GamesCom 2014: Impresiones Assassin’s Creed Unity
La cooperación como clave del éxito
Ubisoft tenía entre ceja y ceja la nueva generación de consolas y lo ha demostrado. Polémicas y downgrades varios a parte, lo cierto es que Yves Guillemot hablaba muy alegremente hace casi dos años de las previsiones comerciales para las nuevas consolas, y no parece que vaya a equivocarse demasiado. Con 10 millones de máquinas vendidas, Sony va camino de encumbrar a su consola como una de las más vendidas durante el primer año de vida de la misma, con una cifra de ventas de software físico y digital igualmente impresionante.
Tal vez por este motivo, o por el hecho de que a la saga le hacía falta urgentemente un cambio de aires que renovara motivos para volver a jugarla una vez más, lo cierto es que la compañía gala apuesta muy fuerte por Assassin’s Creed en la nueva generación. Tanto es así que, para no perder tampoco potencial de ventas en la anterior, tomó la decisión de desarrollar por primera vez dos títulos de la franquicia que verían la luz durante el mismo año, para poder, sobre todo, centrar esfuerzos en Assassin’s Creed: Unity y en el hecho de volver a encandilar al usuario de nueva generación.
Una de las novedades más importantes que aporta esta entrega ambientada en una París en plena Revolución Francesa durante el siglo XVIII, viene dada por la posibilidad de realizar una campaña cooperativa con hasta cuatro jugadores. Una adición que hemos podido probar por primera vez durante la feria alemana GamesCom, dejándonos un buen sabor de boca al ver que las posibilidades en la jugabilidad se ven aumentadas de forma exponencial al no haber una sola forma de resolución de cada misión.
A este grupo de misiones podremos acceder libremente mientras estemos jugando a la campaña para un solo jugador, algo que hicimos en la demostración que nos permitió probar este aspecto jugable junto a un desarrollador de Ubisoft Montreal. Aunque antes de que diera comienzo la misma, pudimos acceder al menú de personalización del asesino, donde descubrimos la posibilidad de poder modificar el color y la vestimenta de nuestro personaje, desde la capucha, protección para el antebrazo, cinturón, pantalones… Al igual que la selección de armas, donde descubriremos, además de la espada, la lanza, la pistola o el rifle.
La intención de Ubisoft con la potencialización de la personalización es que cada jugador sienta a su asesino como único, aunque para la historia de cada uno de ellos el suyo siga siendo el verdadero Arno. Además, a parte de aspectos estéticos y asociados a las armas principales, encontramos entre la selección de equipamiento nuevas habilidades y objetos que nos servirán de gran ayuda, y que podremos desbloquear con puntos en el orden que nosotros consideremos.
Dicho esto, la misión nos invitaba a infiltrarnos en unas mazmorras donde podíamos seguir varias estrategias para eliminar a los enemigos allí situados. La compenetración con el compañero era fundamental para que la misión pudiera saldarse con éxito, pues la cantidad de obstáculos dificultaba hacer cada uno la guerra por su cuenta. De hecho, al intentar hacerlo morimos rápidamente, habiendo necesitado que nuestro compañero acabara con los enemigos de alrededor para después llegar a nosotros y poder revivirnos. La compenetración es tan necesaria que hasta la vista de águila se complementa con la del compañero para analizar mejor la situación que tengamos por delante.
Conforme íbamos avanzando por el lugar, veíamos en todo momento las diferentes opciones que nos ofrecía el mapa a la hora de ejecutar los asesinatos, infiltrarnos entre los enemigos o alcanzar los objetivos de dicha misión. Con todo ello, descubrimos una nueva funcionalidad, un botón específico para entrar en modo sigilo que mejora enormemente la experiencia de juego en este aspecto, pudiendo así controlar mejor a nuestro personaje cuando intenté pasar lo más desapercibido posible ante los ojos enemigos.
Además, y comprobando de primera mano uno de los aspectos que más nos llamó la atención en el E3, la renovación del sistema parkour funciona extremadamente bien. Hacía falta también una mayor variedad de animaciones, así como una agilidad mayor y un realismo más destacado en toda esta serie de movimiento. Se ha conseguido, y es un auténtico placer escalar los edificios y descender por ellos con la naturalidad que se ha logrado en Assassin’s Creed: Unity. Por otro lado, en esta ocasión tendremos la oportunidad de entrar en muchas de estas construcciones, ganando en el componente de exploración al no limitarlo solo al entorno relativo a las calles de la ciudad.
Pero una vez más, nos quedamos con la boca abierta al ver la recreación de la París de la época en todo su esplendor. Notre Dame, de nuevo, continúa siendo la joya de una corona llena de detalles preciosos y que impactará a todos los jugadores que se lleguen a adentrar en el juego. Ya comentamos desde Los Ángeles que Ubisoft, si de algo era capaz, era de no escatimar recursos para lograr una contextualización que siempre es prácticamente sobresaliente, y que en una historia que toca los orígenes de su país, todavía iba a serlo con mayor motivo.
El multijugador cooperativo asignado como misiones especiales de la campaña nos convence, la jugabilidad renovada nos agrada, y el apartado gráfico nos parece increíble. Sin embargo, todavía nos queda ver cómo lucen todas las piezas juntas en un mismo puzle, algo para lo que ya va quedando menos, concretamente, el próximo día 28 de octubre.