Impresiones Beta de Destiny
El aperitivo ideal a la espera del plato estrella del año
Quien haya seguido de cerca todos los textos que fuimos publicando en LaPS3 después de nuestro viaje a Los Ángeles para asistir al E3 2014, se habrá dado cuenta de que uno de los juegos que más nos impactó fue Destiny. Tal vez no fue el más sorprendente en cuestiones técnicas, el aspecto que más inquietud suele despertar entre los potenciales usuarios de cada título a estas alturas de generación. Pero sí lo fue por la idea de la cual nacía el juego y por la brillante ejecución de la misma. Y eso que simplemente pudimos ver una versión Alpha de Destiny.
Las cosas han cambiado tras menos de mes y medio desde aquel primer contacto, y las buenas sensaciones no han hecho más que aumentar desde que le pusiéramos las manos encima a la Beta el pasado día 17 de julio. La expectación que se había generado se pudo ver en redes sociales y en el propio rendimiento de la PlayStation Store, que sufrió bastante las acometidas de miles de personas en todo el mundo que buscaban materializar en una descarga el preciado código que habían logrado conseguir. Una vez dado el paso, la avalancha de sensaciones positivas entre los usuarios ha sido imparable.
Y es que, como si de una pequeña novela se tratara en el que poco a poco se van ofreciendo pequeños retazos de la historia que se está contando, Destiny ha ido evolucionando en la misma percepción que los usuarios tenían de él. Bungie, desde la presentación del título hasta ahora, ha ido aportando piezas para ir completando lo que va pareciendo un puzle de dimensiones impresionantes, y con una gama de colores totalmente amplia y hermosa.
Para no volver a repetir ni recrearnos en las cosas que ya comentamos en la versión Alpha, esta vez destacaremos aquellos aspectos que consideramos importantes y una pequeña revelación dentro del mismo juego. En este caso, hemos podido conocer mucho más en profundidad el argumento de Destiny. No tanto en los elementos que lo componen -pues ya habíamos recibido información de los aspectos generales con los que contaría-, sino más en la forma de contarla y de transmitirla al usuario.
Es importante por varios motivos, y uno de ellos es el componente MMO y cooperativo con el que cuenta Destiny. Se corría el riesgo de que, a cambio de una jugabilidad enfocada a ser disfrutada en compañía y un conjunto de misiones de muy diferente índole, todo aquello relacionada con la historia llegara a flaquear pero, al menos en el principio, la sensación es de querer conocer más y más acerca de El Viajero, de los Guardianes que protegen el mundo de la incipiente oscuridad que amenaza el planeta, de los humanos, exo y awoken que componen a estos elegidos, del Espectro que nos acompaña y guía en la aventura y de todos los planetas a los que iremos viajando para seguir adelante con nuestra incansable lucha.
Pronto, muy pronto, desearemos proteger a El Viajero de todas estas amenazas, entenderemos su sacrificio y veremos en los Espectros el último estertor de una etapa dorada que ahora tan sólo supone un montón de cenizas apiladas entre las sombras de lo que antaño fueron grandes y espléndidas ciudades. Junto a este hecho, la presencia en la Torre de todos los Guardianes nos hará pensar que no estamos solos, que muchos otros elegidos están allí también para ir cumpliendo misiones contra los Caídos. Una muestra visual que refuerza el argumento de la historia, pero que además genera la idea casi incuestionable de que no estamos solos, y que aunque en nuestra mano está la opción de jugar en solitario, la experiencia puede maximizarse si nos acompañan otros Guardianes en la lucha.
De esta manera, y logrando introducirnos en el argumento de Destiny, nos vemos recorriendo el conjunto de tierras que ahora representan una desolada Rusia. Llega el encuentro con nuestro particular Espectro, el primer contacto hostil con los Caídos y el descubrimiento de una nave interplanetaria que, a falta de unos pocos retoques, nos permitirá llegar sin demasiados problemas a la Torre que se alza imponente frente a la triste imagen de la decadencia de El Viajero.
[break=Página 2]La Torre supone el centro de reunión de los Guardianes, como habíamos comentado anteriormente y habíamos visto ya en la anterior fase del juego. Aquí podremos comprar las armas y las diferentes piezas de armadura de nuestro personaje, así como adquirir mejoras para la nave o nuestro vehículo de desplazamiento, conseguir misiones para el Crisol y, por supuesto interactuar con otros Guardianes, entre otras muchas cosas.
Aquí vemos de manera innegable el componente MMO, la reunión masiva de jugadores en un mismo espacio que permite la creación de equipos para ir directos a las misiones que nos esperan en el espacio. Un aspecto que se une y se mezcla con la cooperación que podemos ver en juegos como los de la saga Borderlands, que existe en Destiny, pero que adquiere un cariz diferente dada la posibilidad de entablar contacto en un zona alejada de la búsqueda aleatoria y automática del sistema de otros jugadores junto a los que luchar.
Algo de lo que tampoco nos podremos despegar cuando nos adentremos en las misiones, hayamos elegido realizarlas en solitario o en compañía. Será frecuente cruzarnos con otros usuarios que están concentrados en sus quehaceres, pudiéndoles ayudar si nos place o recibir ayuda de los mismos de forma voluntaria sin que ni tan siquiera formemos parte del mismo equipo. Bungie nos invita constantemente a realizar este tipo de cooperación, aunque se asegura de respetar nuestras preferencias.
Y es que el juego cuenta con un equilibrio extremadamente elevado en lo que se refiere a la elección de jugar o no en compañía. Si decidimos emprender la aventura en solitario, Destiny adaptará la cantidad de enemigos y su fiereza a nuestro nivel y capacidad aunque, antes de cada misión, seremos se nos dará la opción de elegir un nivel de dificultad normal o difícil, suponiendo esta segunda un importante reto, tanto por el poder que alcanzan a tener los Caídos como por la inteligencia artificial que poseen, bastante pulida y trabajada en comparación a lo que solemos ver.
Pero no de misiones viviremos únicamente, pues tendremos la posibilidad de explorar el terreno disponible en busca de, simplemente, enemigos con los que luchar mientras reconocemos poco a poco cada palmo del terreno con nuestro vehículo terrestre, encontramos nuevos objetos con los que equipar a nuestro Guardián o cambiamos un poco nuestra forma de jugar, eligiendo entre el amplio repertorio de armas disponible y descubriendo cuál de todas ellas nos viene mejor para según qué situaciones.
Porque Destiny, en esta Beta ha demostrado que es mucho más de lo aparente, y que tiene opciones de diversión para cada momento. Hay diferentes formas de disfrutar el juego sin tener que caer siempre en el mismo conjunto de acciones: las misiones nos aportan datos de la historia, la exploración nos permite ir a nuestro aire jugando sin preocuparnos de lo que hacemos, el Crisol supone una zona competitiva genial para medir nuestras habilidades con otros Guardianes y la Torre la vía de escape perfecta para descansar del trajín de la batalla y adecentar a nuestro particular héroe.
La Beta, que a fecha de publicación del presente texto se encuentra en fase de mantenimiento para añadir muchas más opciones y posibilidades, ha servido, no solo para reafirmarnos en nuestras sensaciones iniciales, sino también ampliarlas muy positivamente. Bungie ya logró con Halo cambiar la concepción del videojuego dentro del género de los juegos de disparos en primera persona, y es muy posible que esté camino de hacerlo con una propuesta tan sólida, completa y aparentemente plena que transmite Destiny. En la versión final del juego conoceremos todo el alcance del poder de El Viajero y de nuestros Guardianes.