El condensador de fluzo: Driver

Jesús Salvador · 29 diciembre, 2018
Policias, ladrones, coches y persecuciones en nuestra PSX

Los creadores del mítico Destruction Derby continuaron en la senda de la conducción cuando lanzaron Driver en 1998. Reflections Studios (ahora es un estudio adquirido por Ubisoft) nos hacía llegar esta propuesta que aglutinaba las carreras con un mundo abierto que también podíamos recorrer a nuestro antojo. Distribuido por GT Interactive y por Infogrames alcanzó también las plataformas como el PC y Game Boy Color.

El argumento puede parecer manido a día de hoy, pero entonces gozó de cierta originalidad. Nos poníamos en la piel de Tanner, un policía con un pasado como piloto de carreras que tenía que infiltrarse en una banda de mafiosos para ganarse su confianza como conductor. Partiendo de una primera prueba para entrar en la banda, tendremos que recorrer las calles de cuatro de las más importantes, conocidas y populosas ciudades de los Estados Unidos, desde Miami a Nueva York pasando por San Francisco y Los Ángeles. Las misiones que nos encargará la banda serán muy variopintas, y las haremos a los mandos de distintos vehículos de potente cilindrada. Pero eso no es todo, nuestros compañeros policías no saben nada de nuestra misión, por lo que estaremos en su punto de mira en cuanto incumplamos la ley.

Así que cumplir los encargos de nuestros nuevos “jefes” será el pan nuestro de cada día mediante la extorsión, la coacción y una conducción agresiva que nos llevaran de una punta a otra de las ciudades representadas en el juego para arremeter contra la clientela de un servicio de taxis, trasladar a miembros de la banda o arruinar negocios contrarios a los intereses mafiosos. Todo esto con el único objetivo de infiltrarse cada vez más en la banda y conocer de primera mano información importante que nos ayude en el verdadero objetivo, acabar con ellos.

Gráficamente nos encontramos un un motor en 3D en el que destaca de forma excepcional su sistema de impactos, que refleja todo tipo de desperfectos producidos por las colisiones con otros vehículos o con los elementos del entorno, así como un empleo de la física en la conducción bastante realista que nos hará notar el peso del coche desplazándose en cada giro o golpe. La representación de las ciudades cuenta con elementos característicos de todas ellas, por lo que lo hace bastante fiel mediante la reproducción de manzanas completas en mapeados enormes que podemos recorrer a nuestro antojo sin oposición policial siempre y cuando respetemos las normas de circulación.

Una vez terminada cada misión podíamos proceder a visualizar una repetición de lo que habíamos hecho e incluso editarla a modo de corto cinematográfico. La curva de aprendizaje y dificultad del juego también estaba bastante bien implementada, llegando a ser un reto superar las últimas y más complicadas misiones.

La inteligencia artificial de nuestros oponentes es otro elemento destacado de Driver puesto que la policía no va a dudar en intervenir si nos ve incumpliendo alguna norma, por lo que saltarse un semáforo ya puede meternos de lleno en una persecución por los miembros de la ley y el orden. Eso sí, si no nos ven… Lo que es seguro es que una vez decidan ir a por nosotros tendremos que hacer un buen esfuerzo para librarnos de ellos.

El juego nos llegó traducido y doblado al español y hay que reconocer que el doblaje era un punto fuerte del juego por el lenguaje de la calle que emplea. Además los efectos de sonido están muy logrados, desde los omnipresentes derrapes y frenadas a las sirenas de la policía que son todo un derroche de fuerza para nuestros oídos.

Driver fue unos de los juegos estrella de PSX y gozó de la aceptación de público y crítica tanto en Europa como en Norteamérica. Por ponerle algún pero, el juego mostraba algunas incómodas ralentizaciones en momentos puntuales, cuando la aglomeración de vehículos hacía que al motor gráfico le costase mover todo aquello al mismo tiempo. También la ejecución de las misiones podía parecer a la larga algo repetitiva. Pero si nos gustaban las historias de ladrones y policias no podías dejarlo pasar.

Contó con multitud de secuelas para muy distintas plataformas, algunas con mayor fortuna que otras, encontrando cierto declive en la propuesta en sus últimas entregas. Tanner ha protagonizado la segunda y la tercera parte, así como la última de las propuestas, Driver: San Francisco. Solo ha dejado de aparecer en el juego Driver: Parallel Lines.

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