan positivos que nos dejó la demostración en la conferencia de Konami previa al E3, y que aumenten nuestra ansías de jugar a uno de los títulos más importantes que acabarán por cerrar el actual año 2013.

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