El condensador de fluzo: Alone in the Dark: The new nightmare
Entre oscuridad y tinieblas. Recordamos uno de los juegos clásicos de PSX
La saga Alone in the Dark dio el salto a las consolas de sobremesa y portátiles con esta entrega realizada en 2001. Tuvo versión para PSX, aunque también apareció en Dreamcast, PlayStation 2 (fue un juego puente) e incluso en Game Boy Color, aparte del PC, al que había sido fiel en sus tres primeras entregas.
El juego se consideró un “reinicio” a la saga puesto que el aspecto, edad y habilidades del protagonista, el detective Edward Carnby, fueron redefinidos. Incluso el estudio encargado del juego no fue el original sino Darkworks, otro estudio dentro de la editora francesa Infogrames, ya que los creadores originales de Alone in the Dark habían abandonado Infogrames por diferencias creativas para fundar Adeline Software.
En este survival horror Edward Carnby acude a Shadow Island, frente a las costas de Boston, para desentrañar un misterio que ha acabado con la muerte de su amigo Charles Fiske, que había sido contratado por Frederik Johnson para encontrar y conseguir las tablillas del pueblo de los Abkanis, antigüos indígenas de norteamerica. Las tablillas se encuentran en poder de la familia Morton, propietarios de Shadow Island.
Desde nuestra accidentada llegada a la isla nos vamos a ver acosados hasta por las sombras en un entorno de pesadilla con todos los ingredientes de un buen survival, munición limitada, sensación claustrofóbica incluso en los exteriores de la isla y una novedad en aquel momento, el uso de la luz para ahuyentar a los enemigos. De hecho el uso de la linterna del personaje era fundamental para ilumunar los oscuros entornos y poder avanzar en el juego. El terror inspirado en anteriores entregas por H.P. Lovecraft y sus relatos sobre Cthulhu aquí gira hacia un componente más biológico propio de las obras y creaciones de H.R. Giger, diseñador de Alien.
Pero no solo podremos manejar a Edward Carnby, sino que también podemos elegir como protagonista a Aline Cedrac, profesora de Biología en la Universidad de Boston. En la versión de PSX las historias de cada personaje se incluían en un disco diferente.
Mientras la aventura de Carnby está más enfocada a la acción, la de Cedrac lo está más a la investigación, aunque ambos recojan aspectos del otro e incluso interactuen a lo largo de la historia en más de una ocasión, bien por walkie-talkie o en persona, se llegaban a encontrar en un par de ocasiones. La parte de Aline nos desafiaba con la inclusión de algunos puzzles aunque estos no eran muy lógicos.
Entre los defectos del juego se encontraba la cámara, que a veces dificultaba el correcto visionado de lo que estaba sucediendo, incluso a la hora de los combates, lo que podía convertir en una mala experiencia acabar con algún enemigo, a pesar del correcto control que ejercíamos sobre el personaje. También en el armamento que usamos podemos ver la influencia de la luz para derrotar a los enemigos, puesto que cartuchos de fósforo y balas de magnesio van a ser perfectas para acabar con las criaturas que nos acechan tras cada esquina.
El apartado gráfico era notable, sobre todo el diseño de la mansión de los Morton, aunque los escenarios no permiten ninguna interactuación con ellos ni los objetos se rompían. El uso de la luz era sobresaliente gracias a un motor gráfico que permitió que la linterna del personaje trabajase en 3D para iluminar adecuadamente sobre sombras en 2D y fondos pre-renderizados con varios niveles de iluminación incluyendo información sobre la distribución de los objetos en la escena. El motor gráfico puede utilizar correctamente la luminación sobre las zonas donde se esperaba que la luz de la linterna incidiese y dejar zonas de sombra oscura.
El diseño de los enemigos que nos encontrábamos a lo largo del recorrido pasillero del juego estaba cercano al de figuras reptiliescas así como seres oscuros provenientes del interior de la Tierra. No en vano, Shadow Island era un portal hacia un submundo de las profundidades, lo que explicaba el daño que la luz provocaba a esas criaturas. Podemos encontrar más de quince tipos de enemigos diferentes, incluidos algunos de mayor tamaño que hacían las veces de jefes finales.
Aunque nos encontramos ante un juego de buena calidad, se vió ensombrecido por los grandes del género en aquellos momentos, con Resident Evil (la influencia de esta saga es más que patente en la forma de controlar al personaje, así como en el diseño de los escenarios y en el uso de las cámaras), Silent Hill y Dino Crisis a la cabeza, por lo que las ventas no fueron las esperadas. Aun así es un juego recomendable y los que lo jugasen en su lanzamiento lo recordarán como un juego muy correcto, capaz de hacernos sentir miedo, amparado en la compañía que inventó el género allá por 1992.
La saga Alone in the Dark solo contó con un juego más, realizado en 2008, que tuvo versión para PlayStation 3, Alone in the Dark: Inferno. Adolecía de los defectos propios de anteriores entregas y alguno más, por lo que acabó sucumbiendo ante otras sagas también emblemáticas del género. Por el momento Atari, dueña de los derechos tras adquirir Infogrames hace unos años, mantiene la saga en un merecido descanso.
Este juego puede encontrarse en la PS Store USA dentro de los clásicos de PS One para ser jugado en PS3 y en PS Vita.