Hello Games es una pequeña compañía británica formada por cuatro amigos. Tanto el nombre elegido, como el logotipo y la web donde hablan de sus trabajos, emanan optimismo. Adoran los videojuegos por encima de todo, y aunque conocen sus limitaciones, les encanta planear locuras.
Si repasamos el historial de estos chicos solo encontramos dos juegos: Joe Danger y su secuela. Ambos son arcades sencillos, con una rejugabilidad a prueba de bombas, pero en definitiva, productos que podemos encontrar a patadas en el mercado. Sin embargo, No Man’s Sky, el título del que hemos podido saber más durante el primer día de E3, además de ser único, supone un salto de ambición demencial. Pasamos de un juego de motocross que homenajea a Excite Bike a uno de los sueños de cualquier amante de la ciencia ficción y el ocio electrónico. Mundos generados de manera procedural, libertad de movimiento absoluta y una transición nula entre viajes intergalácticos. Un cóctel que hemos pedido a lo largo de los últimos años viendo cómo avanzaba la tecnología, y que parece que se hará realidad gracias a esta humilde desarrolladora.
Pero yendo al grano, hoy hemos conseguido intuir algo más sobre su funcionamiento. Cuenta, más que con un objetivo (¿llegar al centro de la galaxia?), con una meta personal. Seguramente muchos jugadores peleen por desvelar qué hay dentro de esa poderosa luz blanca en la que orbitan billones de galaxias, pero por el camino esperan cientos de horas dedicadas a una cantidad infinita de quehaceres. En la demo mostrada hemos visto parte del HUD que tenemos en pantalla. En él encontramos el nombre del sistema solar donde nos hallamos, el planeta -que podremos bautizar a nuestro gusto-, un escudo recargable, puntos de vida, dinero… y un nivel de búsqueda, a lo Grand Theft Auto. Esta información nos avisa de todo lo importante con un simple vistazo, aunque si queremos conocer más, podremos acceder a un menú donde nos permitirán repasar el listado de recursos, naves, armas y demás posesiones.
Con la nave aparcada en medio de un páramo, Sean Murray, director de Hello Games, ha dejado de lado toda esta lluvia de datos para lanzarse a la aventura a pie. Concretamente, para evitar que la demostración se alargara más de lo debido, ha tirado de jetpack para desplazarse por tierra inhóspita y presentarnos algunas opciones. Por ejemplo, contamos con un sónar que escanea el entorno y nos avisa de puntos de interés. Estos pueden variar desde animales (una ocupación recurrente es la de coleccionista de especies) a materiales incrustados en una gran roca. Este sónar también puede ser usado tanto dentro del agua como desde la nave, dependiendo de qué espectro deseemos cubrir, y se convertirá en un aliado esencial en la aventura.
Como la naturaleza de Sean es gamberra y quería entretenernos, ha desenfundado el arma para comenzar a abrir agujeros en la tierra mientras caía algún que otro animal. Este hecho ha llamado la atención de unos centinelas que sobrevolaban el área, e inmediatamente han ido a por el protagonista sin pedir explicaciones. En este punto nos han explicado algunos dilemas morales típicos como el saber quién es el enemigo, y antes de poder asimilar la duda, los guardianes han acabado con el viajero llevándonos a un reinicio de la misión.
Durante la breve carga de la «nueva partida», una pantalla negra nos invitó a leer reflexiones de científicos e investigadores, como por ejemplo Carl Sagan, para que siguiéramos dándole vueltas a la inmensidad del Cosmos y lo insignificantes que somos. De todas maneras, nuestra preocupación no venía por ese lado, ya que, si bien No Man’s Sky es un juego con un estilo artístico embriagador y unas posibilidades aparentemente infinitas, todavía no teníamos claro cuál era su objetivo. De nuevo, Sean nos ha recordado las opciones con las que contamos para despejar estas inquietudes. Por ejemplo, nos ha hablado de la necesidad de actualizar la nave (o comprar una nueva) para poder realizar viajes superlumínicos que nos ayudaran a atravesar galaxias enteras.
Para ello necesitamos dinero, y para acumular ese dinero tenemos que conseguir recursos. Estos pueden ser encontrados en cualquier planeta, y dependiendo de su rareza, podremos venderlos por una cantidad u otra. De esta manera se genera otro empleo, como es el de comerciante, realizando escapadas rutinarias a ese lugar fetiche para volver a la estación espacial a especular con lo encontrado. También, en el caso de necesitar una nueva armadura, nos permitirán combinar objetos encontrados para generar una más poderosa. Estos hallazgos están representados como si fueran elementos de la tabla periódica, y aunque no podemos combinar lo que queramos, sí aparenta ser un sistema de «crafteo» a la altura de los referentes del género. Como ayuda, contamos con unos planos que nos indican qué materiales necesitaremos y en qué cantidad.
Por supuesto, no falta lo más básico, como son los combates espaciales, por lo que podríamos atrevernos a definir No Man’s Sky como una mezcla entre GTA, Minecraft y un clásico como Elite. Se podría decir que, con el escepticismo todavía en nuestras cabezas, el proyecto de Hello Games cada vez parece más entero. De momento, lo que nos han enseñado funciona a la perfección. Todavía falta por ver qué tal se comporta en línea, ya que una vez abran este mundo, los jugadores pondrán a prueba si todo el entramado es lo suficientemente sólido para no romperse. En definitiva, seremos los encargados de estrenar un universo, y a falta de soporte para realidad virtual (según Sean no han podido sopesarlo por estar enfocados en otras cosas) o una fecha definitiva de lanzamiento, No Man’s Sky promete cumplir ese sueño de muchos de ser todo un Robinson Crusoe intergaláctico.