Medal of Honor abría las puertas a una nueva dimensión dentro de los juegos de disparos en primera persona. Desde el lanzamiento de Wolfstein 3D (disponible en PSN) en 1992 para PC, los shooters habían tenido una constante evolución que llegó a un punto épico en el juego que nos ocupa en este artículo. Apenas se habían desarrollado juegos para PSX cuya temática fuera la Segunda Guerra Mundial, y la mezcla de todo ello con un apartado técnico impecable y un aspecto sonoro propio de una producción de Hollywood, hizo de Medal of Honor un clásico instantáneo que un año después ya contaba con una secuela.
¿Pero qué había detrás de este videojuego? La mano de uno de los directores más aclamados y famosos desde finales de los años 70 hasta la actualidad, Steven Spielberg. Dentro de su productora, Dreamworks había creado un departamento de videojuegos en 1995, llamado Dreamworks Interactive. En 1998 Spielberg había estrenado su película Salvar al soldado Ryan con un argumento basado en los días del desembarco de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, un tema que le apasiona sobremanera. Así que trasladó ese ímpetu a su estudio de desarrollo de videojuegos para que los jugadores pudieran vivir en primera persona lo que era aquella guerra.
Medal of Honor se lanza al mercado en 1999 en territorio europeo. Distribuido por Electronic Arts nos llegó en diciembre. Lo hace avalado por la crítica y por el público, que lo recibe como uno de los mejores juegos del catálogo de PlayStation.
La historia de Medal of Honor nos pone en la piel de Jimmy Patterson, un teniente de la OSS (Oficina de Asuntos Estratégicos, germen de la futura CIA). La trama se desarrolla en los dos últimos años de la Segunda Guerra Mundial, desde Normandía a la caída de Berlín. Iremos cumpliendo misiones para debilitar al bando alemán en las que visitaremos desde pueblos asolados por los combates a bases de submarinos alemanes.
El aspecto gráfico lucía un motor 3D espectacular en los tiempos que corrían y el detalle que se puso en los modelos de los personajes y en su comportamiento ante los disparos y los impactos recibidos es muy digno de mención. Los soldados heridos cojeaban, los cascos volaban cuando les acertábamos, la representación de las armas del juego con un arsenal muy variado y realista… Todo en conjunto hacía que este apartado luciese con propiedad.
Pero si los gráficos nos maravillaban el sonido no se quedaba atrás. Explosiones, el tableteo de las armas automáticas, las pisadas a la carrera… un compendio de sonidos FX que absorbían al jugador a un combate tras cada esquina. Y qué decir de la banda sonora del gran Michael Giacchino. Había comenzado su carrera en el mundo de los videojuegos y fue galardonado con algunos premios por ello (incluyendo algunos por secuelas de la saga Medal of Honor), antes de dedicarse a la televisión (bandas sonoras de Alias y Perdidos) y cine (Star Trek de J.J. Abrams, Super 8…) donde ha ganado el Oscar en 2010 por la banda sonora de la película Up, de Disney/Pixar. Lo dicho, todo digno de una superproducción hollywoodiense.
Y qué decir de Medal of Honor como juego en sí… Un juego con mayúsculas donde el jugador se veía transportado a la Francia ocupada por los nazis para ejercer un gran control sobre su personaje, gozar de una inteligencia artificial por parte de los enemigos que lucía de forma impresionante cuando buscaban coberturas donde escapar de nuestro fuego. Una gran cantidad de situaciones que nos enfrentaban, no solo a soldados alemanes, sino a tanques e incluso a la destrucción de un submarino que previamente habíamos tenido que recorrer en busca del mejor lugar donde colocar los explosivos que lo echaran a pique.
Por ponerle un pero, solo uno, decir que el juego no llegó a España ni doblado ni traducido, lo que no ensombrecía del todo la experiencia de juego, pero si la hubiese enriquecido con las narraciones que una voz en off nos hacía de eventos reales acaecidos en la época al principio de cada misión.
Además, el juego contaba con un modo multijugador para dos a pantalla dividida en el que nos enfrentábamos a un amigo, nuestro padre o un cuñado, jugando al gato y al ratón en mapeados de tamaño ajustado para convertirlo en una experiencia divertida que terminaba de redondear aun más si cabe el producto.
En conclusión, Medal of Honor supuso una revolución en el género que se vio reflejado en un dominio absoluto hasta la llegada del primer Call of Duty.
El juego ha contado con multitud de secuelas, la primera de ellas Medal of Honor Underground, que también formó parte del catálogo de PSX. Después muchas otras, todas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial hasta el salto a PS3, que nos ha mostrado un cambio de temática hacia la guerra moderna con el lanzamiento de Medal of Honor (2010) y posteriormente con la última entrega de la saga, Medal of Honor Warfighter.